Una heroína con cuatro patas y un uniforme que le quedaba de maravilla
La historia del sargento Reckless bien podría sonar al cuento exagerado de un veterano en la barra de un bar militar, pero no: en plena Guerra de Corea, una pequeña yegua de origen local terminó convertida en figura destacada del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Tuvo rango oficial, raciones propias y un expediente militar que dejaría boquiabierto a más de un soldado humano.
No fue una invención propagandística ni un recurso sentimental para subir la moral. Reckless existió, sirvió entre 1952 y 1953 en la 5.ª de Marines, participó en combates reales y acumuló condecoraciones tan serias como dos Corazones Púrpura, la Mención Presidencial y otras distinciones que cualquier militar firmaría con los ojos cerrados.
Su punto de partida no pudo ser más irónico: procedía del hipódromo de Seúl. Tenía trazas de purasangre y el destino de caballo de carreras… hasta que la guerra decidió otra cosa.
Corea: el lugar perfecto para perder un tanque y para necesitar un animal
El terreno coreano era un rompecabezas: colinas imposibles, barrizales, bosques densos y un clima que variaba entre la nieve y la lluvia persistente. Los tanques, esos gigantes de acero tan útiles en teoría, se convertían en pisapapeles de varias toneladas atrapados entre barrancos.
Los marines debían trasladar un arma fundamental: el cañón sin retroceso de 75 mm. Más ligero que un cañón tradicional y manejable por pocos hombres, pero la munición era harina de otro costal: proyectiles de diez kilos cada uno que debían subir montaña arriba donde no llegaba ningún vehículo, ni siquiera el más testarudo de los jeeps.
Con semejante panorama, la solución no fue un invento revolucionario ni un artilugio mecánico, sino algo tan sencillo como clásico: hacía falta un animal de carga. El teniente Eric Pedersen, jefe del pelotón de estos cañones, entendió que lo moderno a veces es recuperar lo antiguo.
De “Llama de la Mañana” a miembro del Cuerpo de Marines
El 26 de octubre de 1952, Pedersen se presentó en el hipódromo de Seúl con 250 dólares de su propio bolsillo y la misión de encontrar un animal adecuado. Allí conoció a Kim Huk Moon, joven propietario de una yegua castaña llamada Ah Chim Hai, nombre que se traducía como “Llama de la Mañana”. Un nombre precioso para una futura mula de guerra, aunque nadie lo sospechaba aún.
Kim no quería desprenderse de ella, pero la necesidad era acuciante: necesitaba dinero para comprar una pierna ortopédica a su hermana, herida por una mina. La guerra, siempre experta en plantear tragedias a mano alzada, inclinó la balanza. La yegua fue vendida y su vida cambió para siempre.
El bautismo militar llegó rápido. Su nueva unidad la rebautizó como Reckless, un juego fonético que mezclaba el arma principal del pelotón con cierta idea de temeridad que, a la larga, le encajaría como un guante. De pronto, aquella yegua coreana se convirtió en un miembro más del regimiento.
Entrenamiento, manías gourmet y disciplina… relativa
En teoría, la recién llegada debía comportarse como un animal de carga disciplinado. En la práctica, aquello se convirtió en un espectáculo entrañable. El encargado de entrenarla fue el sargento Joseph Latham, apoyado por el soldado Monroe Coleman y otros compañeros.
Su aprendizaje fue riguroso:
- acostumbrarse a la albarda adaptada para llevar proyectiles;
- subir y bajar remolques sin montar espectáculos;
- circular entre soldados y material sin perder los nervios;
- obedecer unas cuantas órdenes básicas.
Consiguieron que transportara entre ocho y diez proyectiles por viaje, un peso que, trasladado a un humano, habría enviado a más de un marine directo a la enfermería.
Pero Reckless tenía personalidad. Le encantaba entrar en las tiendas como si fueran su dormitorio particular, especialmente en noches frías, donde se acurrucaba al lado de la estufa con la tranquilidad de quien sabe que nadie va a echarla. Además, desarrolló una afición alimentaria que rozaba el delito: devoraba huevos revueltos, barritas de chocolate, fichas de póquer, y regaba el menú con cerveza o refrescos cuando tenía la oportunidad.
El mando, espantado ante la posibilidad de que alguien la lesionase por diversión, prohibió expresamente montarla. Un marine decidió que aquella norma era negociable y se fue de paseo con ella, maniobra que incluyó un trote despreocupado por un campo de minas. El castigo fue ejemplar: el soldado perdió sus raciones, que pasaron directamente al estómago de la yegua.
El único que tuvo permiso para montarla fue el legendario general Lewis “Chesty” Puller. Si alguien podía saltarse la norma, era él.
Hedley’s Crotch: primer combate, primer salto y primer susto
El bautismo de fuego llegó en un lugar cuyo nombre parecía una broma de mal gusto: Hedley’s Crotch. Allí escuchó por primera vez el disparo del cañón sin retroceso mientras llevaba seis proyectiles sobre el lomo. El estruendo la hizo saltar de tal forma que sus cuatro cascos se alzaron del suelo al mismo tiempo, un brinco digno de competición.
Tras el susto inicial, Coleman logró calmarla. Al segundo disparo, la reacción ya fue menor: un resoplido indignado. Al final de la jornada, había pasado de asustarse a mordisquear un casco abandonado. La adaptación había sido tan rápida como sorprendente.
En cuestión de días, Reckless memorizó las rutas de suministro mejor que cualquier soldado. Al principio necesitaba guía; después de unos viajes, subía y bajaba sola, con proyectiles a la espalda y bajo fuego enemigo, como quien hace un recado rutinario.
La colina Vegas: 51 viajes y un lugar en la historia
La hazaña que la inmortalizó ocurrió en marzo de 1953, durante la conocida Batalla de las posiciones Vegas. Las líneas de los marines sufrían un castigo constante y la munición escaseaba. Era necesario abastecer a los cañones sin retroceso sin pausa ni descanso.
Reckless realizó 51 viajes en un solo día. Cargó entre cuatro y ocho proyectiles en cada ascenso, subió y bajó colinas castigadas por la artillería enemiga y recorrió, en total, más de treinta y cinco millas. Transportó 386 proyectiles, el equivalente a lo que habría movido una pequeña compañía humana. Y lo hizo, en buena parte, sin guía alguna.
En las bajadas, cuando su carga se lo permitía, aprovechaba para evacuar heridos. En lugar de proyectiles, llevaba hombres. Había cierta poética inversa en aquel cambio de carga.
En medio del bombardeo, recibió dos heridas por metralla, una cerca del ojo izquierdo y otra en el costado. Se recuperó con una rapidez asombrosa. Por ello recibió dos Corazones Púrpura y un ascenso en plena campaña.
El rendimiento logístico era incuestionable. El impacto moral, incalculable.
Más que munición: cables, barcos y sentido del humor
Cuando no ejercía de transporte blindado con patas, Reckless servía como herramienta para tender líneas telefónicas. Se le colocaban carretes de cable y avanzaba dejando la línea trazada. Un solo recorrido suyo equivalía a la labor de muchos hombres.
También participó en un desembarco. Cuando la unidad tuvo que embarcar, el comandante del buque se negó al principio a subir a la yegua. Pero figuraba en el plan de carga como cualquier otro material militar. No hubo discusión posible. Una vez dentro, mareó el barco entero con un repertorio digestivo que convirtió la cubierta en un paisaje menos presentable, pero tremendamente humano.
El pelotón incluso organizó una especie de broma colectiva, retando por escrito a un famoso purasangre a una carrera ficticia. Aquello decía mucho del cariño que le tenían.
En resumen, Reckless era soldado, mascota, símbolo de buena suerte y personaje central en las anécdotas del regimiento.
De Corea a California: vida de estrella castrense
Acabada la guerra, Reckless se convirtió en un rostro (o más bien un hocico) conocido. Un reportaje en una revista estadounidense generó una ola de apoyo para trasladarla a Estados Unidos. Una naviera ofreció transportarla desde Japón sin cobrar un céntimo.

Llegó el 10 de noviembre de 1954 y pasó un tiempo viviendo con la familia del teniente Pedersen hasta su traslado a Camp Pendleton, donde le asignaron un establo digno de toda una celebridad. Allí participó en desfiles, actos oficiales y celebraciones del aniversario del Cuerpo de Marines.
En 1954 fue ascendida a sargento y, años después, al equivalente a sargento primero. Su expediente era una rareza: una yegua registrada oficialmente con número de servicio y ascensos reconocidos.
Tuvo cuatro potros; tres sobrevivieron, con nombres que dejaban clara la influencia militar: Fearless, Dauntless y Chesty.

Falleció en mayo de 1968, con 19 años, tras sufrir una lesión. La enterraron con honores en Camp Pendleton, donde todavía hoy se la recuerda.
Medallas, homenajes y memoria
Su currículum militar incluía:
- dos Corazones Púrpura;
- la Medalla de Buena Conducta del Cuerpo de Marines;
- la Mención Presidencial con estrella de bronce;
- la Mención Honorífica de la Armada;
- medallas de servicio por la Guerra de Corea, por la defensa nacional y por la campaña de Naciones Unidas;
- una mención presidencial de la República de Corea.
Décadas después, se sumarían honores simbólicos destinados a animales que han demostrado valor en guerra, como la prestigiosa Dickin Medal o la Medalla al Valor en Guerra y Paz.
Una imponente estatua la representa en el Museo Nacional del Cuerpo de Marines, y otra se encuentra en Camp Pendleton. Hay homenajes dispersos en parques ecuestres y centros históricos, donde su figura aparece junto a otros animales célebres.
Su legado también vive en libros, documentales y relatos divulgativos que revisitan su historia con mezcla de admiración y asombro.
Vídeo: “America’s War Horse Marine – Sergeant Reckless”
Fuentes consultadas
- Klein, C. (2017, 27 diciembre). The four-legged marine who became a Korean War hero. History. https://www.history.com/articles/the-four-legged-marine-who-became-a-korean-war-hero
- Sanz, J. (2020, 3 febrero). Reckless, la coreana que recibió dos Corazones Púrpura de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Historias de la Historia. https://historiasdelahistoria.com/2020/02/03/reckless-la-coreana-que-recibio-dos-corazones-purpura-de-las-fuerzas-armadas-de-los-estados-unidos
- United States Marine Corps. (s. f.). Staff Sergeant Reckless (1948–1968). 1st Marine Division, 5th Marine Regiment. https://www.1stmardiv.marines.mil/Units/5TH-MARINE-REGT/History/SSgt-Reckless/
- Muñiz, F. (2025). Medalla Dickin – historia y animales condecorados. El Café de la Historia. https://www.elcafedelahistoria.com/medalla-dickin-historia-animales-condecorados/
- Magri, M. C. (2019, 19 junio). Sargento Reckless: La yegua mongola se une a los marines. Cavallo Magazine. https://www.cavallomagazine.it/es/personas/Sargento-Reckless–la-Yegua-Mongola–se-alist%C3%B3-en-la-Infanter%C3%ADa-de-Marina-1-3878452
- Wikipedia. (2020, 4 abril). Sergeant Reckless. Wikipedia. https://en.wikipedia.org/wiki/Sergeant_Reckless
Escritor, profesor, traductor, divulgador, conferenciante, corrector, periodista, editor.






