El café de la historia - Los experimentos del Dr Voronoff

El Dr Voronoff y los trasplantes de testículos

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Autor: El café de la Historia


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El método Voronoff

Serge Voronoff fue un médico de origen ruso afincado en Francia que se propuso revolucionar la medicina a base de unos métodos, digamos, poco ortodoxos.

Tirando más de intuición e instinto que de hechos empíricos, ideó y publicitó un método de su invención que prometía una especie de elixir de la eterna juventud, una Viagra avant la lettre, un revigorizante copulador, una solución mágica a través de novedosos trasplantes orientados a recuperar el perdido vigor sexual cuyo ingrediente estrella eran los testículos de mono.

Y los ricos de cierta edad le compraron la idea. Pero empecemos desde el principio.

Serge Voronoff

Serge Abrahamovitch Voronoff nace en 1866 en la ciudad rusa de Vorónezh en el seno de una familia judía. Al cumplir los dieciocho años se traslada a París donde cursa estudios de medicina con Alexis Carrel, Premio Nobel de Medicina y prestigioso cirujano del cual aprendería técnicas de trasplantes de órganos.

Voronoff en Egipto

Entre 1896 y 1910 Voronoff se traslada a Egipto donde ejercería la medicina mientras ampliaba sus conocimientos estudiando sobre el terreno los efectos de la castración en los eunucos egipcios. De Egipto volvería convencido de que los problemas derivados del envejecimiento tales como la calvicie, perdida de elasticidad, flacidez, y problemas de memoria típicos de los eunucos no eran síntomas aislados ni fortuitos. Si todos los eunucos compartían los mismos achaques, dedujo, era porque todos compartían las mismas carencias.

La juventud, por tanto, tendría que hallarse en los testículos. Bingo.

Esta época de investigación en Egipto será clave en todos sus posteriores trabajos en el campo de rejuvenecimiento.

Los experimentos Voronoff

Voronoff empezó a experimentar inyectándose él mismo extractos de testículos de perro y otros animales sin grandes resultados apreciables, así que decidió dar un paso más allá y enfocar sus investigaciones hacia técnicas más audaces: los trasplantes.

Viendo que las inyecciones subcutáneas no dieron los resultados esperados, enfocó sus esfuerzos en profundizar en la técnica del trasplante glandular. Así, experimentó en personas con deficiencias tiroidales trasplantándoles glándulas de tiroides de chimpancés.

Se dedicó a experimentar en el laboratorio con cientos de trasplantes a animales: cabras, ovejas e incluso algún toro, llegando a la conclusión de que en un animal de avanzada edad el trasplante de las glándulas de otro más joven se traducía en una recuperación casi mágica de la vitalidad y el vigor.

Voronoff en su salsa - el café de la historia
Voronoff en su salsa (Fuente: ReaserchGate)

Voronoff, bordeando los límites

Pero Voronoff, siempre al límite entre ética y medicina, y creyendo firmemente en su método, fue un paso más allá: empezó a trasplantar testículos de presos ejecutados a viejos millonarios que buscaban rejuvenecer de cintura para abajo y recuperar el vigor de los años mozos.

Este procedimiento que hoy puede sonar a chaladura de primer nivel, y que además prometía eliminar cualquier vestigio de senilidad, tuvo tanto éxito que pronto se encontró en serios problemas por falta de «material»; había más demanda que oferta, más millonarios añorando el vigor sexual de antaño, que reos ejecutados de los cuales extraer sus gónadas.

Pero Voronoff no era un hombre que se dejara arredrar por los problemas, más bien siempre buscaba una solución y pronto la encontró: si no había material humano disponible usaría material procedente de simios.

En 1920 realizó el primer trasplante de mono a humano.

El método Voronoff consistía en injertar unas finas láminas de pocos centímetros de tejido testicular de chimpancé en el escroto del paciente, de tal manera que ambos tejidos acaben fundiéndose. Esto, según Voronoff, producía unos efectos revitalizadores que iban más allá del aumento de la capacidad sexual: mejoraba la concentración, la capacidad de trabajo, la vitalidad y hasta la vista.

Lo más cercano al elixir de la eterna juventud.

Los procedimientos de Voronoff - el café de la historia
Los procedimientos de Voronoff

Estamos en los felices años 20 del siglo pasado y aún no existía la Viagra ni las clínicas suizas de rejuvenecimiento, pero sí muchos millonarios decrépitos que vieron abierto el cielo del retorno a la añorada juventud a base de desembolsar cantidades obscenas de dinero.

Además, estimaba, y así lo afirmaba, que sus injertos milagrosos podían alargar la vida del trasplantado hasta la mágica cifra de ¡140 años!

¿Lo están oyendo?

Es el entusiasta y alegre ruido de los fajos de billetes de los clientes ricachones que se van volando hacia la cuenta corriente de Voronoff.

A pesar del coste prohibitivo de la operación «rejuvenecedora», había lista de espera para la intervención; se estima que Voronoff realizó unas dos mil injertos testiculares que le reportaron los suficientes beneficios como para comprarse un regio castillo italiano en Grimaldi.

Video: El Dr Voronoff explicando las bondades de su técnica

La granja italiana de monos

El material de los injertos provenía principalmente de animales capturados en África pero el gobierno francés promulgó una ley que prohibía cazarlos en sus colonias así que Voronoff, que como ya hemos dicho era un hombre que buscaba rápidas soluciones prácticas a todos los problemas, creó en Liguria, Italia, una granja de monos para resolver sus problemas de suministro.

El declive del Doctor Voronoff

Llegados a la década de los años 30, los rápidos avances de la ciencia en el campo de la endocrinología hicieron que los mismos que le aplaudieron con entusiasmo tiempo atrás renegaran de él, retirándole su apoyo y convirtiendo a todo lo relacionado con los antaño populares trasplantes de Voronoff en sinónimo de charlatanería y desprestigio.

Que los resultados en sus pacientes después de haber sido sometidos a los injertos nunca hubieran sido demostrados más allá del efecto placebo tampoco ayudó mucho a su ya maltrecha reputación.

Tal fue el descrédito de Voronoff que, muchos años después, sería señalado como el culpable de la introducción del SIDA en el ser humano a través de sus polémicos injertos.

Voronoff pasó de ser requerido y recibido por las mentes más brillantes de su época, las máximas celebridades del momento, jefes de estado y reyes como Alfonso XIII, (especialmente interesado en escuchar de primera mano sus técnicas revitalizadoras), a ser considerado un apestado, y pronunciar su nombre en determinados círculos era poco menos que tabú.

Publicación en La Vanguardia sobre el encuentro entre Voronoff y Alfonso XIII - el café de la historia
Publicación en La Vanguardia sobre el encuentro entre Voronoff y Alfonso XIII (Fuente: Hemeroteca La Vanguardia)

Falleció en Suiza en 1951 por culpa de unas complicaciones derivadas de una caída doméstica mientras el mundo se estaba lamiendo las heridas provocadas por la Segunda Guerra Mundial, y ya apenas nadie recordaba a aquel médico judío ruso que vendió promesas de eterna juventud a precios astronómicos y con técnicas más que cuestionables.

Aun así, no debe caer en el olvido que sus estudios y técnicas, por estrambóticas que nos parezcan, abrieron las puertas al xenotrasplante o trasplante entre especies, en el que tantas esperanzas tiene puesta la comunidad científica, y que dan por ciertas algunas de las teorías que Voronoff defendió en su día aunque él ni lo sospechara cuando las puso en práctica.

La influencia de Voronoff en la cultura

Voronoff fue un personaje muy célebre en su tiempo inspirando libros, canciones y hasta películas.

Sherlock Holmes y Voronoff

Por ejemplo, el relato  ‘Aventura del hombre que trepaba’, de Conan Doyle , en el cual Sherlock Holmes se ve inmerso en el caso de un vejestorio que se somete al injerto testicular para poder conquistar a una mujer joven. El injerto de mono influye en el protagonista, el cual va adquiriendo progresivamente cualidades animales incidiendo en una teoría muy en boga entre los detractores de estos trasplantes, según la cual si una parte de tu cuerpo era de un animal, tú mismo también te conviertes en animal.

Vídeo: Las aventuras de Sherlock Holmes: «El hombre trepador»

Cocktails y souvenirs

Cenicero con un mono
Bolas o plomo

Tal llegó a ser la popularidad de Voronoff que en Francia se vendían ceniceros en los que aparecían monos exclamando asustados frases en plan Vade retro Voronoff, y en los mejores bares de París se servían «Monkey glands«, un cóctel a base de absenta, zumo de naranja, ginebra y granadina.

Aún se sirve el Monkey Gland en muchas coctelerías del mundo

Preparación del Cóctel Monkey Gland

Ingredientes

  • 45 ml de ginebra
  • 45 ml de jugo de naranja recién exprimido
  • 1 cucharadita de granadina
  • 1 cucharadita de absenta
  • Hielo
  • Decoración: cereza o rodaja de naranja

Preparación

Verter en una coctelera tres o cuatro cubitos de hielo, luego, agregar todos los ingredientes y agitar. Después, con ayuda del colador de la coctelera verter en una copa de cóctel. Por último, decorar con una cereza o una rodaja de naranja y listo, disfrute.

Canción «Seu Voronoff» Autor: Lamartine Babo

Lamartine Babo fue un compositor muy popular que, tras la multitudinaria y mediática visita de Voronoff a su país, Brasil, decidió componer en honor del cirujano la canción «Seu Voronoff«.


«Corazón de perro» de Mikhail Bulgákov

Otro caso de aportación de la figura de Voronoff al mundo de la cultura, más concretamente a la literatura, es «Corazón de perro» de Mikhail Bulgákov.

Aunque aquí el autor da un giro audaz al argumento: un médico que investiga el rejuvenecimiento humano implanta en el cerebro de un perro callejero, la hipófisis (una glándula del cráneo que se encarga de regular el desarrollo o la actividad sexual) de un criminal.

El perro, lejos de rejuvenecer, se transforma en un ser humano física y moralmente desagradable, que acaba afiliándose al Partido Comunista, y es nombrado «Subdirector del subdepartamento de limpieza de animales vagabundos», convirtiendo la vida del medico de la novela en una pesadilla constante.

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10 comentarios

  1. No había escuchado nunca hablar de Voronoff ni de sus experimentos, me he quedado anonadada, parece ciencia ficción. Muy agradecida por tan interesante historia.

  2. Gran aportación, en casa nos gustan mucho vuestras «píldoras de conocimiento».

  3. Me parecen súper interesantes, vuestros artículos, gracias por compartir

    1. Muchas gracias Bibiana a ti por leernos. Pronto llegan más artículos. Saludos.

  4. Muy bueno, como todo lo que comparte ¡Felicidades y mi reconocimiento!

    1. Muy agradecidos Juan, un saludo muy cordial y hasta el próximo artículo.

  5. Si hay un ruso de por medio, el artículo no sólo promete sino que cumple.

    1. Ciertamente las historias con rusos encajan bien por aquí. Casualmente en unos días sale otro artículo con otro personaje ruso implicado. Saludos licenciado Néstor.

Los comentarios están cerrados.