Saltar al contenido
INICIO » Orden de Malta: historia y curiosidades de un Estado sin suelo

Orden de Malta: historia y curiosidades de un Estado sin suelo

Una paradoja con hábito y espadas

Se habla de Estados sin Estado, de naciones sin reconocimiento y de micro-estados con aeropuertos y bancos; pero la Orden de Malta encaja en otra categoría: la de entidad soberana sin porción de tierra propia, una especie de club centenario que, sin embargo, tiene embajadas, tratados, pasaportes y hasta placas de matrícula —aunque técnicamente no tenga calles ni carreteras—. Se trata de una institución que surgió en la encrucijada medieval entre hospital y ejército, y que ha sabido convertir su anacronía en utilidad práctica.

Nacimiento, mudanzas y supervivencia: de Jerusalén a Malta

La génesis es famosa y teatral: un hospital para peregrinos en Tierra Santa que, con el tiempo, se militarizó. El núcleo original apareció en el siglo XI; el papa Pasquale II reconoció la comunidad en 1113, otorgándole estatuto y autonomía. Desde entonces la Orden encadenó mudanzas que hoy suenan a expedición: Jerusalén, luego Chipre, Rodas (siglo XIV) y finalmente Malta, concedida por Carlos V en 1530. En cada parada dejó huella: fortalezas, hospitales, flotas y hasta moneda propia. La caída de esas sedes —la pérdida de Rodas en 1522 y la expulsión de Malta por Napoleón en 1798— no borró su continuidad institucional; lo que cambió fue su geografía.

Roma como sede… y sin fronteras

Tras las corrientes históricas y las promesas incumplidas, la Orden instaló su cuartel general en Roma. Desde 1834 funciona oficialmente desde dos edificios —el Palazzo Magistral y la Villa del Priorato en el Aventino— que gozan de privilegios equiparables a la extraterritorialidad. Italia y la propia jurisprudencia han aceptado, en la práctica, ese tratamiento: el Tribunal de Casación italiano llegó a señalar en 1974 que la Orden constituye “un sujeto internacional soberano, aunque sin territorio”. Es una convivencia jurídica curiosa: soberanía reconocida sin mapa.

¿Estado, orden religiosa o criatura diplomática?

La respuesta depende del interlocutor y del manual de derecho internacional que se abra. Jurídicamente la Orden es considerada un sujeto de derecho internacional que ejerce funciones soberanas relacionadas con su misión —diplomacia, firma de tratados, emisión de pasaportes diplomáticos— pero le falta lo que para Thomas Hobbes sería el signo más visible del Estado: un territorio propio amplio y una población ciudadana permanente. Desde 1994 tiene estatus de observador permanente en la Asamblea General de la ONU, lo que la coloca en foros internacionales al nivel práctico de otras entidades no estatales con peso global. En lo diplomático, la Orden mantiene relaciones bilaterales con más de un centenar de países.

Organización, números y obra: el por qué de su pervivencia

Hoy la Orden no se sostiene por coronas ni por caudales ocultos: su músculo real está en la acción humanitaria. Cuenta con decenas de miles de miembros y colaboradores: fuentes públicas estiman alrededor de 13 000 miembros entre caballeros, damas y capellanes, y un ejército de voluntarios que alcanza cifras próximas a 100 000, desplegados en programas sanitarios, asistencia a migrantes, socorro en desastres y atención a ancianos y enfermos. Emplea además a personal sanitario y auxiliares en muchas de sus misiones; su red práctica es lo que convierte a un sujeto jurídico extraño en un actor de campo real.

Pasaportes, monedas y placas: los accesorios de un soberano sin suelo

La anécdota favorita de los cronistas: la Orden de Malta emite pasaportes (muy limitados en número —apenas unos cientos—, reservados a altos cargos y diplomáticos), acuña monedas conmemorativas y, como decíamos más arriba, ha llegado a imprimir matrículas. Son símbolos: sirven para practicar la diplomacia y para recordar que la soberanía, en derecho internacional, puede ser performativa. Además, desde 1998 la Orden mantiene un acuerdo con Malta por el que se le concede la parte alta del histórico Fort St. Angelo durante 99 años; allí ondean juntos la bandera maltesa y la bandera de la Orden como si fuera una promesa simbólica de retorno.

Fort St. Angelo orden de malta
Fort St. Angelo

Curiosidades y ejemplos concretos

Se puede mirar la Orden como una ONG con títulos palatinos: cuando rescata migrantes en el Mediterráneo o monta un hospital de campaña en una zona de conflicto, actúa respaldada por convenios con Estados, presencia diplomática y relaciones con agencias internacionales.

El Gran Maestre de la Orden de Malta
El Gran Maestre de la Orden de Malta

Otra curiosidad: el Gran Maestre recibe honores protocolarios comparables a los de un jefe de Estado, y la Orden firma acuerdos con países y organizaciones para facilitar su trabajo humanitario. A la hora de posicionarse en la geopolítica, la entidad practica el soft power con hábito: mucha ayuda, pocas fronteras.

NO TE PIERDAS NADA

¿Quién dijo que la historia era aburrida?
Si has llegado hasta aquí, mereces más.

Apúntate al boletín y te seguiremos mandando joyas históricas como esta.
Gratis, sin spam, sin compromisos ni torturas medievales.



Productos recomendados para profundizar y ampliar información sobre el artículo

Historia de la Orden de Malta. Nuevos Estudios: Colección de ensayos académicos que actualiza la historiografía sobre los Hospitalarios: orígenes, traslado a Rodas y Malta, administración de prioratos y relaciones con reinos europeos. Aporta nuevas fuentes, debate interpretativo y notas; lectura imprescindible para investigadores y también para estudiantes de historia.


La soberana orden de Malta: un milenio de fidelidad: Narración divulgativa que recorre mil años de la Orden, desde hospitales en Tierra Santa hasta su papel diplomático moderno. Combina anécdotas, episodios militares y facetas asistenciales; lenguaje accesible pensado para lectores no especializados que busquen contexto histórico y curiosidades sobre los caballeros hospitalarios. Incluye ilustraciones, mapas y una cronología clara que facilita la lectura


Carlos V y la Orden de Malta: Monografía que relaciona la figura de Carlos V con la cesión de Malta a la Orden y sus consecuencias políticas en el Mediterráneo. Aporta contexto sobre la diplomacia imperial, la estrategia naval y el papel de la Corona española en la época; útil para quienes exploran la conexión hispánica con los sanjuanistas.

Carlos V y la Orden de Malta (SIN COLECCION)
  • Alvarado Planas, Javier(Autor)

Fuentes:

Para estar al tanto de las últimas novedades

TU DOSIS SEMANAL DE CURIOSIDADES TE ESTÁ ESPERANDO

Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados/Los precios y la disponibilidad pueden ser distintos a los publicados. En calidad de afiliado a Amazon, obtenemos ingresos por las compras adscritas que cumplen con los requisitos aplicables.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

NO TE PIERDAS NADA

¿Quién dijo que la historia era aburrida?
Si has llegado hasta aquí, mereces más.

Apúntate al boletín y te seguiremos mandando joyas históricas como esta.
Gratis, sin spam, sin compromisos ni torturas medievales.

error: Contenido protegido, esta página está bajo una licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional