El café de la historia - La historia de Bibendum

Bibendum, el embajador de Michelin

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Autor: El café de la Historia


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La historia de Bibendum, el muñeco de Michelin

Aunque no todo el mundo conoce su nombre de pila, uno de los iconos publicitarios más famosos y reconocibles de todos los tiempos es, sin lugar a dudas, Bibendum, el célebre muñeco de la empresa francesa de neumáticos Michelin.

Repasaremos su origen, su historia y las muchas anécdotas que hay detrás de sus más de 120 años de vida, que incluso ha hecho que un icono de la cultura popular haya dado lugar a una entrada en la RAE. Ya saben, nos referimos a esos pliegues en la cintura que, verano tras verano, hay que trabajarse en el gimnasio para no mostrarlos en todo su esplendor en la playa.

Los hermanos Michelin

Esta historia empieza con dos hermanos, los Michelin, que crean una empresa dedicada a la fabricación de neumáticos en la Francia de finales del siglo XIX.

El caucho, introducido en Europa por De La Condamine, -y cuyo periplo explicamos con anterioridad en un artículo dedicado a su asociación con el filósofo Voltaire para ganar la lotería con un método poco ortodoxo: (Voltaire y su método para ganar la lotería)- era un material al cual los científicos no le habían encontrado muchas aplicaciones, hasta que en el año 1843 Charles Goodyear registró la patente de un sistema de su invención llamado vulcanización, que permite que el caucho adquiera las propiedades que le convierten en el elemento ideal para la fabricación de neumáticos para las ruedas de todo tipo de vehículos.

El nacimiento de Bibendum

Como decíamos, los hermanos André y Edouard Michelin, fundan la empresa Michelin en 1889, y en 1897 deciden que ha llegado el momento de desplegar una campaña de publicidad para dar a conocer su producto.

Tiempo antes, Edouard, había observado un montón de neumáticos apilados y exclamó que sólo le faltaban unos brazos para parecer un hombre.

Cuando encomendaron al famoso ilustrador O’Galop unos bocetos para escoger la imagen corporativa de la empresa, Edouard reparó en que uno de ellos, que representaba a un rollizo y achispado alemán a punto de beberse una jarra de cerveza con el eslogan Nunc est bibendum («Y ahora bebamos», el brindis habitual de los antiguos romanos), era muy similar a la idea inicial que rondaba por su cabeza, aquella que provenía de la observación del montón apilado de neumáticos años antes.

Si a esto añadimos que poco tiempo atrás, la empresa había hecho una campaña con la idea de que los neumáticos Michelin se bebían los obstáculos, ya tenemos el acta de nacimiento de Bibendum.

El primer anuncio de Bibendum
A su lado, sus competidores se desinflan... A vuestra salud. El primer anuncio de Bibendum

André, como capricho y auto homenaje, dio instrucciones a O’Galop que hiciera unas pocas modificaciones para que se pareciera a él mismo; así, Bibendum se presentó en público con un puro en la mano izquierda, un anillo igual al suyo y unas enormes gafas como las que solía utilizar.

La primera guía Michelin se editó en 1900. Sólo un año después, en 1901, ya aparecía Bibendum en la misma y ya nunca dejaría de estar hasta hoy.

Película de 1935 en la que se explica el origen del muñeco

A partir de aquí, su popularidad fue en aumento, en parte gracias a la versatilidad de su cualidad antropomórfica que hacía posible personalizarlo en cada país con diferentes características locales.

Muchas personas se preguntan por el color blanco de los neumáticos que componen a Bibendum.

Bibendum en 1960

Esto se debe a que cuando se creó la mascota, los neumáticos solían ser de color gris claro y no sería hasta casi la década de los años 20 del siglo XX que pasaron a ser negros, debido a cambios en la fórmula química al mezclar el carbón con el caucho.

Mientras la popularidad del muñeco iba en crescendo, en 1925 la empresa opta por estandarizar su silueta creando su propio estudio de diseño y estilizando a Bibendum a la vez que le quitaba el anillo, el puro y las gafas dándole un aspecto más amable y que es la esencia del muñeco que conocemos hoy en día, evitando así que se le confundiera con una momia o con algún monstruo terrorífico, como pasó a principios del siglo XX.

Y así será hasta 1998 año en el que la empresa decide adelgazarlo aún más y dotarle de una apariencia más gimnástica, más acorde con los tiempos y las competiciones deportivas con las que se le relaciona.

Anuncio de 1961

¿Y el nombre?

Tuvo tanto éxito la campaña inicial con el eslogan Nunc est bibendum que durante la carrera París-Ámsterdam-París, André Michelin fue a saludar a un piloto de fama regional llamado Charles Thery el cual, al verle, comenzó a exclamar en tono gracioso: “¡Bibendum, Bibendum!«.

Recordemos que el muñeco de los inicios había sido customizado para parecerse precisamente a André Michelin. Sumada la notoriedad de la campaña al hecho de que Charles Thery no debía dominar el latín, ahí, justo en ese momento y de la forma más espontánea, se bautizó al grandullón hecho a base de neumáticos como Bibendum, el nombre con el que se le conoció en lo sucesivo.

Salvador Dalí y Bibendum

El mismísmo Salvador Dalí, que a menudo se refería al muñeco como el icono más perfecto del mundo, se rindió a Bibendum y como prueba están las diferentes figuras del mismo que tenía diseminadas en su residencia de Port-Lligat.

Uno de los Bibendum de la casa de Salvador Dalí
Uno de los Bibendum de la casa de Salvador Dalí (Fuente: Bernard Overblog)

Bibendum en el siglo XXI

En el año 2000, cuando Bibendum cumplía 102 años, fue votado como el mejor icono de marca de todos los tiempos dando carta de naturaleza a su carácter universal.

Bibendum, aparte de protagonizar un cameo en uno de los cómics de Astérix como comerciante de carros, protagonizó el cortometraje Logorama, en el cual encarna a los varios héroes que luchan contra un villano criminal que no es otro sino, ojo, Ronald McDonald, la mascota de Mcdonalds.

Y se trata de la constatación de su estatus de icono global, ya que Logorama no es un corto cualquiera; fue el ganador, entre otros galardones, del Óscar en su categoría en el año 2010.

Logorama, Bibendum (s) contra el imperio del crimen de Ronald McDonald

Para acabar y por si todo lo anterior les ha sabido a poco, Bibendum también cuenta con su propia rotonda.

Sí, han oído bien. Está en la avenida de Los Arcos de la ciudad gaditana de Jerez de la Frontera y en medio de dicha rotonda ahí tienen una estatua del muñeco, de más de nueve metros de altura, sonriendo y dando la bienvenida a los visitantes en una de las entradas de la ciudad.

Bienvenidos a Jerez de la Frontera
Bienvenidos a Jerez de la Frontera (Fuente: Neumáticos y mecánica rápida)

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