El 13 de diciembre de 2023, a la una en punto, las escaleras del Ayuntamiento de Los Ángeles dejaron de ser territorio de trámites y discusiones sobre obras públicas para transformarse, por unas horas, en un pequeño santuario electrónico. En lugar de hablarse de impuestos, se hablaba de sintetizadores, de aquellas juventudes ochenteras que hoy combinan nostalgia con recibos de la hipoteca y de un grupo británico que, sin haber nacido en la ciudad, ha conquistado un hueco tan propio que incluso tiene ya su día oficial. La concejal Mónica Rodríguez, representante del Distrito 7, proclamó sin rodeos el “Día de Depeche Mode”, acompañada por Dave Gahan y Martin Gore, ambos vestidos de negro, fieles a su liturgia estética.
Lo que en principio parecía una anécdota simpática para rellenar un telediario local terminó convertiéndose en una declaración cultural de primer orden. El Ayuntamiento asumía abiertamente lo que los seguidores del grupo sostenían desde hace décadas: que Depeche Mode forma parte del alma sonora de Los Ángeles con la misma naturalidad con la que la autopista 101 forma parte del paisaje urbano.
Un día oficial para unos ingleses adoptados por Los Ángeles
No fue una improvisación. El “Día de Depeche Mode” nació de una proclamación institucional promovida por Mónica Rodríguez y respaldada por el consistorio. La resolución reconoce la brillantez musical del dúo, su capacidad para unir generaciones enteras y el rastro emocional que han dejado en la ciudad. Se recordó, con cifras que impresionan incluso a los menos melómanos, que la banda supera los 100 millones de discos vendidos y que sus conciertos han reunido a más de 35 millones de personas en todo el planeta. Su huella sonora se ha infiltrado en artistas de los géneros más dispares, desde la electrónica más fría hasta el rock alternativo más desgarrado.
La elección de la fecha tampoco fue fruto del azar. Coincidía con la visita a la ciudad dentro de la gira “Memento Mori”, el álbum que la banda lanzó poco después del fallecimiento de Andy Fletcher en 2022. En aquellas semanas, el grupo ofreció cinco noches consecutivas en recintos abarrotados, una muestra más de que el vínculo entre Los Ángeles y Depeche Mode es algo más que una relación entre público y artista. El Ayuntamiento, normalmente ocupado en cuestiones tan mundanas como el tráfico o la vivienda, decidió tomarse un respiro para rendir homenaje no solo a dos músicos de Basildon, sino también a la memoria de Fletcher, que tantos años hizo de contrapeso silencioso en el grupo.
De KROQ al Rose Bowl: cómo se fraguó el romance entre Depeche Mode y Los Ángeles
Para entender este reconocimiento público, conviene viajar a los años 80. Por aquel entonces, la emisora KROQ comenzó a pinchar con entusiasmo a aquellos británicos de aspecto frágil que tocaban teclados y escribían letras que rozaban la culpa y el deseo con una sinceridad casi incómoda. Mientras en otros lugares se les veía como un grupo excéntrico, en Los Ángeles se convirtieron en la banda sonora de una generación. KROQ hizo de altavoz para que sus temas terminaran sonando en institutos, locales nocturnos y en los interminables trayectos en coche por la ciudad.
El enamoramiento colectivo quedó sellado el 18 de junio de 1988 en Pasadena, durante el monumental concierto del Rose Bowl, última fecha de la gira “Music for the Masses”. Más de 60.000 personas abarrotaron el estadio en un evento que terminó grabado para la historia en la película–concierto “101”. Era la prueba de fuego que dejó claro que un grupo electrónico podía llenar estadios y convertir la melancolía sintetizada en una nueva forma de comunión masiva.
El episodio de la tienda Wherehouse: cuando una firma de discos acaba en leyenda
Si el Rose Bowl fue la gran misa electrónica, lo de la tienda Wherehouse en 1990 fue directamente una romería descontrolada. La banda acudió a firmar discos, la convocatoria se desbordó y más de 20.000 seguidores se presentaron allí, formando colas interminables y empujones que obligaron a intervenir a la policía. El acto no solo se canceló, sino que se convirtió en una anécdota nacional que muchos aún recuerdan como si hubiera ocurrido ayer.
Para Depeche Mode, aquello fue una mezcla de caos y publicidad inesperada. Martin Gore ha contado en más de una ocasión que ese episodio, con el tiempo, ha pasado de percance a mito fundacional. Dave Gahan suele bromear con que aquel apoyo multitudinario habría sido ideal en los turbulentos años 90, cuando su vida personal estaba bastante más revuelta que su música.
La propia proclamación del “Día de Depeche Mode” recupera aquella escena con un guiño cómplice, como si la ciudad reconociera que, incluso en el caos, el grupo es parte de su memoria colectiva.
De Basildon a Spring Street: por qué se han ganado un día propio
La historia del grupo arranca en Basildon, allá por 1980, con un nombre tomado de una revista francesa. En poco tiempo pasaron de tocar en pequeños locales ingleses a convertirse en una de las bandas más influyentes de la música contemporánea. Sus cifras hablan por sí solas: más de 100 millones de discos vendidos y todos sus álbumes entre los diez primeros del Reino Unido. En Estados Unidos han mantenido una presencia constante en las listas alternativas durante décadas y, en 2020, entraron en el Salón de la Fama del Rock, donde se les reconoció como pioneros que ampliaron los límites del pop.
Pero su legado no se mide solo en números. Su mezcla de electrónica y emoción influyó en artistas de todo tipo. Bandas y solistas de estilos muy distintos han confesado que descubrieron nuevas posibilidades creativas escuchando a Depeche Mode, que demostró que se podía ser oscuro y masivo al mismo tiempo.
Por ello, cuando el Ayuntamiento redactó la proclama del “Día de Depeche Mode”, no solo hablaba de ventas o premios. Hablaba de que canciones como “Enjoy the Silence”, “Personal Jesus” o “Walking in My Shoes” han funcionado como diarios emocionales para distintas generaciones. Y, en muchos de esos recuerdos, Los Ángeles aparece como telón de fondo.
Memento Mori, Andy Fletcher y la melancolía que también se celebra
El año 2023 tenía un peso simbólico especial para el grupo. En 2022 falleció Andy Fletcher, miembro fundador y pieza esencial en ese equilibrio interno que mantenía cohesionada la banda. En vez de detenerse, Gahan y Gore transformaron el duelo en impulso creativo y dieron forma a “Memento Mori”, un álbum que, desde el título, plantea un diálogo entre la fragilidad humana y la necesidad de seguir adelante.
La resolución del Ayuntamiento subraya que el día oficial también rinde homenaje a Fletcher. En una ciudad tan acostumbrada a los grandes focos, la figura de aquel músico discreto, casi siempre en segundo plano, adquiere así un reconocimiento que sobrepasa lo estrictamente musical.
La gira de “Memento Mori” incluyó varias noches consecutivas en la ciudad, todas con el aforo completo. Los seguidores pudieron despedirse de Fletcher, celebrar la supervivencia del grupo y recordar una historia compartida que se extiende ya a más de cuatro décadas. La fecha señalada en el calendario funciona como resumen emocional de todo ese recorrido.
Crónica sentimental del 13 de diciembre de 2023 en el Ayuntamiento
El ambiente en los alrededores del Ayuntamiento aquel día tenía algo de cita histórica y algo de concierto callejero. Calles cortadas, grupos de personas vestidas de negro, camisetas con portadas clásicas y esa sensación de estar a punto de vivir algo simbólico, aunque nadie supiera muy bien qué forma tendría. Muchos asistentes describieron la caminata hacia la escalinata del edificio como una pequeña procesión urbana.
El acto, sobrio y breve, estuvo en plena sintonía con el espíritu del grupo. Se escucharon fragmentos de “Memento Mori”, y Mónica Rodríguez agradeció a los presentes su apoyo y destacó el papel transformador de la banda. Después habló Martin Gore, que recordó los dos momentos más icónicos de su relación con la ciudad: el concierto del Rose Bowl y el caos de la tienda Wherehouse. Dave Gahan intervino con su habitual mezcla de elegancia y humor, subrayando que aquel respaldo popular habría sido un salvavidas perfecto en los años más convulsos de su vida.

En unos pocos minutos, la concejal invitó a la multitud a dar por inaugurado el “Día de Depeche Mode”, y lo que siguió fue un grito unánime que mezclaba alegría, nostalgia y ese orgullo infantil que aparece cuando alguien da valor oficial a algo muy personal.
Cuando la burocracia se rinde al sintetizador
Más allá de la anécdota, la proclamación refleja una tendencia creciente: las ciudades reconocen cada vez más el impacto cultural de figuras que, sin ser políticas ni empresariales, han moldeado la vida cotidiana de sus habitantes. En Los Ángeles, ese gesto funciona como una especie de espejo que refleja que la identidad urbana no pertenece solo a las industrias del cine o del deporte. También forma parte de ella la radio que pinchaba temas alternativos, los conciertos que agitaban estadios y esas noches en las que miles de jóvenes encontraron en la música de Depeche Mode una brújula emocional.
Turistas, seguidores y el magnetismo de un día con nombre propio
El “Día de Depeche Mode” tiene también un valor añadido para la imagen de la ciudad. Para muchos seguidores del grupo repartidos por el mundo, Los Ángeles se convierte en una especie de punto de peregrinación sentimental: el lugar del Rose Bowl, del famoso caos en la tienda, del Ayuntamiento que rinde honores a dos músicos británicos que llevan décadas llenando estadios.
Quien recorra la ciudad puede trazar una ruta involuntaria siguiendo las huellas del grupo: el Ayuntamiento como escenario institucional, los recintos donde han actuado, los barrios donde sonaban sin parar en los años dorados de KROQ y esos rincones donde las letras de “Stripped” o “World in My Eyes” parecen hechas a medida.
El gesto institucional crea así un intercambio casi simbiótico: la ciudad presume de ser territorio afín a Depeche Mode y el grupo reafirma su estatus como banda global con residencia emocional en Los Ángeles.
Cómo vivir el 13 de diciembre si uno se lo toma en serio
Para los seguidores más entregados, o para cualquier curioso que disfrute del ritual musical, la fecha ofrece una excusa perfecta para una pequeña celebración doméstica. Siempre se puede empezar viendo de nuevo “101”, con toda su energía de estadio. Después, revisar crónicas del caos de la tienda Wherehouse y recordar que los fenómenos de masas no siempre caben ordenadamente en un escaparate. Y, para cerrar, escuchar “Memento Mori” de principio a fin, como recordatorio de que la banda continúa, sin prisa pero sin pausa.
No hace falta estar en Los Ángeles para sentir que ese día pertenece un poco a cualquiera que haya tarareado “Never Let Me Down Again” o que haya encontrado en “Enjoy the Silence” un refugio íntimo. El Ayuntamiento ha hecho oficial la celebración; la continuidad del ritual ya depende de cada oyente.
Vídeo: “Depeche Mode Day, discurso subtitulado”
Fuentes consultadas
Councilwoman Monica Rodriguez. (2023, 13 diciembre). Councilwoman Monica Rodriguez declares «Depeche Mode Day» in the City of Los Angeles. City of Los Angeles, Council District 7. https://cd7.lacity.gov/news/councilwoman-monica-rodriguez-declares-depeche-mode-day
Sopitas USA. (2023, 14 diciembre). Así se puso el Depeche Mode Day en Los Ángeles. Sopitas. https://usa.sopitas.com/musica/asi-se-puso-el-depeche-mode-day-en-los-angeles/
Colín, C. (2023, 15 diciembre). Depeche Mode ya tiene su propio día oficial… pero en Los Ángeles. Tribuna de la Bahía. https://tribunadelabahia.com.mx/depeche-mode-dia-oficial-los-angeles/
Muñiz, F. (2025, 6 julio). Spinal Tap: la banda que demostró que lo ridículo también es eterno. El Café de la Historia. https://www.elcafedelahistoria.com/spinal-tap/
Depeche Mode. (2025). Depeche Mode. En Wikipedia, la enciclopedia libre. https://es.wikipedia.org/wiki/Depeche_Mode
Pareja, J. (2023, 21 diciembre). El líder de Depeche Mode detiene su concierto por una pelea: «Oye, nada es tan importante». El Debate. https://www.eldebate.com/cultura/20231221/lider-depeche-mode-detiene-concierto-pelea-oye-nada-importante_162086.html
Escritor, profesor, traductor, divulgador, conferenciante, corrector, periodista, editor.






