La historia de Vesna Vulović arranca como la de tantas trabajadoras a merced de la burocracia aérea: con un simple error de agenda que acabaría teniendo consecuencias descomunales.
Porque, atención, la joven serbia no debía volar aquel 26 de enero de 1972. Ni figuraba en la plantilla inicial del vuelo 367 de JAT Airways, ni tenía planeado sobrevolar media Europa con sonrisa de azafata bien entrenada. Pero alguien en recursos humanos decidió que “Vesna” era “esa otra Vesna” y la embarcó, sin quererlo, en uno de los episodios más absurdos y estremecedores de la historia de la aviación comercial.
Aquella mañana despegaría de Copenhague rumbo a Zagreb, con parada intermedia en el aeropuerto de Colonia-Bonn. Nada fuera de lo habitual. Treinta y pico pasajeros, un McDonnell Douglas DC-9 de dos motores, y unos cuantos litros de café recalentado a bordo. La ruta, más sobria que un guion de Ingmar Bergman. Pero lo que los viajeros ignoraban —y los pilotos también, y la tripulación, y el tipo que confundió las Vesnas— es que una bomba aguardaba en la bodega, discretamente colocada días antes.
Una explosión a 10.160 metros de altura
A las 16:01 horas, en pleno vuelo y cuando el avión sobrevolaba la República Checa (entonces Checoslovaquia), la bomba explotó. El fuselaje del DC-9 se desgajó como una piñata cargada de tragedia. El aparato se desintegró en el aire, esparciendo los restos —humanos y materiales— sobre la nieve de una zona montañosa cerca de Srbská Kamenice.

En ese preciso instante, Vesna se encontraba en la sección trasera del avión, recogiendo bandejas, peleando con una cafetera rebelde o lo que fuera que estuviera haciendo en ese fatídico momento. El lugar menos indicado para sobrevivir una catástrofe aérea. Y sin embargo, el más insólitamente eficaz. Porque contra toda lógica física, estadística, teológica y anatómica, Vesna no solo sobrevivió la explosión, sino que cayó más de diez kilómetros —concretamente 10.160 metros— hasta estrellarse con el terreno… y vivir para contarlo.
¿Milagro, física, suerte o todo a la vez?
El cómo y el porqué de su supervivencia han generado un desfile de teorías que va desde lo científico hasta lo paranormal. La explicación oficial indica que la sección trasera del avión se desprendió como un bloque cerrado, y que esta estructura, unida a un fortuito aterrizaje amortiguado por los árboles y la nieve de la ladera, funcionó como un improvisado airbag a escala industrial. Unos abedules que pasaban por allí se convirtieron en amortiguadores celestiales.
Además, se apunta que Vesna, atada al carrito de bebidas, quedó encajada entre los restos del fuselaje, lo que evitó un zarandeo mortal. ¿Y el cuerpo? Machacado, claro. Fractura de cráneo, tres vértebras rotas, ambas piernas hechas polvo y un coma de varios días. Pero viva. Tan viva que aún tuvo tiempo de convertirse en icono nacional, imagen publicitaria y hasta azote de dictadores.
Rescatada por un ex nazi y otras curiosidades balcánicas
Como si la historia no tuviera ya suficientes capas de bizarría, resulta que quien encontró a Vesna entre los restos humeantes fue un tal Bruno Henke, un exmédico del ejército alemán, con pasado en las Waffen-SS. El hombre, que vivía en una cabaña cercana, fue quien la mantuvo con vida hasta la llegada de los servicios médicos checoslovacos.
A partir de ahí, lo que debería haber sido una recuperación lenta y discreta, se convirtió en un caso mediático de proporciones olímpicas. Vesna despertó del coma sin recordar nada del accidente y fue objeto de una atención mediática que hacía sombra al mismísimo Tito.

Récord Guinness (y Paul McCartney de por medio)
Lo que no consiguió Yuri Gagarin desde la estratósfera, lo logró una azafata serbia desde la bodega de un DC-9: entrar en el Libro Guinness de los Récords como la persona que ha sobrevivido a la mayor caída libre sin paracaídas. Concretamente, 10.160 metros, lo que equivale a casi 34 torres Eiffel apiladas una encima de otra. El récord aún permanece vigente a pesar de los intentos posteriores de algunas catástrofes de superarlo.
La entrega del certificado Guinness, por cierto, corrió a cargo de un emocionado Paul McCartney, que al parecer sintió especial simpatía por la historia de Vesna.

Política, despidos y vida tras la caída
Tras su recuperación, Vesna quiso volver a volar, pero los médicos se lo prohibieron. Así que fue destinada a labores administrativas en JAT Airways, la misma compañía que la había enviado, por error, a uno de los episodios más surrealistas de la Guerra Fría. Durante los años 90, se convirtió en activista política, opositora a Milošević y defensora de la socialdemocracia en plena tormenta balcánica.
Esto, como era de esperar, no le granjeó muchas simpatías entre las élites serbias. Fue despedida de su puesto en la aerolínea y vivió con escasos recursos económicos, aunque con la dignidad intacta y una presencia constante en documentales, entrevistas y reportajes. Su historia cruzó fronteras, inspiró canciones, tesis doctorales y unos cuantos relatos conspiranoicos.
El legado de una caída
Vesna Vulovic falleció en 2016, a los 66 años, en su apartamento de Belgrado. Por causas naturales.
A día de hoy, su récord sigue imbatido. Y no parece que nadie tenga muchas ganas de arrebatárselo, salvo alguna que otra catástrofe con tintes de epopeya colombiana, como la niña Bahia Bakari, que en 2009 cayó al mar en un accidente aéreo en las islas Comores y sobrevivió aferrada a una pieza del fuselaje durante nueve horas. Pero eso es otra historia… y, de momento, sin récord.
Vesna Vulovic en vídeo
Fuentes consultadas
- Zurdo, D. (2024, 10 de junio). Memoria de delfín – La Historia Mínima de David Zurdo: Vesna Vulović. RTVE Play. https://www.rtve.es/play/audios/memoria-de-delfin/memoria-delfin-historia-minima-david-zurdo-vesna-vulovic/16136653/
- Jorge, M. (2025, 6 de julio). Nadie ha podido sobrevivir a una caída desde 10.000 metros de altura sin paracaídas. A excepción de una azafata. Xataka. https://www.xataka.com/movilidad/caer-10-000-metros-paracaidas-era-muerte-segura-que-aparecio-historia-vesna-vulovic
- Nuño, A. (2021, 26 de febrero). El misterio de Vesna Vulović: la azafata que pudo sobrevivir a una caída de 1.000 metros. El Confidencial. https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2021-02-26/vesna-vulovic-serbia-azafata-sobrevivio-caida_2967408/
- Muñiz, F. (2025, 12 de diciembre). El autogiro de Juan de la Cierva: del vuelo Cuatro Vientos–Getafe a la revolución de las alas rotatorias. El Café de la Historia. https://www.elcafedelahistoria.com/autogiro-juan-de-la-cierva-cuatro-vientos-getafe/
- Guinness World Records. (s. f.). Highest fall survived without parachute. Guinness World Records. https://www.guinnessworldrecords.es/world-records/highest-fall-survived-without-parachute
- Kukobat, I. (2024). Terrorism and Yugoslav air transport 1948–1990. Istorija 20. veka, 42(2), 415–432. https://istorija20veka.rs/wp-content/uploads/2024/07/2024_2_8_kuk_415-432.pdf
Escritor, profesor, traductor, divulgador, conferenciante, corrector, periodista, editor.






