El 9 de febrero de 2001, a unas nueve millas náuticas al sur de Oahu (Hawái), una exhibición pensada para lucir acabó en desastre. El submarino norteamericano USS Greeneville ejecutó un emergency blow —un ascenso rápido mediante la expulsión de agua de los lastres— mientras a bordo había invitados civiles; al emerger, partió por la mitad al pesquero japonés de instrucción Ehime Maru, que se hundió en cuestión de minutos. Nueve personas perdieron la vida: cuatro estudiantes, dos profesores y tres tripulantes. La escena, improbable y brutal, dejó una mezcla de reproche público y vergüenza institucional.
La maniobra que no era para el espectáculo
El emergency main ballast blow es, por definición, una maniobra de salvamento: dramática, ruidosa y eficaz cuando la prioridad es la supervivencia. No es un número de feria. En el Greeneville la orden de ascenso —vinculada a maniobras realizadas con invitados presentes— se activó en un contexto que, a ojos de la investigación, no reunía las comprobaciones de seguridad necesarias. La presencia de civiles en la sala de mando, la gestión de contactos en el sonar y decisiones apresuradas crearon una cadena de errores: omisiones pequeñas que, concatenadas, produjeron una catástrofe. En el instante del impacto, el Ehime Maru flotaba a poco más de un kilómetro del submarino.
Invitados en la sala, dedos en los mandos: responsabilidades repartidas
Que civiles participaran en la actividad operativa de un submarino fue —y sigue siendo— el detalle que más escuece en la narración. Dos invitados llegaron a manipular controles bajo supervisión, una circunstancia que alimentó la ira en Japón y la sombra de la imprudencia en Estados Unidos. La Marina abrió una investigación que apuntó a fallos humanos en múltiples eslabones: oficiales de cubierta, operadores de sonar, control de fuego y, por supuesto, el capitán. Las sanciones administrativas llegaron; la carrera del capitán Scott Waddle se truncó y, más tarde, hubo gestos públicos de disculpa que no borraron la pérdida, pero sí intentaron recomponer algo de dignidad ante las familias afectadas.
Salvamento complejo: subir un barco del abismo
La primera respuesta implicó a la Guardia Costera estadounidense y a embarcaciones japonesas, pero la violencia del hundimiento y las condiciones marinas complicaron cualquier rescate inmediato. Bajo presión diplomática y humanitaria, el Gobierno estadounidense autorizó la recuperación del casco del Ehime Maru desde unos 610 metros de profundidad: una operación técnica delicada que requirió vehículos operados a distancia (ROV) y contratistas especializados. El buque fue izado, se recuperaron restos y pruebas y, posteriormente, se procedió a un hundimiento controlado en aguas profundas. La maniobra de salvamento tuvo doble finalidad: buscar evidencia y ofrecer a las familias un cierre material, aunque parcial.
Repercusiones más allá del informe: cambios y memoria
El accidente no fue una simple nota de prensa; reconfiguró políticas y opiniones. La US Navy revisó y endureció sus normas para la presencia de civiles en submarinos y reforzó los procedimientos de seguridad y control en la sala de mando. En Japón, el episodio avivó debates sobre responsabilidad y jurisdicción de personal militar extranjero en zonas aliadas. Con el paso del tiempo, ceremonias conmemorativas y un monumento en Kakaako Waterfront Park dieron al suceso un lugar fijo en la memoria pública: no solo un nombre en un listado, sino fechas y rostros que regresan cada año.
Detalles que duelen y pequeñas negligencias
- El Ehime Maru no era un carguero cualquiera: era un barco de formación escolar, con adolescentes en prácticas de pesca y navegación —la presencia de jóvenes y profesores subraya la dimensión humana de la tragedia.
- Procedimientos de verificación como las búsquedas con periscopio quedaron incompletos: el oficial de guardia cedió el periscopio al capitán antes de terminar la comprobación. Son errores minúsculos en el día a día naval; transformados aquí, resultaron letales.
Vídeo:
Fuentes consultadas
- El País. (2001, 11 de febrero). Un submarino nuclear de EE. UU. hunde en un choque un buque escuela japonés. El País. https://elpais.com/diario/2001/02/11/portada/981846004_850215.html
- National Transportation Safety Board. (2005). Marine Accident Brief: Collision between the U.S. Navy submarine Greeneville (SSN-772) and the Japanese fishing and training vessel Ehime Maru (NTSB/MAB-05/01). https://www.ntsb.gov/investigations/AccidentReports/Reports/MAB0501.pdf
- Naval Sea Systems Command (NAVSEA). (2001). Ehime Maru salvage report (Supervisor of Salvage and Diving). https://www.navsea.navy.mil/Portals/103/Documents/SUPSALV/SalvageReports/FV%20Ehime%20Maru.pdf
- Martin, C. H. (2004). The Sinking of the Ehime Maru: The Interaction of Culture, Security Interests and Domestic Politics in an Alliance Crisis. Japanese Journal of Political Science, 5(2), 287–310. https://doi.org/10.1017/S1468109904001525
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