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Día de llamar a un amigo: origen, significado y cómo celebrarlo

El Día de Llamar a un Amigo, ese invento que parece imaginado por alguien que vio el 28 de diciembre en el calendario y pensó que había que darle algo de chispa, existe y tiene su hueco reservado. No es una gran solemnidad ni aparecerá en documentos oficiales, pero sí cuenta con cierto respaldo en esos calendarios digitales que recopilan fechas peculiares y que, de vez en cuando, recuerdan que coger el teléfono y marcar un número que no sea el de una compañía de suministros sigue siendo un gesto valioso. En Estados Unidos lo llaman National Call a Friend Day y se celebra entre los restos del turrón y las primeras intenciones de un nuevo año que aún no ha empezado.

No forma parte del catálogo de festividades reconocidas, pero tiene su lógica. En estos tiempos de soledades camufladas y amistades gestionadas a base de iconos y mensajes apresurados, dedicar un espacio concreto a una llamada de voz resulta casi un acto contracorriente.

Qué es el Día de Llamar a un Amigo y cuándo se celebra

El Día de Llamar a un Amigo es una efeméride oficiosa, especialmente extendida en Estados Unidos, que anima a llamar por teléfono a una amistad cada 28 de diciembre. La propuesta es sencilla: recuperar la conversación de verdad, la de escuchar una voz y compartir unos minutos sin recurrir a audios eternos, memes encadenados o silencios prolongados tras un “visto”.

Muchos calendarios de fechas curiosas incluyen esta jornada junto a otras celebraciones entre lo absurdo y lo entrañable, desde días dedicados a juegos de mesa hasta festivales del cortometraje o la tradicional festividad de los Santos Inocentes. Y es que cae justo en ese extraño tramo entre Navidad y Año Nuevo, cuando el tiempo parece detenerse y las rutinas se diluyen entre compras tardías y digestiones pesadas.

La idea central es aprovechar la pausa para retomar el contacto con alguien a quien se aprecia y que lleva demasiado tiempo relegado al “a ver si hablamos”. Este día ofrece la coartada perfecta: “te llamo porque hoy toca”. No hay reglas, ni rituales, ni exigencias. Solo un gesto: dedicar unos minutos a esa llamada que se ha ido aplazando una y otra vez.

Origen y pequeña historia de esta efeméride tan rara

El origen exacto de la jornada no está del todo claro. Las páginas especializadas en fechas peculiares coinciden en describirla como una creación difusa, propia de los primeros años de internet, cuando empezaron a proliferar los calendarios de celebraciones curiosas sin demasiada documentación detrás.

Algunas interpretaciones sitúan su nacimiento en campañas de empresas de telefonía durante los años de auge del móvil y las tarifas planas, cuando promover la idea de “llama a tus amigos” encajaba muy bien con sus intereses. Otras lo relacionan con iniciativas de organizaciones centradas en salud mental y bienestar, que aprovecharon la fecha para insistir en la importancia de no descuidar los vínculos afectivos.

La elección del 28 de diciembre parece estratégica. Es una jornada atravesada por una mezcla de cansancio postnavideño, balances apresurados y cierta melancolía difusa. Muchos sienten que deberían estar disfrutando más, y ahí, justo ahí, una llamada puede servir de pequeño salvavidas emocional. No soluciona gran cosa, pero puede mejorar una tarde y, quizá, desencadenar otras conversaciones futuras.

Por qué hace falta un día oficial para coger el teléfono

La existencia de esta fecha se entiende mejor si se mira el panorama actual: la soledad y el aislamiento social se han convertido en cuestiones sanitarias de primer orden. Organismos internacionales advierten que millones de personas viven sin apenas apoyo afectivo y que la falta de conexión social eleva los riesgos de problemas de salud tanto físicos como psicológicos.

Investigaciones de universidades y centros especializados llevan años demostrando que quienes mantienen vínculos estrechos tienden a vivir más y mejor. La desconexión social se relaciona con un aumento de enfermedades cardiovasculares, trastornos del estado de ánimo e incluso deterioro cognitivo. En pocas palabras, la soledad no es un simple bajón; es un factor de riesgo.

Las llamadas de teléfono, por simples que parezcan, pueden tener un efecto notable. Algunos estudios señalan que mantener conversaciones significativas de manera habitual ayuda a reducir síntomas de depresión leve, especialmente cuando la alternativa es el aislamiento casi completo. Y aunque los mensajes escritos dominan hoy la comunicación cotidiana, escuchar una voz conocida sigue teniendo un impacto emocional inmediato.

Paradójicamente, el volumen de llamadas tradicionales ha caído en los últimos años. Se prioriza escribir, enviar iconos o dejar para mañana lo que antes se resolvía en dos minutos de conversación. Sin embargo, muchas encuestas muestran que la gente interpreta la llamada como un gesto de afecto más genuino que cualquier mensaje breve.

El Día de Llamar a un Amigo en la práctica: cómo celebrarlo sin parecer raro

La teoría es fácil; la práctica, no tanto. ¿Cómo llamar sin que suene artificial o forzado? Afortunadamente, esta efeméride no impone ningún protocolo. El consejo general es simple: elegir a uno o dos amigos con los que se haya perdido contacto y llamarles con honestidad. Un mensaje claro y cercano basta.

Las amistades “de siempre”, las de la universidad, las que se fueron quedando en segundo plano por mudanzas o cambios de horario son candidatas ideales. Cada llamada puede durar cinco minutos o una hora: lo importante es el gesto, no el cronómetro. Lo esencial es demostrar que esa persona sigue teniendo un lugar en la propia vida.

Para quienes prefieren alternativas, una videollamada o un mensaje corto que termine en conversación puede ser una buena puerta de entrada. El espíritu del día se basa en la voz, con sus matices, sus silencios y esa imperfección tan humana que no ofrecen los mensajes escritos.

Beneficios de llamar a un amigo

Aunque los móviles se publiciten por su cámara o por su batería, su función más poderosa sigue siendo la más antigua: permitir hablar. Muchas investigaciones señalan que las relaciones sociales de calidad mejoran el bienestar y reducen el riesgo de enfermedades asociadas al aislamiento.

Las llamadas, incluso las breves, suelen elevar el estado de ánimo. En personas mayores, se ha observado que escuchar la voz de alguien cercano puede contribuir a reducir la sensación de soledad y mejorar el ánimo, sobre todo cuando no es posible mantener encuentros presenciales. También ayudan a reforzar la memoria compartida, recordar episodios comunes y reactivar vínculos que parecían dormidos.

Cómo aprovechar el Día de Llamar a un Amigo en España

El 28 de diciembre tiene ya su propio protagonismo en España gracias al Día de los Santos Inocentes, lo que convierte esta efeméride telefónica en un curioso acompañante. La coincidencia añade un toque humorístico que puede facilitar el contacto: basta con aclarar que la llamada no es una broma, sino una excusa simpática para ponerse al día.

Algunas pautas sencillas pueden mejorar la experiencia: elegir una hora tranquila, explicar con naturalidad el motivo de la llamada y escuchar con atención. No se trata de hacer un monólogo, sino de retomar una conversación pausada y sincera.

Quien lo desee puede compartir el gesto en redes, siempre sin caer en el espectáculo. Un recordatorio simple puede animar a otros a imitar la iniciativa.

Mini guía para tímidos, ocupados y otros enemigos del teléfono

No todo el mundo lleva bien las llamadas. Hay quienes sienten cierta incomodidad al oír sonar el móvil o prefieren cualquier vía escrita. Para ellos, preparar uno o dos temas antes de llamar puede ayudar: preguntar por algún cambio reciente, recordar una anécdota compartida o simplemente expresar que se ha pensado en esa persona.

Los más ocupados pueden optar por llamadas breves, anunciándolo desde el principio para evitar la sensación de interrupción. Quienes tienen ansiedad telefónica pueden enviar primero un mensaje concertando el momento, lo que reduce la tensión.

Y para quienes creen que ha pasado demasiado tiempo como para retomar el contacto, esta efeméride es la excusa perfecta. Sirve como puente para salvar la distancia y recordar que nunca es tarde para recuperar una voz amiga.

En definitiva, este día propone algo tan sencillo como elegir un nombre en la agenda, respirar hondo y marcar. A veces, unos minutos de conversación pueden transformar la jornada, y lo que empieza como una llamada “porque toca” termina convirtiéndose en el reencuentro que hacía falta.

Vídeo: “National Call a Friend Day”

Fuentes consultadas

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