El imaginario colectivo suele asociar el espionaje con casinos, Aston Martins y martinis agitados.
La realidad, en cambio, se parece más a la burocracia aburrida y sucia. La Operación Tamarisk consistía en buscar información donde nadie miraba, y lo decimos literalmente. En la jerga de la misión británica BRIXMIS —la delegación militar que operaba en la Alemania Oriental bajo la excusa de “enlace”— apareció el verbo tamarisking, que resumía la actividad: registrar cubos de basura y vertederos en busca de documentos tirados, usados o incluso manchados.
Manchados de mierda. Literal.
Fuera glamour, dentro basura
La BRIXMIS (British Commanders’-in-Chief Mission to the Soviet Forces in Germany) y sus homólogos aliados contaban con una licencia peculiar: podían moverse en uniforme y en vehículos claramente identificables por territorio enemigo, salvo en zonas expresamente vetadas. Esa libertad —fruto de los acuerdos de posguerra para mantener canales de contacto— convirtió lo que parecía un simple “paseo oficial” en una excelente ocasión para recolectar inteligencia sobre el terreno. No eran comandos de película; eran oficiales con permiso que, llegado el momento, se inclinaban a curiosear en lo que otros habían desechado.
La técnica: tamarisking o “shit-digging”
En la década de los 80, la información llegó por un camino que mezcla risa y horror: la URSS pasaba escasez de productos básicos incluido el papel higiénico. Y los funcionarios usaban lo que tenían a mano: cartas, minutas, manuales y, a veces, documentos con información sensible. Ese papel no se destruía convenientemente; tras su uso acababa en cubos y bolsas de basura, que los equipos occidentales empezaron a registrar minuciosamente. No era cine; era un hallazgo con nombre en clave: Operación Tamarisk.
Los miembros de la misión no usaban eufemismos. “Shit-digging” —literal y preciso— resumía la tarea. Sus quejas del olor o del riesgo sanitario no consiguió que sus mandos se conmovieran: “traedlo todo, que lo analizamos”.
Qué se encontraba y por qué importaba
Los resultados de esta arqueología de basura iban desde cartas familiares —una ventana perfecta a la moral y los estados de ánimo— hasta cuadernos personales con esquemas técnicos, registros de suministros y manuales de adiestramiento. En algunos relatos, los equipos incluso recuperaron restos de vendajes con metralla, útiles para identificar tipos de proyectiles y técnicas de armamento. La acumulación de estos hallazgos, aparentemente insignificantes y asquerosos, permitió, como señalan algunos autores, reorientar el diseño de contramedidas de espionaje y hasta de las nuevas municiones; en la versión de Tony Geraghty, el material recuperado impulsó programas urgentes para nuevas armas antitanque.
Una tarea ingrata
Las crónicas internas y los testimonios públicos coinciden en un aspecto: la Operación Tamarisk fue sucia en sentido literal, pero extraordinariamente rentable desde el punto de vista estratégico. Los espías occidentales describieron cómo, al principio, se acercaban a los cubos y contenedores con escepticismo, incluso con una mezcla de repulsión y curiosidad, pensando: “¿qué puede haber aquí que merezca la pena?”.
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La sorpresa venía cuando, tras revolver entre papeles húmedos o restos orgánicos, descubrían auténticas joyas de información: números de serie, horarios de suministro, órdenes de maniobras e incluso, códigos o claves que resultaban valiosísimos para planificar movimientos o anticipar despliegues enemigos.
Algunos relatos cuentan que los agentes desarrollaron técnicas casi quirúrgicas para no perder tiempo y maximizar los hallazgos: identificaban patrones de desecho, por ejemplo, en contenedores junto a cuarteles de oficiales, o durante las limpiezas posteriores a maniobras militares, donde se acumulaban manuales, informes y correspondencia oficial mezclados con papel higiénico o toallas usadas.
Joyas en la basura
En uno de los casos más sonados, un equipo descubrió, escondido entre restos aparentemente inútiles, un cuaderno de entrenamiento con diagramas de blindaje que inmediatamente se convirtió en objeto de estudio. Otro recuerda la odisea de tener que abrir bolsas de basura que habían sido recogidas del terreno tras ejercicios con explosivos y fuego real con el peligro que conllevaba; entre los restos, además de documentos, hallaban fragmentos de metralla que permitían deducir qué tipos de proyectiles estaban probando los soviéticos.
La reacción en los cuarteles de inteligencia era metódica: los documentos recuperados se limpiaban y desinfectaban cuidadosamente antes de pasar a análisis forense y descifrado. Cada hallazgo se convertía en un pequeño tesoro con su utilidad, ya fuera para corregir planes propios, anticipar movimientos enemigos o diseñar contramedidas técnicas, como mejoras en munición o blindaje. Lo más llamativo, según coinciden varios veteranos, era la rutina extraña que se instauró: días enteros dedicados a rebuscar en cubos y vertederos, anotando meticulosamente lo encontrado, con una mezcla de asco, maldiciones y, tal como la operación iba dando sus sorprendentes frutos, una creciente sensación de orgullo profesional por la utilidad inesperada de su trabajo.
La operación, por tanto, combinaba un componente casi científico con otro de paciencia infinita y un toque de improvisación; la inteligencia occidental aprendió que incluso los residuos más repugnantes podían esconder secretos estratégicos capaces de cambiar la capacidad de respuesta frente al enemigo.
Esta mezcla de asco, precisión y efectividad convirtió la búsqueda de basura en un arte del espionaje poco glamuroso pero extraordinariamente eficaz, que terminó convirtiéndose en un referente dentro de la Guerra Fría.
Vídeo: “Toilet paper was a source of clues during the Cold War”
Fuentes consultadas
- Wikipedia. (s. f.). Operation Tamarisk. En Wikipedia, the free encyclopedia. https://en.wikipedia.org/wiki/Operation_Tamarisk
- Banerji, U. (2016, 17 marzo). Cold War spies sifted through used Soviet toilet paper in search of clues. Atlas Obscura. https://www.atlasobscura.com/articles/cold-war-spies-sifted-through-used-soviet-toilet-paper-in-search-of-clues
- La Escalera de Iakob. (2017, 19 julio). Operación Tamarisk: la guerra del papel higiénico. El Pensante. https://elpensante.com/operacion-tamarisk-la-guerra-del-papel-higienico/
- Muñiz, F. (2025, 25 septiembre). El surrealista proyecto Acoustic Kitty: gatos, micrófonos y espionaje. El Café de la Historia. https://www.elcafedelahistoria.com/acoustic-kitty/
- La Escalera de Iakob. (2020, 31 mayo). La Operación Tamarisk, el lado más sucio del espionaje. La Escalera de Iakob. https://laescaleradeiakob.blogspot.com/2020/05/la-operacion-tamarisk-el-lado-mas-sucio.html
- Shivam. (2024, 27 noviembre). Operation Tamarisk: The Cold War’s Secret Garbage War. Adda247 – Current Affairs. https://currentaffairs.adda247.com/operation-tamarisk-the-cold-wars-secret-garbage-war/
Escritor, profesor, traductor, divulgador, conferenciante, corrector, periodista, editor.
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