El 18 de diciembre de 1889 desembarcó en el puerto de Barcelona una compañía de circo muy especial: La Buffalo’s Bill Wild West.
Buffalo Bill en Barcelona
En la ciudad la expectación era grande desde que meses antes se anunciase la llegada del espectáculo del legendario cazador de bisontes.
Una muchedumbre de ciudadanos se agolpó en el puerto para recibir a la compañía y el propio Buffalo Bill dio una multitudinaria rueda de prensa rodeado de indios bajo el mismo monumento a Colón en la que informó que actuaría en un hipódromo construido para la ocasión en la calle Muntaner que tenía capacidad para 2.000 personas.
Corría el rumor de que cada vez que Buffalo Bill llegaba a una ciudad soltaba unos búfalos por la ciudad para luego darles caza a lazo por las calles.
Cosa que no ocurrió para decepción del público que vio como los animales eran desembarcados en sus correspondientes jaulas.

La prensa de la época aseguraba que los 200 indios que formaban parte del espectáculo se alojaban en sus propias tiendas de campaña y que las autoridades les prohibían salir solos por la ciudad, obligándoles a ir siempre escoltados, porque —según decían— eran extremadamente peligrosos y cometían toda clase de desmanes si probaban bebidas alcohólicas, a las que eran muy aficionados, sobre todo al aguardiente.
La prensa hizo hincapié en que los indios y los blancos del campamento dormían separados para «evitar una nueva guerra«.

Empiezan las actuaciones del circo de Buffalo Bill
El 21 de diciembre se celebró la primera actuación a unos precios que oscilaban entre una y cinco pesetas, un verdadero fortunón para la época pero que muchos barceloneses siguieron gratis desde las azoteas de los edificios cercanos.
Los números más aplaudidos fueron cuando un mexicano entró con una bandera española acompañado de un soldado norteamericano con otra de barras y estrellas, y cuando Buffalo Bill demostró sus habilidades con el rifle acertando a unas bolas de cristal que le iban lanzando unos indios mientras él cabalgaba al galope.

El espectáculo contaba con tres partes siendo la última la más aclamada, una representación de la batalla de Little Big Horn, en la cual Buffalo Bill actuaba como el oficial Custer. No en vano, en su época como militar, Bill había servido en el Séptimo de Caballería.
Anécdotas del paso de Buffalo Bill por la ciudad condal
El legendario personaje estuvo en Barcelona cinco semanas y existen algunas anécdotas y curiosidades de su paso por la ciudad.
Se cuenta que Buffalo Bill, se vio aquejado de un terrible dolor de muelas.
Acudió al Hospital de la Santa Creu y los médicos le extirparon una pieza dental, que el propio hospital exhibió hasta que alguien la robó y su rastro se perdió definitivamente.

A las dos semanas de llegar la compañía a la ciudad se desató una epidemia de gripe que obligó a suspender las actuaciones durante cinco días. Muchos ciudadanos culparon a los indios de haber traído la enfermedad a Barcelona. Varios indios también tuvieron que ser atendidos de viruela.
También corrieron rumores de niños secuestrados por los indios con la consiguiente indignación ciudadana y, por éste y otros motivos, constan varios enfrentamientos de los pieles rojas con barceloneses, y se cuenta que incluso en una ocasión Buffalo Bill tuvo que desenfundar sus pistolas para evitar que lincharan a miembros de su compañía en una riña nocturna.
Buffalo Bill en las Ramblas
Buffalo Bill prefirió alojarse en el Hotel Cuatro Naciones, ubicado en el número 40 de La Rambla barcelonesa, uno de los mejores y más caros en aquel momento así que no le pilló un incendio producido en el campamento que supuso un verdadero contratiempo a la compañía. Ese invierno, además, fue especialmente frío y a causa de copiosas nevadas y abundantes lluvias se tuvo que suspender el espectáculo en varias ocasiones.
Había mucha expectación por ver al jefe sioux Toro Sentado que también formaba parte del espectáculo pero el público barcelonés se tuvo que conformar con el jefe Camisa Roja por la sencilla e inapelable razón que el primero había fallecido tiempo antes.
Otro contratiempo que tuvo que afrontar la compañía durante su estancia en la ciudad fue la muerte del jefe de pista, cuyo cuerpo fue embalsamado y enviado por barco a Estados Unidos.
Y ruina económica
En el apartado económico tampoco las cosas fueron mejor. En las primeras actuaciones endosaron a la empresa muchos billetes falsos a la hora de comprar las entradas y, aunque en la gala de inauguración acudieron 7000 personas, el interés fue decayendo no cumpliendo las expectativas económicas que tenía puestas la compañía.

La comitiva abandonó Barcelona poniendo rumbo a Nápoles para no volver nunca más a una ciudad que al bueno de William Frederick Cody, alias Buffalo Bill, seguramente le dejó el regusto amargo de un agudo dolor de muelas.
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Aquell hivern. L’espectacle de Buffalo Bill — Jordi Marill (catalán): Estudio / ensayo en catalán que aborda la temporada de Buffalo Bill en Barcelona, con investigación histórica y contextualización del espectáculo dentro de la vida cultural barcelonesa de finales del siglo XIX. Formato ilustrado con notas y referencias sobre cartelística, artistas participantes y anécdotas de la gira.
Fuentes consultadas
- Buffalo Bill se lía a tiros en Barcelona https://elpais.com/diario/2010/11/15/catalunya/1289786845_850215.html
- Grafiati https://www.grafiati.com/en/literature-selections/buffalo-bill’s-wild-west/
- Jordi Solé recupera a Buffalo Bill de visita en la Barcelona de finales del XIX https://revistadeletras.net/jordi-sole-recupera-a-buffalo-bill-de-visita-en-la-barcelona-de-finales-del-xix/
- The William F Cody Archive https://codyarchive.org/search?f%5B%5D=category2%7CNewspapers&f%5B%5D=places%7CEurope&f%5B%5D=places%7CLondon+%28England%29&sort%5B%5D=date%7Casc
- La Vanguardia https://www.lavanguardia.com/hemeroteca/20101217/54090348068/buffalo-bill-visita-barcelona.html
Escritor, profesor, traductor, divulgador, conferenciante, corrector, periodista, editor.


¡Increíble!
He descubierto una historia increíble, nunca había oido nada de que BB estuviera en España. Seguir así.
Yo creo que de esto habló un día Jordi Hurtado en «Saber y Ganar». A aquellos precios de las entradas habría que ponerles hoy por lo menos tres ceros detrás para equivaler a euros.
Interesante, como siempre.
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