La historia de Elvira Taylor, nacida en la plácida localidad de Norfolk, Virginia, podría inspirar la próxima película de los hermanos Coen. Tiene todos los ingredientes.
Su historia transcurre entre uniformes de gala, retratos en sepia y telegramas fúnebres con membrete del gobierno estadounidense. Corría la Segunda Guerra Mundial, ese festival internacional de drama y pólvora, y mientras en el frente europeo se batían el cobre con bayoneta y desesperación, en la retaguardia americana había quien sabía aprovechar las brechas del sistema.
Norfolk: cuna de marinos… y de Elviras avispadas
Norfolk, para quien no esté familiarizado con el mapa afectivo-militar de EE. UU., no es solo una ciudad con nombre de whisky barato. Es, además, la base naval más grande del mundo. Desde allí partían barcos cargados de jóvenes con la esperanza de regresar como héroes o, al menos, vivos y una historia que contar. Y allí residía una mujer que entendió que, si el amor era un campo de batalla, también podía ser un plan de pensiones.
Elvira Taylor, de rostro dulce y modales aún más dulces, encontró en la burocracia militar un filón. En una época en la que las viudas de guerra recibían una pensión de 10.000 dólares —una suma nada desdeñable en plena década de los 40—, esta emprendedora del amor decidió multiplicar sus probabilidades de éxito. ¿Cómo? Muy sencillo: multiplicando a los maridos.
Un bar británico, dos marineros y una revelación digna de vodevil
La historia saltó a la palestra cuando dos marinos estadounidenses, en un bar de algún rincón lluvioso del Reino Unido comenzaron a intercambiar confidencias y fotografías. Uno de ellos, con gesto de nostalgia y whisky en mano, mostró una imagen de su esposa. El otro, tras unos segundos de silencio incómodo y doble mirada al retrato, respondió con: “Oye… esa también es mi mujer”.
El silencio que siguió debió de ser de los que se mastican. Pero no, no era un error de imprenta sentimental ni un malentendido conyugal. Era solo el principio.
Seis maridos, una pensión y ningún pudor
La investigación posterior —y aquí entra en escena el Ejército— reveló que Elvira no se había casado con uno, ni con dos, sino con seis hombres. Seis. Todos soldados. Todos convencidos de ser el único amor de su vida. Y, lo más importante, todos en riesgo mortal constante.
La intención de Elvira era, cómo decirlo con elegancia… diversificar su cartera de inversiones. Cada uno de estos hombres estaba potencialmente destinado a convertirse en un mártir patriótico. Y cada vez que uno de ellos no volvía del frente, la viuda, convenientemente documentada, podía reclamar esos codiciados 10.000 dólares. El plan era tan simple como macabro: jugar a la ruleta rusa matrimonial con las estadísticas del conflicto armado.
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El romanticismo como trámite burocrático
Cabe preguntarse cómo logró casarse con tantos sin que saltaran las alarmas. La respuesta es un cóctel de falta de comunicación entre oficinas militares, urgencias de guerra y una fe ciega en los trámites firmados con solemnidad y tinta azul. En tiempos de guerra, todo es urgente. Bastaba con un certificado de matrimonio, una dirección de retorno creíble y un anillo brillante para consumar la unión sagrada.
Además, hay que tener en cuenta que los noviazgos durante la Segunda Guerra Mundial eran tan veloces como una misión de bombardeo. Muchos jóvenes se casaban tras semanas —a veces días— de noviazgo, con la premura de quien sabe que mañana puede no ver el sol. En ese contexto, Elvira no necesitaba construir una mentira perfecta. Solo tenía que mantenerla viva durante el tiempo justo.
El ocaso de la viuda más casadera del ejército
La caída de Elvira no llegó por remordimientos ni por falta de pretendientes, sino por un simple brindis compartido en un pub. Como tantas veces en la historia, fue la casualidad la que hizo el trabajo que la inteligencia militar no había sabido realizar. Uno imagina al funcionario que, tras la investigación, fue pasando de un expediente a otro, cada vez más perplejo, como quien descubre que ha estado viendo una obra de teatro en la que todos los personajes eran el mismo actor con bigote postizo.
No está claro cuántos de sus maridos llegaron a fallecer en combate, pero sí se sabe que su caso sirvió de precedente para reforzar las comprobaciones en las pensiones de guerra.
De dama doliente a leyenda administrativa
Con los años, el nombre de Elvira Taylor se convirtió en una suerte de leyenda dentro de los archivos del Pentágono, como un chiste interno que nadie se atreve a contar en voz alta. Su historia no llegó a inspirar una película —al menos no de forma directa—, pero bien podría haberlo hecho. ¿Una viuda múltiple que desafía al sistema con la frialdad del acero? El material está servido.
Y aunque algunos podrían tildarla de oportunista, otros verán en ella un reflejo crudo de su época: una mujer que, ante la perspectiva de la muerte omnipresente, decidió apostar al todo por el todo. Con vestido blanco y velo reutilizable.
Productos recomendados para profundizar y ampliar información sobre el artículo
History of Norfolk, Virginia: a Review of Important Events and Incidents: Reimpresión en inglés de un estudio histórico clásico sobre Norfolk que recoge eventos clave, desarrollo urbano y vida cívica; útil para entender el escenario social y militar que explica el papel de la base naval y la vida cotidiana de sus habitantes durante el siglo XIX y XX. Incluye ilustraciones y reminiscencias locales.
A Wartime Marriage: Novela en inglés ambientada durante la Segunda Guerra Mundial que explora el matrimonio acelerado por la guerra, la distancia, la espera y las consecuencias personales y administrativas; narrativa centrada en cartas, decisiones apresuradas y el impacto de la guerra sobre vínculos sentimentales.
Dear Loll: A Wartime Marriage in Letters (1940): Colección en inglés de cartas privadas que documentan un matrimonio en tiempos de guerra, con testimonios sobre separaciones, esperas, solicitudes formales y la rutina burocrática que rodeaba a las parejas militares; volumen en formato digital con selección cronológica de correspondencia íntima y notas editoriales.
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Fuentes consultadas
- Taylor, M., & Calhoun, G. (2020). Naval Station Norfolk. Encyclopedia Virginia. https://encyclopediavirginia.org/entries/naval-station-norfolk/
- FactRepublic. (s. f.). Elvira Taylor. FactRepublic. https://factrepublic.com/facts/12561/
- USA.gov (2025). Seguro de vida y pensiones para familiares sobrevivientes de militares. https://www.usa.gov/es/beneficios-sobrevivientes-miembros-fuerzas-armadas
- U.S. Department of Veterans Affairs (2025). Pensión de VA para sobrevivientes. https://www.va.gov/family-and-caregiver-benefits/survivor-compensation/survivors-pension-esp/
- Rhodes, G. (2015). Wartime marriage: love in a harsh climate. The Guardian. https://www.theguardian.com/lifeandstyle/2015/feb/14/wartime-marriage-love-in-a-harsh-climate
- Rockoff, H. (2001). The Changing Role of America’s Veterans (NBER Working Paper No. 8595). National Bureau of Economic Research. http://www.nber.org/papers/w8595
Escritor, profesor, traductor, divulgador, conferenciante, corrector, periodista, editor.
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