La historia del rock está plagada de anécdotas tan absurdas como fascinantes, pero pocas tan pintorescas —y tan cerca de convertirse en tragedia griega con guitarras eléctricas por medio— como la vez que Mick Jagger estuvo a punto de ser asesinado por un grupo de Hell’s Angels… desde el mar. Sí, como si de una opereta criminal se tratase, la historia incluye moteros, puñales, traiciones, olas embravecidas y una estrella del rock luciendo pareo en Long Island. Todo ello, cómo no, con la inefable incompetencia de unos delincuentes que confundieron la costa de Nueva York con Normandía.
Para entender este vodevil criminal hay que regresar, como quien pone una aguja en un vinilo rayado, al fatídico Altamont Speedway Free Concert de 1969. Una especie de Woodstock de segunda mano, una réplica fallida del edén hippie, pero con más cuchilladas y menos flores en el pelo.
Altamont: el día que el sueño hippie se rompió una cadera
Altamont fue el resultado de una mala decisión ejecutiva: hacer un megaconcierto gratuito en un circuito de carreras desangelado en California, sin apenas planificación, con acceso libre y, como guinda psicodélica, contratar a los Hell’s Angels como seguridad. ¿Qué podía salir mal?
Se cuenta que los moteros fueron “contratados” con cajas de cerveza, lo cual en principio parece una idea hasta simpática, hasta que uno recuerda que los Hell’s Angels no eran precisamente los Teletubbies.
Durante el concierto, que contó con los Rolling Stones como plato fuerte, el ambiente se volvió confusamente sórdido. Hubo peleas, empujones, y una tensión que se podía cortar con cuchillo… de los que llevaban los Hell’s Angels. El punto de no retorno llegó cuando un joven afroamericano llamado Meredith Hunter fue asesinado a puñaladas por uno de los moteros frente al escenario mientras los Stones tocaban Under My Thumb. Todo quedó grabado en vídeo.
Una postal del infierno con banda sonora de rock y gritos.
Mick Jagger y la ruptura con los Ángeles del Averno
Después del desastre, Mick Jagger —con su habitual flema británica y su sensibilidad de lagarto glam— se desmarcó de los Hell’s Angels. Comprensible, tratándose de un grupo de «vigilantes» que acababan de convertir un festival en un capítulo de Crimen e Investigación. Declaró que jamás volvería a emplearlos.
Pero lo que para Jagger fue un gesto de distanciamiento diplomático, para algunos sectores del club de motociclistas fue una afrenta imperdonable. El rechazo público escoció. Se mascaba la venganza.

Y entonces ocurrió lo que nadie en su sano juicio podría prever: los Hell’s Angels decidieron asesinar a Mick Jagger… en Long Island… en un asalto marítimo.
Operación Jumping Jack Shark
Año 1975. Habían pasado ya unos años desde el incidente de Altamont y mientras los Rolling Stones seguían con sus vidas – hedonismo,exceso, giras, fiestas y trajes imposibles-, algunos Hell’s Angels maquinaban una venganza. Jagger se encontraba en su casa de veraneo, una propiedad costera en Long Island, Nueva York, rodeado de jardines, lujo, seguridad pero, al parecer, poca vigilancia marítima.
El plan era, digamos, ambicioso: abordar un bote, llegar por mar, desembarcar en la playa de su mansión, atravesar el jardín, evitar a los guardias y asesinar al cantante. Todo sin que nadie les viera, sin hundirse y sin que Jagger tuviera tiempo de poner un disco de Muddy Waters para ambientar su propia muerte.
Pero entonces intervino el más eficaz de los guardaespaldas: el clima.
Una tormenta inesperada sorprendió al improvisado comando motero en alta mar. Las olas hicieron su trabajo: el bote volcó, los Hell’s Angels cayeron al agua y la operación terminó como había empezado: con una idea pésima, una ejecución peor y un grupo de hombres empapados y cabreados maldiciendo al dhombre del tiempo y a los Rolling Stones por igual.
Nunca llegaron a tierra firme. Nunca pisaron el césped de Jagger. Jamás cruzaron las pérgolas de la mansión. Y nunca desenvainaron nada más que improperios. Y así, sin saberlo, una tormenta evitó lo que pudo haber sido el magnicidio musical del siglo XX.
La historia del rock dio un respingo, se secó con una toalla y siguió su camino.
¿Y cómo se supo todo este desastre de operación anfibia?
Durante décadas, esta historia fue más bien leyenda urbana, un susurro entre bastidores, hasta que Mark Young, exagente del FBI, la confirmó en una entrevista de 2008 en la BBC. La agencia llevaba años infiltrada en capítulos de los Hell’s Angels y conocía los detalles del plan frustrado. Según el testimonio de Young, la intención era clara y premeditada, aunque la ejecución fue digna de los hermanos Marx en moto acuática.
Curiosamente, Mick Jagger jamás fue informado oficialmente del intento de asesinato. Se enteró años después, igual que el resto del mundo, por la prensa. Imaginemos ese desayuno británico: tostadas, té, y un titular que dice “Moteros intentaron matarte con una lancha, Mick”.
El legado de una chapuza criminal
Para algunos, los Hell’s Angels representan la rebeldía y el caos. Pero también, como en este caso, el fracaso logístico más absoluto. Su intento de asesinato marítimo no solo fue un fracaso operativo; fue un ejemplo de cómo el exceso de testosterona, alcohol y mal tiempo puede convertir cualquier complot en una anécdota tragicómica.
Fuentes:
- Greenfield, R. (1970). The Rolling Stones disaster at Altamont: Let it bleed. Rolling Stone. https://www.rollingstone.com/feature/the-rolling-stones-disaster-at-altamont-let-it-bleed-71299/
- Gimme Shelter (1970 film). (n.d.). Wikipedia. Recuperado el 12 de octubre de 2025, de https://en.wikipedia.org/wiki/Gimme_Shelter_%281970_film%29
- Frere-Jones, S. (2019, 28 de marzo). The chaos of Altamont and the murder of Meredith Hunter. The New Yorker. https://www.newyorker.com/culture/cultural-comment/the-chaos-of-altamont-and-the-murder-of-meredith-hunter
- Reuters. (2008, 3 de marzo). Storm saved Mick Jagger from assassination. Reuters. https://www.reuters.com/article/lifestyle/storm-saved-mick-jagger-from-assassination-idUSSP224929/
- The Guardian. (2008, 3 de marzo). Hells Angels attempt to kill Jagger foiled by weather. The Guardian. https://www.theguardian.com/music/2008/mar/03/news
Escritor, profesor, traductor, divulgador, conferenciante, corrector, periodista, editor.






