Un enclave que juega al escondite
La Cerca de Villaño no aparece destacada en mapas digitales ni presume de señalización amable. Es uno de esos rincones empeñados en mantenerse en un discreto segundo plano. Se trata de un diminuto fragmento de tierra que pertenece administrativamente a Orduña —la única ciudad vizcaína— pero que está completamente rodeado por el burgalés Valle de Losa. En pocas palabras: un enclave encerrado dentro de otro enclave, un rombo de historia y papeleo que ha sobrevivido a siglos sin reclamar protagonismo.
Lo sorprendente de este lugar no es lo que muestra, sino lo que oculta. No hay paneles informativos, ni límites marcados con exactitud milimétrica, ni rastro de él en la cartografía oficial más moderna. Lo que quedan son documentos antiguos, relatos de vecinos, ruinas silenciosas y la mirada atenta de quienes han tenido la suerte de tropezar con él.
¿Qué es exactamente “La Cerca” y cuánto mide?
Responder a esa pregunta equivale a abrir una caja de sorpresas. Sobre su tamaño circulan cifras que parecen sacadas de una tertulia entre pastores: hay quien asegura que apenas alcanza los 500 metros cuadrados, otros hablan de mil, de media hectárea o, directamente, de diez. Esta oscilación no es fruto del desorden mental, sino de la indefinición histórica de los límites, en su día marcados por una tapia, después por mojones y, hoy, en algunos puntos por nada en absoluto.
Situada al abrigo de la Sierra Sálvada, dentro del Valle de Losa y muy próxima a la pedanía de Villaño, la Cerca se mezcla con un paisaje de caseríos sobrios, praderas tranquilas y peñas que parecen estar ahí desde el principio de los tiempos. Quien llega nota enseguida esa atmósfera de rusticidad duradera que solo conservan ciertos rincones rurales.
La prueba documental: Madoz y la tradición administrativa
Para quienes desconfían de las leyendas, el Diccionario geográfico de Pascual Madoz aporta certezas. Ya en el siglo XIX este enclave aparece citado como uno de los barrios de Orduña, con once casas: tres vizcaínas y ocho burgalesas. Lo más llamativo es que uno de los mojones divisores se encontraba dentro de una cocina, lo que convertía la casa en un territorio compartido en el sentido más literal.

Ese registro confirma que la Cerca ha vivido siempre en un curioso equilibrio doble: parte vizcaína, parte castellana. Y esa dualidad se tradujo en diferencias muy reales, desde impuestos hasta obligaciones militares, dependiendo del lado de la vivienda en el que uno hubiera nacido.
La Casa de Vadillo: la frontera que cruzaba la cocina
Entre las historias de este lugar, la de la Casa de Vadillo se lleva la palma. Según los relatos, la cocina de esta vivienda estaba cortada por la mitad: un fragmento pertenecía a Burgos y el otro a Bizkaia. El mojón, colocado cerca de la chimenea o del desagüe, decidía más de lo que cabría esperar. Uno de los hijos, nacido en “territorio” vizcaíno, se libró del servicio militar; otro, cuyo nacimiento tuvo lugar a escasos pasos pero en la parte castellana, tuvo que cumplirlo.
Las fotos que circulan muestran casas en distintas fases de ruina, junto con alguna que todavía mantiene vida. Todas comparten esa presencia silenciosa que parece guardar discusiones antiguas. La Casa de Vadillo, observada desde fuera, es casi el símbolo perfecto de la frontera más doméstica del mundo.
Orígenes: regalías, castillos derribados y decisiones regias
El origen del enclave se remonta a la época en la que reyes y nobles intercambiaban territorios como quien cambia favores. Se cree que la Cerca nació como una regalía concedida a Orduña por Juana I y Carlos I, en agradecimiento por la compra y demolición del castillo de los Ayala. Así quedó este pedazo de tierra unido a la ciudad vizcaína, pese a estar rodeado de Burgos por los cuatro costados.

Conviene recordar que las donaciones reales rara vez venían acompañadas de planos detallados. Se otorgaba la jurisdicción y se dejaba al tiempo —y a los mojones— la tarea de marcar los bordes. Esa falta de precisión, tan habitual en la época, se convierte hoy en un desafío para la administración moderna, que exige límites definidos al milímetro.
¿Por qué llama tanto la atención hoy este pequeño territorio?
La Cerca de Villaño sirve como recordatorio de que el territorio es algo mucho más complejo que una coordenada GPS. Aquí confluyen memoria, costumbres y burocracia: tapias que se caen, lindes que se mueven, familias que cruzan fronteras sin moverse de casa. También plantea preguntas interesantes: ¿qué convierte un lugar en “visible” para la administración? ¿Un mapa? ¿Un padrón? ¿O simplemente que haya quien reclame su existencia?
Para paseantes, curiosos, historiadores aficionados y amantes de los rincones peculiares, La Cerca es un regalo. Para los técnicoss de urbanismo, sin embargo, es un rompecabezas administrativo: incluirla formalmente en el planeamiento de Orduña implica delimitarla con exactitud, registrar propietarios y asumir competencias. Un proceso que, durante décadas, quedó en segundo plano.
Vecinos, partos estratégicos y el ingenio cotidiano
Las anécdotas de la zona mezclan humor, necesidad y un poco de picaresca. La más repetida es la de la casa de «la partera», donde muchas mujeres de Losa acudían a dar a luz para que sus hijos nacieran en territorio vizcaíno y se beneficiaran de sus fueros, incluida la exención del servicio militar.
Otros relatos mencionan familias que nunca tenían claro a qué provincia debían pagar impuestos, o mojones que se convertían en protagonistas de historias familiares transmitidas durante generaciones. Estas narraciones son parte esencial del encanto de la Cerca: un territorio pequeño con una memoria enorme.
De la tapia al mojón: una frontera que cambia de forma
Durante buena parte de su historia, la Cerca estuvo rodeada por una tapia que marcaba claramente su perímetro. Cuando el muro desapareció, fueron los mojones de piedra los encargados de señalar la frontera. Algunos estudios recogen esta evolución, que muestra cómo un espacio rural cercado pasó a ser un territorio casi simbólico, dependiente más del recuerdo que del trazado exacto.
En la península, los mojones siempre han sido testigos silenciosos de pleitos y acuerdos. En este caso, mantuvieron con vida la identidad foral de la Cerca, resistiendo cambios, derrumbes y olvidos.
La administración toma cartas: regularizar lo irregular
En los últimos años, se han impulsado iniciativas para aclarar de una vez la situación de la Cerca. El Ayuntamiento de Orduña ha dado pasos para incorporarla oficialmente en su planeamiento, y hay voces que reclaman su conservación como patrimonio rural. Por parte de Burgos y Bizkaia existe un reconocimiento de la ambigüedad actual, y todo apunta a que será necesario un acuerdo técnico para fijar los límites de manera definitiva.
Hasta que ese proceso se complete, la Cerca seguirá manteniendo su encanto: todos hablan de ella, pero pocos podrían dibujarla sin titubeos.
Pasear la Cerca: una visita que exige intuición
Para encontrar la Cerca no hay más remedio que tirar de intuición y preguntar a los vecinos. Hay que acercarse al Valle de Losa, localizar Villaño y dejar que las ruinas, los prados y las casas dispersas indiquen el camino. La Casa de Vadillo, si uno la encuentra, es una parada imprescindible.
Los senderos del valle invitan a caminar sin prisa. Desde las peñas cercanas se obtiene una vista privilegiada del entorno, donde se percibe cómo este pequeño enclave se inserta en un paisaje mayor: la Sierra Sálvada, los pastos abiertos y una historia que sigue latiendo entre muros.
Fuentes para seguir tirando del hilo
Para quien quiera profundizar, hay estudios académicos, trabajos locales y crónicas periodísticas que analizan este curioso enclave desde múltiples ángulos: el jurídico, el geográfico, el anecdótico y el histórico. Las investigaciones sobre territorios separados, los documentos clásicos como el Diccionario de Madoz y los relatos recogidos por habitantes y viajeros completan el puzle.
Vídeo:
Fuentes consultadas
- Garayo Urruela, J. M. (1994). La Cerca de Villaño: Enclavado del municipio de Orduña en la provincia de Burgos. Boletín de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, 50(1), 197–208. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=70156
- García Galán, N. (2017). Territorios separados en España: Origen y situación actual. Espacio, Tiempo y Forma. Serie VI, Geografía, 10, 121–164. https://revistas.uned.es/index.php/ETFVI/article/view/18696
- Erkizia Martikorena, A. (2007). Bilañoko esparrua. En Auñamendi Eusko Entziklopedia. Eusko Ikaskuntza. https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/fr/bilanoko-esparrua/ar-2548/
- Muñiz, F. (2025, 12 de noviembre). Baarle: Un rompecabezas fronterizo con cruces pintadas en el suelo. El café de la Historia. https://www.elcafedelahistoria.com/baarle-hertog-pueblo-fronterizo/
- Loza, G. (2022, 21 de marzo). La “cerca de Villaño” en medio de Burgos, más cerca de ser oficialmente Bizkaia. Cadena SER. https://cadenaser.com/2022/03/21/la-cerca-de-villano-en-medio-de-burgos-mas-cerca-de-ser-oficialmente-bizkaia/
- Iñigo. (2020, 29 de junio). Recuperar y mantener La Cerca de Villaño. Irekia. Gobierno Vasco. https://www.irekia.euskadi.eus/es/proposals/3137-recuperar-mantener-cerca-villano
Escritor, profesor, traductor, divulgador, conferenciante, corrector, periodista, editor.






