Una fecha que celebra la energía juvenil
Cada 5 de diciembre, mientras la temporada navideña empieza a desplegar sus primeras tentaciones y el calendario se llena de compromisos, hay una celebración que pasa más desapercibida, pero que mueve a miles de jóvenes en todo el planeta: el Día Internacional de los Clubes Leo. Una jornada hecha para reconocer el empuje, la creatividad y el compromiso de quienes, sin más pretensión que la de mejorar lo que tienen alrededor, dedican parte de su tiempo libre a servir a su comunidad con una mezcla de entusiasmo y sentido práctico.
La efeméride recuerda el nacimiento del primer Club Leo, fundado el 5 de diciembre de 1957 en un instituto de Pensilvania. Aquel pequeño experimento, casi improvisado, buscaba ofrecer a los jóvenes espacios donde aprender liderazgo, responsabilidad y respeto mutuo mientras llevaban a cabo proyectos que generaran un impacto real. Lo que nadie imaginaba entonces es que esa modesta iniciativa sembraría una red mundial que, hoy, aglutina a cientos de miles de jóvenes repartidos por más de un centenar de países.
El Leoísmo, que comenzó como una travesura visionaria de un par de socios del Club de Leones, ha terminado convertido en un engranaje esencial dentro de una organización centenaria que comparte un mismo propósito: mejorar la vida de las personas mediante la acción voluntaria.
Deporte, ideas y un grupo de adolescentes: así nació el primer Club Leo
El origen del Leoísmo posee un encanto que pocas organizaciones pueden presumir de tener: no se gestó en un despacho solemne, sino en un campo de béisbol. A finales de los cincuenta, Jim Graver, entrenador del equipo de la Abington High School, combinaba su labor educativa con su participación activa en el Club de Leones de Glenside. Entre entrenamiento y entrenamiento, Graver compartía con su compañero William Ernst la idea de crear un espacio asociado al leonismo, pero pensado para los jóvenes.
La propuesta sonaba atrevida, casi temeraria: trasladar los valores del leonismo —el servicio, la responsabilidad, el compromiso comunitario— a un grupo de adolescentes que apenas estaban descubriendo quiénes eran. Para formar el primer grupo, optaron por una estrategia simple: convencer a los jugadores del equipo de béisbol para que asistieran a la primera reunión, acompañados de otros compañeros del instituto. Lo sorprendente no es que aceptaran, sino que aquella mezcla dispar de estudiantes formó un grupo cohesionado que decidió constituirse como el primer Club Leo del mundo.
El 5 de diciembre de 1957, los Leones de Glenside hicieron oficial la creación del club al entregar su carta constitutiva. Ese gesto, aparentemente local y discreto, encendió una chispa que, con el tiempo, prendería en institutos, universidades, barrios y pueblos de medio mundo. La historia se recuerda con una sonrisa porque muestra hasta qué punto las grandes ideas a veces nacen de una ocurrencia compartida entre amigos.
Un movimiento que pasó de experimento a red global
Durante sus primeros años, aquel Club Leo de Abington fue una curiosidad; algo especial, sí, pero aún sin vocación de trascender más allá de su entorno. Sin embargo, el éxito de la experiencia animó a otras escuelas a replicarla. En 1963 surgió un segundo club en un centro de Tamaqua, también en Pensilvania. A partir de ahí, el crecimiento fue constante.
En 1964, la iniciativa adquirió reconocimiento distrital, una señal evidente de que el leonismo empezaba a apostar seriamente por la juventud como fuerza transformadora. Pero el punto de inflexión llegó en 1967, cuando Lions Clubs International incorporó oficialmente el programa Leo a su estructura global. Aquel paso abrió de par en par las puertas a la expansión internacional.
Los años setenta consolidaron el 5 de diciembre como la fecha oficial para celebrar el Día Internacional de los Clubes Leo. Desde entonces, el movimiento juvenil se ha extendido por todos los continentes, con clubes en ciudades gigantes, pueblos minúsculos, zonas rurales y regiones remotas. Hoy es habitual que en una misma convención se reúnan jóvenes de culturas, acentos y realidades muy distintas, pero unidos por una misma filosofía: actuar donde haga falta y con los medios disponibles.
El Club Leo hoy: juventud organizada con propósito
En su estructura actual, un Club Leo es un grupo de jóvenes con edades comprendidas entre los 12 y los 30 años, siempre bajo el patrocinio de un Club de Leones. Sus objetivos son claros: fomentar el liderazgo, promover el compromiso social y desarrollar habilidades mediante proyectos de servicio. El concepto puede sonar académico, pero en la práctica es una mezcla vibrante de actividad, aprendizaje y descubrimiento personal.
Para facilitar la gestión de edades, el programa se divide en dos etapas:
- Clubes Leo Alfa, orientados a adolescentes entre 12 y 17 años.
- Clubes Leo Omega, dirigidos a jóvenes entre 18 y 30 años.
En la etapa Alfa, el protagonismo recae en el descubrimiento: aprender a participar, a trabajar en equipo, a responsabilizarse de tareas concretas. En la etapa Omega, los miembros adquieren un papel más activo en la planificación y ejecución de proyectos, asumiendo cargos, coordinando actividades y relacionándose con instituciones locales.
Hoy existen miles de clubes Leo repartidos por más de 150 países. Sus miembros desarrollan anualmente decenas de miles de iniciativas: campañas de donación de sangre, recogidas de alimentos, acciones de reforestación, actividades inclusivas, proyectos educativos, talleres de promoción de la salud, apoyo a personas sin hogar, acompañamiento a mayores o labores de respuesta ante emergencias.
Un rasgo distintivo es que los jóvenes suelen aportar una creatividad y una frescura que transforman la manera de comunicar y ejecutar proyectos. No es raro que las campañas más dinámicas —las que realmente llegan a la gente— salgan de brainstormings improvisados en reuniones de Leos que, sin grandes presupuestos, logran resultados sorprendentes.
El significado de LEO y su evolución a lo largo del tiempo
Aunque parezca que el nombre Leo encaja naturalmente con una organización cuyo símbolo es un león, en realidad es un acrónimo cargado de intención. Las tres letras representan Liderazgo, Experiencia y Oportunidad, tres pilares que articulan la filosofía del movimiento.
Curiosamente, la segunda letra no siempre significó “Experiencia”. En sus primeros años, la “E” hacía referencia a “Equidad”, un guiño a la idea de que los jóvenes merecían el mismo respeto y consideración que los adultos. Con el tiempo, el enfoque se centró más en el aprendizaje práctico que proporciona involucrarse en proyectos reales, y la letra evolucionó hacia su significado actual.
El Leoísmo también ha desarrollado una identidad simbólica reconocible:
- El emblema Leo muestra dos cabezas de león doradas que miran en direcciones opuestas, separadas por una franja vertical con las siglas LEO. La cabeza que mira al pasado representa la tradición y los valores heredados; la que mira al futuro simboliza el compromiso con lo que está por venir.
- Sus colores oficiales son el blanco y el vinotinto. El primero evoca la claridad y la honestidad; el segundo, la energía y la determinación.
Los primeros colores, sin embargo, fueron otros: marrón y oro, los del instituto de Abington. Aquella imagen inicial evolucionó hasta convertirse en la estética actual, presente en chalecos, insignias y banderines. Para quienes han pasado por el programa, esos símbolos no son simple decoración: son recuerdos de reuniones, proyectos, amistades y momentos que han marcado una etapa de su vida.
Cómo se vive la celebración del Día Internacional de los Clubes Leo
Lejos de limitarse a publicar una frase bonita en redes sociales, el 5 de diciembre es una jornada en la que los clubes Leo muestran al exterior lo que llevan meses preparando por dentro. Algunos clubes organizan proyectos especiales, otros aprovechan para presentar nuevas iniciativas y muchos se coordinan para visibilizar su labor mediante actividades conjuntas.
Entre las acciones más habituales se encuentran:
- Proyectos de servicio especiales, como campañas de donación de sangre, recogidas de alimentos o actividades recreativas en hospitales.
- Actos de reconocimiento, donde se entregan distinciones a miembros que han destacado por su dedicación o liderazgo.
- Acciones de divulgación, con contenido audiovisual, notas de prensa, jornadas de puertas abiertas y campañas coordinadas entre distritos.
Cada club adapta la celebración a sus circunstancias: algunos optan por eventos multitudinarios; otros, por actividades pequeñas pero significativas. Hay distritos que aprovechan la proximidad de la fecha para organizar encuentros formativos en liderazgo, oratoria o gestión de proyectos. Aunque no tengan tanto brillo mediático, esos talleres suelen ser decisivos en la evolución personal de los jóvenes.
En algunos países, el Día Internacional se utiliza para recordar al público general qué es el leonismo y cómo una organización fundada en 1917 ha llegado a convertirse en una red gigantesca que sostiene miles de iniciativas de servicio. De paso, se pone en valor el papel que la juventud desempeña en ese engranaje global.
Una alianza intergeneracional que sostiene el voluntariado
Los Clubes Leo no funcionan de manera aislada. Forman parte de una estructura mayor en la que coexisten generaciones con experiencias muy distintas. La relación entre Leos y Leones es, en muchos casos, una especie de mentoría silenciosa: los adultos aportan experiencia, apoyos institucionales y recursos; los jóvenes, creatividad, dinamismo y una sensibilidad más cercana a los problemas actuales.
Esa mezcla, aunque irregular por momentos, da lugar a un intercambio enriquecedor. Los jóvenes aprenden a enfrentarse a trámites, permisos y burocracias que, sin ese respaldo, serían difíciles de gestionar. Y los adultos descubren nuevas maneras de comunicar y conectar con la sociedad.

La transición del mundo Leo al mundo León está además bien definida. Muchos jóvenes acceden al estatus de “Leo-León”, un puente que les permite incorporarse a los clubes de adultos sin perder el vínculo con su etapa juvenil. Ese paso garantiza la continuidad del movimiento y evita que el talento formado durante años se diluya.
Un movimiento juvenil con personalidad propia
El Leoísmo podría confundirse, desde fuera, con cualquier otro grupo juvenil orientado al voluntariado. Sin embargo, posee rasgos que lo diferencian claramente:
- Equilibrio entre lo local y lo internacional.
Cada club trabaja en su entorno, pero forma parte de una red mundial que coordina campañas, convoca encuentros y comparte recursos. - Puente hacia la vida adulta.
Los Leos no “caducan”: tienen un camino definido hacia los clubes de Leones, lo que convierte la experiencia juvenil en una etapa de formación continua. - Estructura de liderazgo real.
Los cargos, responsabilidades y decisiones no son simbólicos. Hablar en público, dirigir reuniones o planificar presupuestos forma parte del día a día. - Relación con mentores adultos.
No hay grandes discursos motivacionales, sino una convivencia continuada en proyectos compartidos. - Identidad simbólica fuerte.
Emblemas, lemas y colores generan un sentido de pertenencia que perdura más allá de la etapa juvenil.
Pequeñas curiosidades que definen al Leoísmo
El movimiento acumula anécdotas y detalles que ayudan a entender su espíritu:
- El primer Club Leo nació en un instituto público y se formó a partir de un equipo de béisbol.
- La sigla LEO cambió de significado con el tiempo, adaptándose a las prioridades del programa.
- Aunque la efeméride se celebra el 5 de diciembre, el reconocimiento oficial del programa llegó diez años después.
- Los clubes Leo, hoy, reúnen a más de 200.000 jóvenes en más de 150 países.
- El leonismo en su conjunto agrupa a alrededor de un millón y medio de socios en todo el mundo.
- En algunos países existen versiones “infantiles” del Leoísmo, como los grupos de Cachorritos en Argentina.
En conjunto, el Día Internacional de los Clubes Leo es la ocasión para recordar que gran parte del trabajo silencioso que sostiene campañas sociales, ambientales o educativas depende de jóvenes que, sin pedir aplausos, han decidido poner sus manos, su tiempo y su creatividad al servicio de los demás. Y hacerlo, además, con un chaleco vinotinto que se ha convertido en símbolo de compromiso, aprendizaje y ganas de cambiar el mundo, aunque sea un poco.
Vídeo: “International Leo Day #proudLEO #SquadGoals”
Fuentes consultadas
- Diainternacionalde.com. (s. f.). Día Internacional de los Clubes Leo. Diainternacionalde.com. https://www.diainternacionalde.com/dias-raros/dia-internacional-clubes-leo/
- Wikipedia. (s. f.). Club Leo. Wikipedia, la enciclopedia libre. https://es.wikipedia.org/wiki/Club_Leo
- Lions Clubs International. (s. f.). Sobre los Leos. La Asociación Internacional de Clubes de Leones. https://www.lionsclubs.org/es/discover-our-clubs/about-leos
- Muñiz, F. (s. f.). Oficina Pro Cautivos: Alfonso XIII y la ayuda en la Primera Guerra Mundial. El Café de la Historia. https://www.elcafedelahistoria.com/oficina-pro-cautivos-alfonso-xiii/
- RTVE. (2024, 9 diciembre). Leonismo: la filosofía de una ONG internacional con millón y medio de socios. RTVE. https://www.rtve.es/television/20241204/leonismo-filosofia-ong-internacional-con-millon-medio-socios/16355175.shtml
- Lionluis. (s. f.). Historia del leonismo. Lionluis. https://lionluis.com/Leones/Spanish/historia_leonismo_000.htm
Escritor, profesor, traductor, divulgador, conferenciante, corrector, periodista, editor.






