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Los grandes proverbios griegos

  • Donde fuego no se hace, humo no sale.
  • El que nada duda, nada sabe.
  • Quien calla, otorga.
  • Solo sé que no sé nada, pero sé más que aquellos que dicen saberlo todo.
  • Quien guarda, encuentra.
  • Aquel que ha contemplado la belleza se vuelve bello para siempre.
  • A donde te quieren mucho, no vayas a menudo.
  • El hombre es la medida de todas las cosas.
  • Del agua mansa, líbreme Dios.
  • Los burros prefieren la paja al oro.
  • Quien tiene vergüenza, no come ni almuerza.
  • Se goza más amando que siendo amado.
  • Cada cocinero alaba su puchero.
  • El tiempo es el mejor consejero.
  • Procura lo mejor, espera lo peor y toma lo que venga.
  • La verdad sale en boca de los niños.
  • Más vale el buen nombre que las muchas riquezas.

Más proverbios y refranes griegos

  • Muchos saben cómo adular, pero pocos entienden cómo alabar.
  • Dinero que prestaste, enemigo que ganaste.
  • El corazón que ama es siempre joven.
  • Rey iletrado, asno coronado.
  • Feliz es el hombre que encuentra un amigo generoso.
  • El que mucho corre, pronto para.
  • El amor es como la cerámica, cuando se rompe, aunque se reconstruya, se reconocen las cicatrices.
  • Hijo no tenemos, y nombre le ponemos.
  • Vejez de águila, juventud de gorrión.
  • El empezar es el comienzo del acabar.
  • El mejor espejo es un ojo amigo.
  • El que no tiene cabeza, debe de tener pies.
  • Mientras el tímido reflexiona, el valiente va, triunfa y vuelve.
  • Grano no hace granero, pero ayuda al compañero.
  • El que nada duda, nada sabe.
  • Gusta lo ajeno, más por ajeno que por bueno.
  • Coge el extremo y tendrás el medio.
  • Lo que poco cuesta, poco se aprecia.
  • Yo te enseñé a mear y tú quieres inundarme.
  • A donde el corazón se inclina, el pie camina.
  • Un mono es un mono, aunque lleve medallas de oro.
  • El amor, la tos y el fuego, no pueden ser disimulados.
  • Si eres sincero, tendrás tanto oro como quieras.
  • Los cisnes cantarán cuando los cuervos se callen.
  • Una sociedad crece cuando los hombres viejos plantan árboles a cuya sombra saben que nunca se sentarán.
  • Despacio, despacio llegas lejos.
  • Quien deja de ser amigo nunca lo fue.
  • Cuando el gato no está, los ratones bailan.
  • Ordeña la vaca, pero no arranques la ubre.
  • Quien duerme, no atrapa peces.
  • Cuando Dios tira los dados están trucados.
  • A cada uno le parece su pedo más dulce que una manzana.
  • Un avaro y un mentiroso negocian rápidamente.
  • El burro hambriento no tiene en cuenta los golpes.
  • Baila bien o abandona el salón de baile.
  • Lo que brilla, sorprende al ojo.
  • Actúa rápido, piensa despacio.
  • Muchas opiniones hunden el barco.
  • Tanto vives, tanto aprendes.
  • Aunque te levantes temprano, no amanece antes.
  • Si quieres riquezas y honor, no te acuestes al amanecer.

La cultura griega

La cultura griega, considerada la cuna de la civilización europea, ha evolucionado constantemente durante miles de años, datándose sus inicios en las civilizaciones monoica y micénica, continuando con la brillantísima era de la Grecia clásica, el nacimiento de la época denominada helenística, y proyectando su influencia en el Imperio romano y su sucesor, el Imperio romano de oriente, también conocido como Imperio bizantino, cuyos dominios se asentaban en la Grecia oriental.

Proverbios griegos - el café de la Historia

Tras la caída de Constantinopla en el año 1453 y la consiguiente integración en el Imperio otomano, las influencias de ambas culturas se entrecruzaron durante varios siglos pero es la guerra de independencia griega la que revitaliza Grecia y propicia el nacimiento de una identidad individual dentro de su polifacética cultura construida a lo largo de su historia durante más de cuatro milenios.

¿Qué es un proverbio?

El proverbio (del latín proverbium) es un tipo de paremia, definido como enunciado sentencioso de origen conocido y a menudo con autoría, cuyas características más claras son la antigüedad, el tono grave, la gradación idiomática, la potencial variación y el uso preferentemente culto.


Adagio, aforismo, dicho, sentencia. Frase con forma fija en que se expresa un pensamiento de sabiduría popular. (María Moliner)


Sentencia, adagio o refrán. (Diccionario de la RAE)





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¿Qué es un refrán?

Un refrán es un frase de origen popular repetida tradicionalmente de forma invariable, en la cual se expresa un pensamiento moral, un consejo o una enseñanza, particularmente la que está estructurada en verso y rima en asonancia o consonancia.


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Frases de Berlanga

Luis García Berlanga

Luis García-Berlanga Martí fue un cineasta y guionista español nacido en Valencia el 12 de junio de 1921.
De joven, decidió estudiar filosofía, pero en 1947 descubrió su verdadera vocación que lo empujó a ingresar al Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas de Madrid donde realizaría sus primeros cortometrajes.

FRASES DE LUIS GARCÍA BERLANGA

En su juventud se alistó en la División Azul en el Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial para evitar la ejecución de su padre como político republicano.

Su debut como director de cine en 1951 fue con la película Esa pareja feliz en la que trabajó con Juan Antonio Bardem. Junto con Bardem, se le considera uno de los renovadores del cine español tras la Guerra Civil.

Entre sus películas destacan varias imprescindibles en la historia del cine español, como Bienvenido, Mr. Marshall o El verdugo.

Bardem y él cofundaron una revista de cine, Objetivo, en 1953. Dicha revista existió hasta 1956. Trabajó hasta en siete ocasiones con el guionista Rafael Azcona.

La característica de sus películas es su sentido de la ironía y las sátiras de diferentes situaciones sociales y políticas. Durante el franquismo, su habilidad para burlar a los censores le permitió hacer proyectos tan atrevidos y descarados como Los jueves, milagro.

En 1968, fue nombrado presidente del jurado en el 18º Festival Internacional de Cine de Berlín.

En 1986 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y en 1993 el Goya al mejor director por ¡Todos a la cárcel!

Su película Plácido fue nominada en 1961 por el Premio de la Academia a la Mejor Película en Lengua Extranjera. Medalla de Oro de Bellas Artes en 1981, Premio Nacional de Cinematografía en 1980.

Berlanga ganó premios internacionales en los festivales de cine más importantes: Festival de Cine de Cannes, Festival Internacional de Cine de Valencia, Festival Mundial de Cine de Montreal, Festival de Cine de Berlín. En el Festival Internacional de Cine de Karlovy-Vary ganó el premio de reconocimiento a uno de los diez directores de cine más destacados del mundo. También ha sido acreedor de innumerables reconocimientos a nivel español.

Luis García Berlanga falleció en Pozuelo de Alarcón el 13 de noviembre de 2010.

FRASES DE LUIS GARCÍA BERLANGA

Grandes frases de Luis García Berlanga

Frases de Berlanga

  • Al llegar a mi cuarta película comprobé que en las dos anteriores, por azar, había metido la palabra ‘austrohúngaro’, que ya de por sí es muy rara, y había salido de una manera lúcida en esas películas. Entonces me dije: “Voy a adoptar esta palabra tan divertida que ya ha salido dos veces”, y la adopté como fetiche, como palabra talismán.
  • Era evidente que desde que ganó el Frente Popular se produjo en España una crispación espantosa, y yo veía eso desde mi sitio de solitario. Era una crispación tan grande como la que hay ahora, pero ahora nosotros estamos vacunados contra el fusil y contra la trinchera, pero todo se parece mucho.
  • Lo que el estilo es a la persona, la estructura es a la obra.
  • Yo nunca sé lo que dicen mis películas ni lo que quiero. Yo digo ‘vamos a hacer una película de pobres y ricos’ pero no tengo en ese momento ningún concepto demagógico. Para mí siempre las soluciones políticas del mundo son soluciones estéticas. La lucha de clases, en principio, la veo como un problema estético.
  • Yo pensaba que lo más jodido de mi vida había sido la censura de Franco. ¡Pues no! Lo más jodido es la pérdida de la memoria.
FRASES DE LUIS GARCÍA BERLANGA
  • Que quede claro que El verdugo no solo es un alegato contra la pena de muerte, que lo es, sino que también quiere explicar las trampas invisibles que nos tiende la sociedad para reducir nuestra libertad.
  • El cine es preferentemente ocio. Somos trabajadores del espectáculo. Habría que convencer a nuestros colegas para que dejemos de pertenecer al Ministerio de Cultura y pasemos al de Industria. Que dejemos de vivir de las subvenciones, que son aberrantes y humillantes. Que nos estudien como industria y se haga una reconversión como la de Hunosa, como si fuéramos una fábrica de calzado.
  • Toda película empieza a envejecer y deteriorarse el día de su estreno.
  • Todo el mundo me dice que Rafael Azcona y yo no debemos trabajar juntos, que a mí no me va, lo mismo que supongo que a Azcona le dirán sus hinchas que no le voy como director, que le va mejor Ferreri, no sé. Pero el caso es que yo por ahora me siento adscrito a su manera de pensar y de sentir las cosas.
  • El erotismo es la pornografía vestida por Christian Dior.
  • El sonido directo es lo más ‘antiberlanga’ que se ha inventado. Parece que lo inventaron para fastidiarme. Si tienes que mover el decorado de sitio para hacer esos planos-secuencia tan complicados míos y luego colocar todo en su lugar, se hace ruido y eso con sonido directo se oye todo. Hay gente que dice que mis películas hay que verlas dos o tres veces porque hay escenas simultáneas que se puedan perder en una primera visión, puesto que el espectador no es capaz de estar atento a tres cosas a la vez
  • Nunca tengo la sensación de que he perdido un día; un día perdido es un día con otra agenda, la agenda de lo imprevisto.
  • Quiero volver a los orígenes del cine: a la improvisación, eliminar esa Gestapo que es el guión, para que de cada plano crezca un pedazo de universo.
FRASES DE LUIS GARCÍA BERLANGA
  • En cuanto a métodos de trabajo, es muy sencillo y reconozco que muy cómodo para mí. Azcona y yo nos reunimos en un café, cada película en un café distinto, los más frecuentados posible y donde haya eso que llaman los castizos ‘una pasa’ entretenida. Vamos discutiendo las cosas, y si es por la mañana, por la tarde se dedica Rafael a escribir la secuencia que hayamos pensado por la mañana, luego la repaso yo y discutimos si hay alguna modificación que hacer o no; generalmente hay cada vez menos, supongo que debido a este alejamiento cada vez mayor que voy teniendo de una labor creadora profunda o porque estoy convencido de que las cosas salen mejor cuanto más vegetativas son.
  • La censura te daba mucha imaginación, porque muchas veces ni los censores, ni mis amigos del PCE se enteraban de las frases que metía expresamente en la película. Claro, luego me cortaban otras que eran totalmente intrascendentes.
  • El hecho de que casi todas mis películas sean corales creo que es sobre todo una costumbre, por lo que habría que concluir que es sobre todo una ‘autoimposición’, pero sin ninguna razón estilística o mensajística. Yo creo que se trata de una limitación, es como cuando no se sabe bailar, que se dice que hay mejores maneras de seducir a las mujeres. Pues igual yo no sé dirigir, lo que hago es poner dos mil personas delante de la cámara para que no se me note que no sé dirigir. Digo yo que debe ser por alguna razón similar. Quizá también porque soy pirotécnico, valenciano y eso ayuda.
  • Dirigir es contar y si emociona, se ha logrado el arco perfecto.
  • Yo tengo fetichismo del pie y del zapato femeninos, no así de las botas. Las botas me eliminan la parte femenina, la parte femenina de seducción. El botín sugiere siempre una dominación del hombre por la mujer.
  • Al tercer día de nacer ya me estaba cagando en la sociedad española. Siempre he tenido la sensación de que no iba a tener nada positivo, y he intentado crearme válvulas de escape. La principal es el erotismo, una de las pocas cosas que me asciende desde el nivel del barro y de la mierda de esta sociedad que me ha tocado… Dice Piccoli que soy el Quijote. ¡Tendría que ser el marqués de Sade! Hasta la Guerra Civil yo era un solitario total, no tenía amigos. Tenía la fantasía estúpida de querer ser invisible. Luego llegó la contienda y tuve que salir de casa. En el 36 yo tenía 15 años. Y a los 13 ya sabía qué pasaba en España, porque mi padre era diputado republicano y mi abuelo había sido senador con Sagasta… Mi familia era una familia de políticos, y con ellos supe que la política era una cagada, como todo..
  • Sin tener afiliación con ningún partido político fui el director de cine que más sufrió la censura. Fue cruel y espantosa y me hizo vivir muchos momentos dramáticos.
  • Me intenté hacer del Partido Egoísta, que creó Tucker, el de los coches, en Estados Unidos. Cuando me quise hacer, ya se había disuelto. Y me quise hacer ciudadano del mundo. Y así me siento, ciudadano del mundo. Cuando acabó la guerra quise hacer una tertulia de falangistas y de anarquistas y de otros partidos. Estaba Pepe Martínez, de Ruedo Ibérico, se juntó Pepe Hierro. Ahora no puede haber tertulias así.
  • Hay obras maestras que lo son por el monumental aburrimiento que provocan.
  • Pepe Isbert era un verdadero monstruo como actor. Tenía una forma única de estar, de hablar, de mirar, de moverse. Nunca le tuve que explicar un personaje, lo cual era una gran ventaja para mí porque yo nunca sé que decir a los actores de sus personajes. Se aprendía el papel enseguida y se amoldaba muy bien a mis improvisaciones.
  • En el cine he querido contar lo que me ha salido. Lo que hay en mis películas es pesimismo, aunque he tenido la suerte de recubrirlo con un sainete cómico… Busco situaciones que no sean cotidianas, que sean disparatadas. Pero algunas se han dado. En la Guerra Civil fui a un palacio en el que había vivido un marqués que guardaba fotos en las que se le veía follando, y guardaba tarritos que almacenaban vello púbico. Los guardaba en tubos de aspirina, y yo saqué eso en La escopeta nacional. ¡Si lo hubiera hecho Duchamp imagínate lo que hubiera valido!
  • El erotismo me apasiona, pero es muy difícil rodarlo ya que el vehículo mejor para su transmisión es la novela.
  • A María Jesús, mi mujer, la conocí en la madrileña calle de Serrano. Bueno, ya antes me había llamado la atención durante un partido de rugby en la Ciudad Universitaria a donde iba con mi amigo Pepe los domingos por la mañana a ver si ligábamos. María Jesús iba con una amiga que llamó la atención de Pepe y a mí me gustó ella. Unos días después me la encontré en la calle de Serrano y empezamos a hablar. Así comenzó todo. Ella me dio carrete y lo demás resultó bastante sencillo.
FRASES DE LUIS GARCÍA BERLANGA
  • Cuanto más dinero entra, más inestable te sientes, porque tienes miedo de perderlo.
  • He trabajado con muchos: Bardem, Azcona, López Vázquez, Alexandre… Alfredo Landa dijo de mí lo que mejor me define: ‘Berlanga es un hijo de puta con ventanas a la calle, pero si me llama, siempre me tendrá a su lado’. Se hacen amigos míos, pero en los rodajes me odian… Con Azcona dejé de hacer guiones y eso ha hecho que dejemos de vernos; nos juntábamos para buscar ideas… No nos vemos porque ya no se hacen tertulias, la ciudad está llena de coches. Con Azcona siempre hubo una amistad profunda, y se nota cuando nos hemos visto de nuevo, aunque estemos cagándonos en la vida mutuamente.
  • Yo no me desvirgué hasta el año 39, en Barcelona, durante un viaje que hice siguiendo al Valencia a un partido de fútbol. La verdad es que no se pudo calificar de magnífica. Yo estaba borracho perdido, tirado en la calle, y una mujer me recogió y me llevó a un ‘meublé’ y, cuando me despejé un poco, hicimos el amor. Recuerdo que me daban unos calambres espantosos, una cosa horrible. Cuando por la mañana me desperté y fui a pagarle, me di cuenta que mi billetera había desaparecido y me cabreé tanto que empecé a gritarle. Después, cuando me reuní con mis amigos, me dijeron que me habían visto tan borracho que se habían guardado mi cartera por si me la robaban.
  • Todas mis películas han tratado de alguien que quiere conseguir algo y no lo logra porque la sociedad se lo impide.
  • Fui a la División Azul porque me lo pidió la familia, porque mi padre estaba con petición de pena de muerte. Pero en realidad lo que me motivó a ir fue una chica. Yo estaba enamorado de ella, creí que estando en la División Azul se quedaría prendada de mi valor; no me mandó ni una carta y se hizo novia de mi amigo más íntimo. Me lo pidieron: ‘A lo mejor sirve para que conmuten la pena a tu padre’. Nunca disparé un tiro, jamás maté a nadie. Me pusieron a vigilar en una torre vigía pero no veía nada y me inventaba las cosas. Hacía un frío intenso y a lo que temía era a Drácula… No, no entendí la guerra. Si no he entendido la vida, ¿cómo voy a entender una guerra? La guerra es una complicación de la vida. No sirvió para nada ir a la División Azul. Para conseguir la conmutación de la muerte que recaía sobre mi padre hubo que pasar por el estraperlo de la muerte. Había dos personas, un médico de los ojos y una hermana suya, que cobraban ese estraperlo. Mi padre tenía una fábrica de electricidad y una finca. Lo vendimos todo y le salvamos la vida, pagando.


Sello Finalista Categoria Ciencia El Cafe De La Historia 1

Frases de Unamuno

  • Intenta curarte de la angustia de preocuparte de cómo te apareces a los demás. Intenta preocuparte sólo por la idea que Dios pueda tener sobre ti.
  • Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte.
  • A veces, el silencio es la peor mentira.
  • Deberíamos tratar de ser los padres de nuestro futuro en lugar de los descendientes de nuestro pasado.
  • A menos pensamiento, pensamiento más tiránico y absorbente.
  • La razón es la muerte del fascismo.
  • El sufrimiento es la sustancia de la vida y la raíz de la personalidad, ya que solo el sufrimiento nos hace personas.
  • ¿No ves que me he pasado la vida soñando?
  • La felicidad es algo que se vive y se siente, no es una cosa razonada o definida.
  • Creo en Dios porque creo a Dios.
  • Mi religión está buscando la verdad en la vida y la vida en la verdad, aunque sé que no tengo que encontrarla mientras viva; mi religión lucha incesante e incansablemente con lo desconocido.
  • Esos fallos que no tenemos, no nos molestan.
  • Contra los valores afectivos no valen razones, porque las razones no son nada más que razones, es decir, ni siquiera verdad.
Frases y citas de Miguel de Unamuno - el café de la historia Unamuno frases
  • ¿De qué te sirve meterte a definir la felicidad si no logra uno con ello ser feliz?
  • El triunfo supremo de la razón es arrojar dudas sobre su propia validez.
  • La locura, la verdadera locura, nos está haciendo mucha falta, a ver si nos cura de esta peste del sentido común que nos tiene a cada uno ahogado el propio.
  • Vencer no es convencer.
  • El cristianismo es apolítico.
  • El que tiene fe en sí mismo no necesita que los demás crean en él.
  • El hombre es un producto social y la sociedad debe impedir que se pierda para ella.
  • La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual.
  • El modo de dar una vez en el clavo, es dar cien veces en la herradura.
  • A menos que un hombre aspire a lo imposible, la posibilidad que logre no valdrá la pena.
  • El nacionalismo es la chifladura de exaltados echados a perder por indigestiones de mala historia.
  • Es triste no ser amado, pero es mucho más triste de no ser capaz de amar.
  • El débil es débil porque no ha dudado bastante y ha querido llegar a conclusiones.
  • Tu desconfianza me inquieta y tu silencio me ofende.
  • Los hombres gritan para evitar escucharse el uno al otro.
  • Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que sabiendo algo no procuran la transmisión de esos conocimientos.
  • Al encontrarnos a nosotros mismos, encontramos en nosotros mismos a todos nuestros hermanos en la soledad.
  • Es en el aspecto religioso donde hay que ir a buscar lo más típico y lo más radical de un pueblo.
  • El escéptico no significa que duda, sino que explora o investiga, a diferencia del que afirma y piensa que ha encontrado.
  • La opinión de toda una multitud es siempre más creíble que la de una minoría.
  • A veces, permanecer en silencio es mentir, ya que el silencio puede interpretarse como asentimiento.
  • Hablo de mí porque es el hombre que tengo más a mano.
  • La filosofía satisface la necesidad de crear un concepto único y completo del mundo y de la vida.
  • Hasta un ateo necesita a Dios para poder negarlo.
Frases y citas de Miguel de Unamuno - el café de la historia
Unamuno frases
  • La verdad es que la razón es el enemigo de la vida.
  • Hay que buscar la verdad y no la razón de las cosas. Y la verdad se busca con humildad.
  • Todo esto me está sucediendo a mí y le está sucediendo a los demás sobre mí, ¿es realidad o es ficción? ¿No es posible que todo sea un sueño de Dios, o de quien sea, que desaparecerá tan pronto como se despierte?
  • La fe no es creer lo que no vimos, sino crear lo que no vemos.
  • Nuestra vida es una esperanza que se convierte continuamente en memoria y la memoria engendra esperanza.
  • Primero la verdad que la paz.
  • El diablo también es un ángel.
  • Mientras que los hombres creen que buscan la verdad por sí mismos, de hecho buscan la vida en la verdad.
  • Todo acto de bondad es una demostración de poderío.
  • Lo sabe todo, absolutamente todo. Figúrense lo tonto que será.
  • El hombre de carne y hueso; el hombre que nace, sufre y muere, sobre todo, quien muere; el hombre que come y bebe y juega y duerme y piensa y quiere; el hombre que es visto y escuchado; es el hermano, el verdadero hermano.
  • Una de las ventajas de no ser feliz es que se puede desear la felicidad.
  • Vuelve hacia atrás la vista caminante, y verás lo que te queda de camino.
  • El amor es hijo de la ilusión y el padre de la desilusión.
  • Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee.
  • El use estropea y hasta destruye toda belleza. La función más noble de los objetos es la de ser contemplados.
  • Cuando se muere alguien que nos sueña, se muere una parte de nosotros.
  • El amor no quiere ser agradecido ni quiere ser compadecido. El amor quiere ser amado porque sí, y no por razón alguna, por noble que está sea.
  • A un pueblo no se le convence sino de aquello de que quiere convencerse.
  • Todo lo que exalta y expande la conciencia es bueno, mientras que lo que la deprime y la disminuye es malo.
  • Solo los que intentan cosas absurdas son capaces de lograr cosas imposibles.
  • Los satisfechos, los felices, no aman; se duermen en la costumbre.
  • Creer en Dios es anhelar Su existencia y, además, actuar como si Él existiera.
  • Si una persona nunca se contradice a sí misma, debe ser que no dice nada.
  • Hasta que una persona no llora de verdad no se sabe si tiene un alma o no.
  • El aislamiento es el peor consejero posible.
  • ¡Nunca metas en tu cabeza lo que te entra en el bolsillo! ¡No metas en el bolsillo lo que te entra en la cabeza!
  • ¿Racionalizar la fe?. Quise hacerme dueño y no esclavo de ella, y así llegué a la esclavitud en vez de legar a la libertad en Cristo.
  • La ciencia nos enseña, en efecto, a someter nuestra razón a la verdad y a conocer y juzgar las cosas tal como son, es decir, como ellas mismas eligen ser y no como quisiéramos que fueran.
  • Las acciones nos libran de los malos sentimientos, y son los malos sentimientos los que envenenan el alma.
  • El hombre muere de frío, no de oscuridad.
  • El mundo es un caleidoscopio. La lógica la pone el hombre. El supremo arte es el del azar.
  • El que quiere todo lo que sucede, consigue que suceda cuanto quiere. ¡Omnipotencia humana por resignación!. A esta resignación sólo por la gracia se llega.
  • Amar con el espíritu es tener compasión, y el que más compadece ama más.
  • Ninguno es tan probable que crea tan poco como aquellos que han comenzado creyendo demasiado.
  • Las dos cosas que más odia el ser humano son esforzarse y responsabilizarse por sus actos.
  • Obra de modo que merezcas a tu propio juicio y a juicio de los demás la eternidad, que te hagas insustituible, que no merezcas morir.
  • El miedo es el comienzo de la sabiduría.
Frases y citas de Miguel de Unamuno - el café de la historia
Unamuno frases
  • Dicen que conocer es perdonar. Pero no, perdonar es conocer. Primero el amor, el conocimiento viene después.
  • Hay personas que están tan llenas de sentido común que no les queda la más mínima grieta para su propio sentido.
  • El amor es el ritmo. La ciencia del ritmo son las matemáticas; la expresión sensible del amor es la música.
  • El pesimismo que protesta y se defiende a sí mismo no puede decirse verdaderamente que sea pesimismo.
  • Quiero vivir y morir en el ejército de los humildes, uniendo mis oraciones a las suyas, con la santa libertad del obediente.
  • El amor precede al conocimiento, y éste mata a aquel.
  • La única forma de darle carácter definitivo al mundo es darle conciencia.
  • Sólo es libre una persona con conocimientos y mientras más sabe más libre es. No proclaméis la libertad de volar, sino tenéis alas para despegar.
  • ¿El hombre fue hecho para la ciencia, o la ciencia fue hecha para el hombre?
  • Los besos que vienen riendo, luego se van llorando, y con ellos se va la vida, que nunca más volverá.
  • El que mejor sabe que ama, es el que ama mejor.
  • Para convencer a las personas es necesario persuadirlas y, para poder hacerlo, necesitarás mucho más que fuerza bruta.
  • Lo mismo que une en el amor al amante y el amado, une en el odio a al odiador y al odiado, y no menos fuerte ni menos duramente que aquel.
  • Nunca lo sabemos, créanme, cuándo lo hemos logrado mejor.
  • La vida es la duda y la fe sin ningún tipo de duda: no es más que la muerte misma.
  • Cada vez que un hombre habla, miente y, en la medida en que habla consigo mismo, es decir, por lo que él piensa, sabiendo que él piensa, se miente a sí mismo.
  • Las personas que creen en Dios, pero sin ningún tipo de pasión en sus corazones, sin preocupación en la mente, sin incertidumbre, sin duda, sin un mínimo de desesperación incluso en el consuelo propio, creen solo en la idea de Dios y no en Dios mismo.
  • La única verdad en la vida humana es lo fisiológico.
  • Dicen que el hombre es un animal de razonamiento. Sin embargo, nunca se ha definido como un animal cariñoso o sensible, quizás lo que lo diferencia de otros animales es el sentir en lugar de la razón.
  • El habla, esta cosa que ellos llaman un producto social, fue hecha para mentir.
  • La fe que no duda es fe muerta.
  • Si la nada es verdaderamente lo que nos espera, es bueno permitirnos cometer una injusticia.
  • La mayor altura de heroísmo que un individuo, como un pueblo, puede alcanzar, es saber cómo enfrentar el ridículo; es mejor aún, saber cómo hacerse ridículo y no encogerse ante el ridículo.
  • La visión de tu prójimo es tan cierta para él como tu propia visión es verdadera para ti.
  • Aquel que es escéptico no necesariamente duda, a mi parecer, ese tipo de personas investigan y afirman solo lo que han encontrado.
  • La verdadera ciencia enseña, sobre todo, a dudar y ser ignorante.
  • Solo podemos conocer y sentir a la humanidad en el único ser humano que tenemos a mano.
  • No es la noche la que se encarga de matar a las personas, sino la presencia del frío que se presenta cuando se encuentran las estrellas.
  • Cuanto menos leemos, más dañino es lo que leemos.
  • Y después de todo, ¿qué es la locura y cómo podemos distinguirla de la razón?, a menos que nos coloquemos fuera el uno y el otro, lo que para nosotros es imposible.
  • Nuestra vida sin dudarlo es una esperanza que se convierte constantemente en memoria y el recuerdo es capaz engendrar esperanza.
  • Mi objetivo es agitar y molestar a la gente. No estoy vendiendo pan; estoy vendiendo levadura.
  • El cielo de la fama no es muy grande, y cuántos más en él entren a menos tocan cada uno de ellos.
  • Normalmente, el filósofo idealiza para tratar de ubicar a la vida, para buscar alguna finalidad en ella, para distraerse y olvidarse de sus desgracias o solamente por pasatiempo y diversión.
  • A veces, callar es mentir. Ganarás porque tienes suficiente fuerza bruta. Pero no convencerás. Para convencer tienes que persuadir. Y para persuadir, necesitarías lo que te falta: razón y derecho.
  • Cada nuevo amigo que ganamos en la carrera de la vida nos perfecciona y nos enriquece más aún por lo que de nosotros mismos nos descubre, que por lo que de él mismo nos da.
  • Las ideas no son las que nos hacen optimistas o pesimistas, sin embargo, es nuestro optimismo o pesimismo lo que permite hacer surgir a nuestras ideas.
  • El más terrible enemigo del heroísmo es la vergüenza de aparecer pobre.
  • El hombre habitualmente sacrifica su vida a por su bolsa, pero sacrifica su bolsa por su vanidad.
  • La química no debe ser solo para los químicos.
  • El hombre poco a poco está muriendo y eso puede ser porque hemos actuado de una manera muy particular para tener un destino injusto.
  • Todo conocimiento tiene un objetivo final. El conocimiento en aras del conocimiento es, digamos, lo que se quiera, nada más que una melancólica mendicidad de la pregunta.
  • Las lágrimas de angustia irritan y excitan; pero las de arrepentimiento son las que limpian.
  • Pedimos milagros, como si no fuese el milagro más evidente el que los pidamos.
  • El habla se creó con la finalidad de magnificar todas nuestras sensaciones e impresiones, tal vez con el único objetivo de creer en ellas.
  • ¿Para quién existirá el mundo cuando agotemos los espacios con grandes fábricas, con carreteras, museos y bibliotecas?
  • Solo el que intenta el absurdo es capaz de lograr lo imposible.
  • El secreto de la vida humana, el secreto del universo, el secreto de la raíz por la que surgen todos los demás secretos, se convierte en el deseo más grande de la vida.
  • Y matar el tiempo es quizás la esencia de la comedia, así como la esencia de la tragedia está en matar a la eternidad.
  • Un deseo delirante e insaciable es tratar de ser todo lo demás sin dejar de ser nosotros mismos.
  • Cualquiera que discuta confía en los usos de autoridad, no en su comprensión, sino en su memoria.
  • En el mundo, la vanidad y el amor son dos notas fundamentales y agudas del corazón de una verdadera poesía y también son dos notas de las cuales ninguna puede sonar sin hacer que la otra vibre.
  • Una idea no pasa de un idioma a otro sin cambios.
  • El relativismo absoluto, que no es ni más ni menos que escepticismo, en el sentido más moderno del término, es el triunfo supremo de la razón racional.
  • La vida no es sueño. El más vigoroso tacto espiritual es la necesidad de persistencia en una forma u otra. El anhelo de extenderse en tiempo y en espacio.
  • Vagos son las personas que dicen que trabajan y lo único que hacen es aturdirse y ahogarse en sus pensamientos.
  • El fascismo se cura leyendo y el racismo se cura al viajando.
  • Una persona pedante observó llorar a Solón por la muerte de su hijo y le preguntó: «¿Por qué lloras así si el llanto no te sirve de nada? Y el sabio le contestó: Exactamente por eso, porque no sirve.
  • El sentimiento no logra convertir el consuelo en verdad, ni la razón tiene éxito en convertir la verdad en consuelo.
  • La conciencia se convierte en conocimiento participativo.
  • ¿Qué es la vanidad sino el anhelo de sobrevivir?
  • El sueño permanece; es lo único que permanece; la visión permanece.
  • Los hombres no hacemos más que mentir y hacernos importantes. El habla se inventó con el propósito de magnificar todas nuestras sensaciones e impresiones, tal vez para que pudiéramos creer en ellas.
  • Si un filósofo no es un hombre, no es más que un filósofo; él es sobre todo un pedante, y un pedante es una caricatura de un hombre.
  • La ciencia es la escuela más íntima de resignación y humildad, porque nos enseña a doblegarnos ante los hechos aparentemente insignificantes.
  • Las brumas permanecen de la falsa gloria que brota de la historia.
  • Cada campesino tiene un abogado dentro de él, al igual que todos los abogados, por muy urbano que sea, llevan consigo a un campesino.
Frases y citas de Miguel de Unamuno - el café de la historia
Unamuno frases
  • El infierno se concibió como una institución policial para inspirar miedo en este mundo. Pero lo peor de todo es que ya no asusta a nadie, y por lo tanto tendrá que cerrarse.
  • Una gran cantidad de buenos argumentos pueden ser estropeados por un tonto que sabe de lo que está hablando.
  • Lo que creemos que son los motivos de nuestra conducta son generalmente los pretextos para ella.
  • Las creencias humanas, como todos los demás crecimientos naturales, eluden la barrera de los sistemas.
  • Leer mucho es uno de los caminos de la originalidad, uno es tanto más original y propio cuánto mejor enterado esta de lo que han dicho los demás.
  • La lengua no es la envoltura del pensamiento, es el pensamiento mismo.
  • Las lenguas, como las religiones, viven de herejías.
  • Gracias al desarrollo del barbarismo, del neologismo y del solecismo en el bajo latín, pudieron votar los romances, del antiguo latín clásico jamás habrían surgido.
  • La sangre de mi espíritu es mi lengua. Y mi patria es allí donde resuena.
  • El progreso consiste en renovarse.
  • Nada que no sea verdad puede ser de veras poético.
  • No es obligación del escritor ponerse al alcance del público, si no obligación del público ponerse al alcance del escritor.
  • El hambre hace salir al lobo del bosque, y al escritor, del arte.
  • Aquellos que dicen que creen en Dios y aún ni lo aman ni le temen, de hecho no creen en Él, sino en aquellos que les han enseñado que Dios existe. Aquellos que creen que creen en Dios, pero sin ninguna pasión en el corazón, ninguna angustia de la mente, sin incertidumbre, sin duda, sin un elemento de desesperación incluso en su consuelo, creen solo en la idea de Dios, no en Dios.
  • Sembrad la parte viva de vosotros mismos en el surco de la vida.
  • Piensa el sentimiento, siente el pensamiento. Piensa en lo emocional y siente lo intelectual.
  • Un hombre no muere de amor o de su hígado o incluso de vejez; él muere de ser un hombre.
  • No hay tiranía en el mundo más odiosa que la de las ideas. Las ideas traen ideofobia, y la consecuencia es que las personas comienzan a perseguir a sus vecinos en nombre de las ideas. Detesto y detesto todas las etiquetas, y la única etiqueta que ahora podría tolerar sería la de idealista o rompedor de ideas.
  • Los hombres de palabra primero dicen una cosa, después la piensan, y por último la hacen independientemente de que resulte mal o bien luego de pensarla.
  • No es la moneda que te doy lo que cuenta, sino el calor que lleva consigo de mi mano.
  • La mayoría de los hombres viven subconscientemente en el aburrimiento. El aburrimiento es el comienzo de la vida porque gracias a él se inventaron los juegos, las distracciones, el romance y el amor.
  • Llamo rumiantes a los hombres que se pasan rumiando la miseria humana, preocupados de no caer en tal o cual abismo.
  • Cúrate de la aflicción de preocuparte de cómo te apareces a los demás. Preocúpate solo por cómo te presentas ante Dios, preocúpate solo por la idea que Dios pueda tener de ti.
  • Los únicos reaccionarios son aquellos que se encuentran en casa en el presente.
  • Me parece indiscutible que el que soy hoy deriva de una serie continua de estados de conciencia, del que estuvo en mi cuerpo hace veinte años. La memoria es la base de la personalidad individual, así como la tradición es la base de la personalidad colectiva de un pueblo. Vivimos en la memoria, y nuestra vida espiritual es en el fondo simplemente el esfuerzo de nuestra memoria para persistir, para transformarse en esperanza, el esfuerzo de nuestro pasado para transformarse en nuestro futuro.
  • Si es la nada lo que nos espera, permítannos hacer una injusticia, peleemos contra el destino, incluso sin esperanza de victoria.
  • El arte destila sensaciones y las incorpora con un significado mejorado.
  • El escritor sólo puede interesar a la humanidad cuando en sus obras se interesa por la humanidad.
  • Los mártires crean la fe, la fe no crea mártires.
  • La ciencia es un cementerio de ideas muertas, aunque la vida pueda surgir de ellas.
  • La ciencia le quita a los hombres sabiduría y generalmente los convierte en seres fantasmas cargados solo de hechos.
  • Yo diría que la teleología es teología, y que Dios no es un «porque» sino más bien un «para».
  • La felicidad no es cosa fácilmente digerible; es, más bien, muy indigesta.
Frases y citas de Miguel de Unamuno - el café de la historia
Unamuno frases

Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno nació en Bilbao, España, el 28 de septiembre de 1864, hijo de Félix de Unamuno y Salomé Jugo. Cuando era joven, estuvo muy interesado en el idioma vasco, que era capaz de hablar y escribir con gran soltura, y compitió con Sabino de Arana por un puesto de profesor en el Instituto de Bilbao. El concurso finalmente fue ganado por el erudito vasco Resurrección María de Azkue.

Unamuno trabajó todos los géneros principales: ensayo, novela, poesía y teatro y, como modernista, contribuyó en gran medida a disolver los límites entre los géneros.

Existe cierto debate sobre si Unamuno era de hecho miembro de la Generación del 98, un grupo literario de intelectuales y filósofos españoles, un grupo que incluye, además de Azorín, a Antonio Machado, Ramón Pérez de Ayala, Pío Baroja, Ramón del Valle-Inclán, Ramiro de Maeztu y Ángel Ganivet, entre otros.

Unamuno falleció en Salamanca el 31 de diciembre de 1936.


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Frases de Mark Twain

Breve biografía de Mark Twain

Samuel Langhorne Clemens (30 de noviembre de 1835 – 21 de abril de 1910), conocido por su seudónimo Mark Twain, fue un escritor, humorista, empresario, editor y conferenciante estadounidense.

Fue calificado como el «mejor humorista que ha producido este país«, y William Faulkner lo llamó «el padre de la literatura estadounidense«. Sus novelas incluyen Las aventuras de Tom Sawyer (1876) y su secuela, Las aventuras de Huckleberry Finn (1884), esta última a menudo llamada «La gran novela americana».

Twain se crió en Hannibal, Missouri, ciudad que más tarde sirvió de escenario para las aventuras tanto de Tom Sawyer como de Huckleberry Finn.

Fue aprendiz en una imprenta y más tarde contribuyó con artículos al periódico de su hermano mayor, Orion Clemens.

Tiempo después trabajó como piloto de un barco fluvial en el río Mississippi, antes de acompañar a su hermano Orión a Nevada.

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Twain ganó una gran cantidad de dinero con sus escritos y conferencias, pero también invirtió en inversiones que resultaron desastrosas.

Twain nació poco después de la aparición del Cometa Halley de 1835, y predijo que también «se iría con él»; murió el día después del regreso del cometa en 1910.

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Frases de Mark Twain

125 grandes frases de Mark Twain

  1. Dios creó la guerra para que los estadounidenses aprendieran geografía.
  2. Nunca discutas con gente estúpida, te arrastrarán a su nivel y entonces te ganarán con la experiencia.
  3. Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa.
  4. Actúa siempre con acierto. Esto tranquilizará a algunas personas y asombrará al resto.
  5. Vivimos en unos tiempos en que a uno le gustaría ahorcar a toda la raza humana y poner término a la farsa.
  6. Cuando estés en duda, di la verdad.
  7. La buena educación consiste en esconder lo bueno que pensamos de nosotros y lo malo que pensamos de los demás.
  8. Cuando estés molesto, cuenta hasta cuatro. Si estás muy molesto, maldice.
  9. El miedo a la muerte viene del miedo a la vida. Un hombre que vive plenamente esta preparado para morir en cualquier momento.
  10. Cuando tus amigos comienzan a halagar lo joven que pareces, es seguro un signo de que te vuelves viejo.
  11. Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar la duda.
  12. El hombre que es un pesimista antes de los 48 sabe mucho; si es un optimista después sabe poco.
  13. Nunca le digas la verdad a la gente que no es digna de ella.
  14. Preocuparse es como pagar una deuda que no es tuya.
  15. Todo hombre es como la Luna: con una cara oscura que a nadie enseña.
  16. Si votar sirviera para algo, no nos dejarían hacerlo.
  17. He descubierto que no hay forma más segura de saber si amas u odias a alguien que hacer un viaje con él.
  18. Nunca ha habido una vida que no sea interesante. Es imposible. Dentro de la fachada más sosa, hay un drama, una tragedia y una comedia.
  19. Para lograr todo el valor de una alegría has de tener con quien repetirla.
  20. Nunca permitas que alguien sea tu prioridad, mientras que tú eres para ellos una opción.
  21. Un banquero es un señor que nos presta un paraguas cuando hace sol y nos lo exige cuando empieza a llover.
  22. Una mentira puede viajar por medio mundo mientras que la verdad se pone los zapatos.
  23. Básicamente hay dos tipos de personas. Las personas que consiguen cosas y las personas que dicen que han conseguido cosas. El primer grupo es menos frecuente.
  24. Cuando era un chaval de catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportar estar cerca de él. Pero cuando cumplí veintiuno, me sorprendí de ver cuánto había aprendido mi padre en siete años.
  25. El paraíso lo prefiero por el clima; el infierno por la compañía.
  26. Todo en su vida tiene un límite. El hierro no puede ser educado para ser oro.
  27. Hay muy buenas protecciones contra la tentación, pero la más segura es la cobardía.
  28. De todas las cosas que he perdido, la que más echo en falta es mi cabeza.
  29. El oficio de crítico de literatura, música y teatro, es el más degradado de todos.
  30. Ya estoy viejo y conozco muchos problemas; pero la mayoría de ellos no han sucedido.
  31. El trabajo consiste en lo que un organismo está obligado a hacer; el juego consiste en lo que un organismo no está obligado a hacer.
  32. Se necesita a un amigo y un enemigo trabajando juntos para herir tu corazón. Uno te calumnia y el otro te lo cuenta.
  33. La única manera de conservar la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta, y hacer lo que preferirías no hacer.
  34. Haz la cosa que más miedo te da y el fin del miedo es certero.
  35. Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño.
  36. La confianza con la que sé que la religión de otra persona es una estupidez, me enseña a sospechar que la mía también lo es.
  37. ¿Por qué nos alegramos en las bodas y lloramos en los funerales? Porque no somos la persona involucrada…
  38. Es mejor merecer honores y no tenerlos que tenerlos y no merecerlos.
  39. Nada necesita tanto una reforma como las costumbres ajenas.
  40. ¿Qué es un clásico? Un libro que la gente elogia y no lee.
  41. Nunca he permitido que la escuela entorpeciese mi educación.
  42. Hay gente que puede hacer todo bien menos una cosa; dejar de contar su felicidad a los infelices.
  43. Todo lo que necesitas en esta vida es ignorancia y confianza en ti mismo, así tendrás el éxito asegurado.
  44. Puedo vivir durante dos meses de un cumplido de cortesía.
  45. Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar.
  46. Fue maravilloso encontrar América, pero hubiera sido mejor perderla.
  47. No vayas por ahí diciendo que el mundo te debe algo. El mundo no te debe nada. Estaba aquí primero.
  48. Mejor una promesa rota que ninguna.
  49. Cuando era más joven podía recordar todo, hubiera sucedido o no.
  50. No te desprendas de tus ilusiones. Cuando se han ido todavía pueden existir, pero has dejado de vivir.
  51. Si dices la verdad, no tendrás que acordarte de nada.
  52. Aparentemente no hay nada que no pueda pasar hoy.
  53. Honestidad: la mejor de todas las artes perdidas.
  54. Cuando pesques para el amor, usa de cebo el corazón, no el cerebro.
  55. El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir.
  56. ¿No tenemos a todos los necios de la ciudad de nuestra parte? ¿Y no son éstos, en cualquier ciudad, una mayoría aplastante?
  57. El hombre fue hecho al final de la semana cuando Dios ya estaba cansado.
  58. Conoce primero los hechos y luego distorsiónalos cuanto quieras.
  59. La vida sería infinitamente más feliz si pudiésemos nacer a la edad de ochenta y alcanzar gradualmente los dieciocho.
  60. El hombre es un experimento; el tiempo demostrará si valía la pena.
  61. No puede el hombre sentirse a gusto sin su propia aprobación.
  62. La única forma de mantener tu salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta y hacer lo que prefieres no hacer.
  63. Todo gozo es breve y asesino de una ilusión.
  64. La honestidad es la mejor política cuando hay dinero de por medio.
  65. Las acciones hablan más alto que las palabras, pero no tan a menudo.
  66. El hombre es el único animal que se ruboriza, o que necesita hacerlo.
  67. Vamos a plantearnos que estamos todos locos, eso explicaría como somos y resolvería muchos misterios.
  68. Hay un encanto sobre lo prohibido que lo hace indeciblemente deseable.
  69. El valor es resistencia al miedo, el dominio del miedo, no ausencia del miedo.
  70. Consigue los hechos primero, y luego los podrás distorsionar a tu antojo.
  71. Si es un milagro, cualquier testimonio es suficiente, pero si es un hecho, es necesario probarlo.
  72. La cordura y la felicidad son una combinación imposible.
  73. La fama es vapor; la popularidad, un accidente; la única certeza terrenal es el olvido.
  74. Si tu trabajo es comerte una rana, es mejor comértela por la mañana. Y si tu trabajo es comerte dos ranas, es mejor comerte la más grande primero.
  75. Si tomas un perro hambriento y lo haces próspero, no te morderá. Esta es la principal diferencia entre un perro y el hombre.
  76. Hoy he visto una cosa realmente increíble: una persona con las manos en sus propios bolsillos.
  77. Al cumplir los setenta años me he impuesto la siguiente regla de vida: No fumar mientras duermo, no dejar de fumar mientras estoy despierto, y no fumar más de un solo cigarro a la vez.
  78. El nombre del mayor de todos los inventores: Accidente.
  79. La mejor manera de animarte a ti mismo es tratar de animar a alguien más.
  80. Es mejor ser un joven abejorro que una vieja ave del paraíso.
  81. La gratitud es una deuda que normalmente se va acumulando, como sucede con los chantajes: cuanto más pagas, más te piden.
  82. La edad es una interpretación de la mente sobre la materia. Si no te importa, no importa.
  83. La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa.
  84. Vivamos de tal manera que cuando muramos, incluso los de la funeraria lo lamenten.
  85. Hay tres clases de mentiras: La mentira, la maldita mentira y las estadísticas.
  86. La bondad es el lenguaje que los sordos pueden oír y los ciegos pueden ver.
  87. Dejar de fumar es fácil. Yo ya lo dejé unas cien veces.
  88. El perdón es la fragancia que la violeta vierte en el talón de quien la ha machacado.
  89. Así va el mundo. Hay veces en que deseo sinceramente que Noé y su comitiva hubiesen perdido el barco.
  90. Es más fácil engañar a la gente que convencerlos de que han sido engañados.
  91. El cielo se gana por favores. Si fuera por méritos usted se quedaría afuera y su perro entraría.
  92. Los dos días más importantes de tuvida, son el día en que se nace, y el día que averiguas por qué.
  93. He vivido algunas cosas terribles en mi vida, muchas de los cuales nunca ocurrieron en realidad.
  94. Si la verdad es nuestro más preciado tesoro, bien haremos en economizarla.
  95. El trueno esta bien, el trueno es impresionante, pero es la luz la que hace el trabajo.
  96. No puedes confiar en tus ojos cuando tu imaginación está fuera de foco.
  97. Si no lees el periódico, estás mal informado. Si lees el periódico, estás mal informado.
  98. Siempre haz lo que es correcto. Gratificarás a la mitad de la humanidad y sorprenderás a la otra.
  99. Ninguna mujer parece tan pasada de moda como cuando sigue ésta.
  100. La ropa hace al hombre. La gente desnuda tiene poca o ninguna influencia en la sociedad.
  101. Yo no asistí a tu funeral, pero envié una bonita carta diciendo que lo apruebo.
  102. No quiero comprometerme ni con el cielo ni el infierno; tengo amigos en ambos lugares.
  103. El clima es lo que esperamos, el tiempo es lo que tenemos.
  104. En dos ocasiones no debería jugar el hombre; cuando no tiene dinero y cuando lo tiene.
  105. Las arrugas se limitan a indicar dónde las sonrisas han vivido.
  106. Empezar, ese es el secreto de salir adelante.
  107. La diferencia entre la palabra adecuada y la casi correcta, es la misma que entre el rayo y la luciérnaga.
  108. La falta de dinero es la raíz de todo mal.
  109. Cualquier emoción, si es sincera, es involuntaria.
  110. La ira es un ácido que puede hacer más daño al recipiente en el que se almacena que a cualquier cosa sobre la que se vierta.
  111. Una media verdad es la más cobarde de las mentiras.
  112. El que lucha con monstruos debe tener cuidado de no convertirse en un monstruo. Y si miras fijamente durante mucho tiempo a un abismo el abismo también mira dentro de ti.
  113. No temo a la muerte. Había estado muerto durante miles de millones de años antes de que naciera, y no había sufrido el menor inconveniente.
  114. La lealtad al país siempre. La lealtad al gobierno, cuando lo merece.
  115. Si un hombre ha nacido con un carácter no dotado para la felicidad, nada le puede hacer feliz. Si ha nacido para ser feliz, nada le puede hacer desgraciado.
  116. Cuando yo sea rey, no solamente se les dará pan y albergue, sino también enseñanza, porque de poco sirve tener la tripa llena cuando el cerebro y el corazón están hambrientos.
  117. De todos los animales, el hombre es el único que es cruel. Él es el único que inflige dolor por el placer de hacerlo.
  118. Los libros son para las personas que deseen estar en otro lugar.
  119. El jabón y la educación no son tan efectivos como una masacre, pero son más letales a largo plazo.
  120. Mis libros son agua; los de los grandes genios son el vino. Todo el mundo bebe agua.
  121. No es el tamaño del perro en la pelea, es el tamaño de la pelea en el perro.
  122. De todas las criaturas de Dios, sólo hay uno que no puede hacerse esclavo de la correa. Ese es el gato. Si el hombre pudiera cruzarse con el gato, mejoraría el hombre, pero se deterioraría el gato.
  123. El humor es la bendición más grande de la humanidad.
  124. Si la Torre Eiffel representara la edad del mundo, la capa de pintura en el botón del remache de su cúspide representaría la parte que al hombre le corresponde de tal edad; y cualquiera se daría cuenta que la capa de pintura del remache es la razón por la cual se construyó la Torre.
125 frases de Mark Twain - el café de la Historia mark twain frases

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Video sobre la vida de Mark Twain


Sello Finalista Categoria Ciencia El Cafe De La Historia 1

Mark Twain frases

Fábulas de Esopo

El trompetista tomado prisionero

Un trompetista, que dirigía con valentía a los soldados, fue capturado por el enemigo. Él gritó a sus captores:

Les ruego que me escuchen, y no tomen mi vida sin causa o sin preguntar. No he matado a un solo hombre de su tropa. No tengo ninguna arma, y solamente llevo esta trompeta de cobre.

Es la justa razón por la cual usted debe ser sentenciado, dijeron ellos; porque mientras usted no participa directamente en la lucha, su trompeta mueve a todos los demás para luchar.

Tan responsable es quien ejecuta como quien promueve.

El águila y la flecha


Estaba asentada un águila en el pico de un peñasco esperando por la llegada de las liebres.
Mas la vio un cazador, y lanzándole una flecha le atravesó su cuerpo.
Viendo el águila entonces que la flecha estaba construida con plumas de su propia especie exclamó:
-¡Qué tristeza, terminar mis días por causa
de las plumas de mi especie!
Más profundo es nuestro dolor cuando nos vencen con nuestras propias armas.

La zorra y la pantera


Disputaban otro día la zorra y la pantera acerca de su belleza.
La pantera alababa muy especialmente los
especiales pintados de su piel.


Replicó entonces la zorra diciendo:
— ¡Mucho más hermosa me considero yo, no por las
apariencias de mi cuerpo, sino más bien por mi espíritu!
Las cualidades del espíritu son preferibles a las del cuerpo.

La zorra y el mono coronado rey


En una junta de animales, bailó tan bonito el mono,
que ganándose la simpatía de los espectadores,
fue elegido rey.
Celosa la zorra por no haber sido ella la elegida, vio un trozo de comida en un cepo y llevó allí al mono, diciéndole que había encontrado un tesoro digno de reyes, pero que en lugar de tomarlo para llevárselo a él, lo había guardado para que fuera él personalmente quien lo cogiera, ya que era una prerrogativa real.
El mono se acercó sin más reflexión,
y quedó prensado en el cepo.
Entonces la zorra, a quien el mono acusaba de
tenderle aquella trampa, repuso:
— ¡Eres muy tonto, mono, y todavía pretendes reinar
entre todos los animales!
No te lances a una empresa, si antes no has reflexionado sobre sus posibles éxitos o peligros.

Fábulas de Esopo

Fábulas de Esopo

El asno y su comprador

Un hombre quiso comprar un asno, y acordó con su dueño que él debería probar al animal antes de comprarlo. Entonces llevó al asno a su casa y lo puso en donde guarda la paja junto con sus otros asnos.

El nuevo animal se separó de todos los demás e inmediatamente se fue junto al que era el más ocioso y el mayor comedor de todos ellos.

Viendo esto, el hombre puso un cabestro sobre él y lo condujo de regreso a su dueño.

Siendo preguntado cómo, en un tiempo tan corto, él podría haber hecho un proceso de calificación, él contestó:

No necesito mayor tiempo; sé que él será exactamente igual a aquel que él eligió para su compañía.

Según con quién te relaciones, así te juzgarán.


¡Descubre las mejores fábulas!


La zorra y el perro


Penetró una zorra en un rebaño de corderos, y arrimando a su pecho a un pequeño corderillo, fingió acariciarle.
Llegó un perro de los que cuidaban el rebaño y le preguntó:
— ¿Qué estás haciendo?
— Le acaricio y juego con él — contestó con cara de inocencia.
— ¡ Pues suéltalo enseguida, si no quieres
conocer mis mejores caricias!
Al impreparado lo delatan sus actos.
Estudia y aprende con gusto y tendrás éxito en tu vida.

La zorra y el mono discuten sobre su nobleza


Viajaban juntos por esta tierra una zorra y un mono, comentando a la vez cada uno sobre su nobleza.
Mientras cada cual detallaba ampliamente sus títulos,
llegaron a cierto lugar. Volvió el mono su mirada hacia un cementerio y rompió a llorar.
Preguntó la zorra que le ocurría, y el mono, mostrándoles unas tumbas le dijo:
— ¡ Oh, cómo no voy a llorar cuando veo las lápidas
funerarias de esos grandes héroes, mis antepasados!
— ¡Puedes mentir cuanto quieras — contestó la zorra –; pues ninguno de ellos se levantará para contradecirte!
Sé siempre honesto en tu vida. Nunca sabrás si el vecino que te escucha sabe la verdad y corroborará o desmentirá tus palabras.

La zorra y el chivo en el pozo


Cayó una zorra en un profundo pozo, viéndose obligada
a quedar adentro por no poder alcanzar la orilla.
Llegó más tarde al mismo pozo un chivo sediento, y viendo a la zorra le preguntó si el agua era buena. Ella, ocultando su verdadero problema, se deshizo en elogios para el agua, afirmando que era excelente, e invitó al chivo a descender y probarla donde ella estaba.
Sin más pensarlo saltó el chivo al pozo, y después de saciar su sed, le preguntó a la zorra cómo harían para salir allí
Dijo entonces la zorra:
— Hay un modo, que sin duda es nuestra mutua salvación.
Apoya tus patas delanteras contra la pared y alza bien arriba tus cuernos; luego yo subiré por tu cuerpo y una vez afuera, tiraré de ti.
Le creyó el chivo y así lo hizo con buen gusto, y la zorra trepando hábilmente por la espalda y los cuernos de su compañero, alcanzó a salir del pozo, alejándose de la orilla al instante, sin cumplir con lo prometido.
Cuando el chivo le reclamó la violación de su convenio,
se volvió la zorra y le dijo:
— ¡ Oye socio, si tuvieras tanta inteligencia como pelos en tu barba, no hubieras bajado sin pensar antes en cómo salir después!
Antes de comprometerte en algo, piensa primero si podrías salir de aquello, sin tomar en cuenta lo que te ofrezcan tus vecinos.

Fábulas de Esopo

El águila de ala cortada y la zorra


Cierto día un hombre capturó a un águila,
le cortó sus alas y la soltó en el corral junto
con todas sus gallinas. Apenada, el águila,
quien fuera poderosa, bajaba la
cabeza y pasaba sin comer: se sentía
como una reina encarcelada.
Pasó otro hombre que la vio, le gustó y decidió comprarla.
Le arrancó las plumas cortadas y se las hizo crecer de nuevo. Repuesta el águila de sus alas, alzó vuelo, apresó
a una liebre para llevársela en agradecimiento a su liberador.
La vio una zorra y maliciosamente la mal
aconsejaba diciéndole:
–No le lleves la liebre al que te liberó,
sino al que te capturó; pues el que te liberó
ya es bueno sin más estímulo.
Procura más bien ablandar al otro,
no vaya a atraparte de nuevo y te
arranque completamente las alas.
Siempre corresponde generosamente con tus bienhechores, y por prudencia mantente alejado de los malvados que insinúan hacer lo incorrecto.

La zorra con el rabo cortado


Una zorra a la cual un cepo le había cortado la cola, estaba tan avergonzada, que consideraba su vida horrorosa y humillante, por lo cual decidió que la solución sería aconsejar a las demás hermanas cortarse también la cola, para así disimular con la igualdad general, su defecto personal.
Reunió entonces a todas sus compañeras, diciéndoles
que la cola no sólo era un feo agregado, sino
además una carga sin razón.
Pero una de ellas tomó la palabra y dijo:
— Oye hermana, si no fuera por tu conveniencia de ahora,
¿ nos darías en realidad este consejo?
Cuídate de los que dan consejo en busca de su propio beneficio, y no por hacer realmente un bien.

La zorra que nunca había visto un león


Había una zorra que nunca había visto un león.
La puso el destino un día delante de la real fiera. Y como era la primera vez que le veía, sintió un miedo espantoso y se alejó
tan rápido como pudo.
Al encontrar al león por segunda vez, aún sintió miedo, pero menos que antes, y lo observó con calma por un rato.
En fin, al verlo por tercera vez, se envalentonó lo suficiente
hasta llegar a acercarse a él para entablar conversación.
En la medida que vayas conociendo algo, así le irás perdiendo el temor. Pero mantén siempre la distancia y prudencia adecuada.

La zorra y la careta vacía


Entró un día una zorra en la casa de un actor, y después de revisar sus utensilios, encontró entre muchas otras cosas una máscara artísticamente trabajada.
La tomó entre sus patas, la observó y se dijo:
— ¡ Hermosa cabeza! Pero qué lástima que no tiene sesos.
No te llenes de apariencias vacías;
llénate mejor siempre de buen juicio.

Fábulas de Esopo

La zorra y el hombre labrador


Había un hombre que odiaba a una zorra porque le ocasionaba algunos daños ocasionalmente.
Después de mucho intentarlo, pudo al fin cogerla, y buscando vengarse de ella, le ató a la cola una mecha empapada en aceite y le prendió fuego.
Pero un dios llevó a la zorra a los campos que cultivaba aquel hombre.
Era la época en que ya se estaba listo para la recolección del producto y el labrador siguiendo a la raposa, contempló llorando, cómo al pasar ella por sus campos, se quemaba toda su producción.
Procura ser comprensivo e indulgente, pues siempre sucede que el mal que generamos, tarde o temprano se regresa en contra nuestra.

El águila y la zorra


Un águila y una zorra que eran muy amigas decidieron
vivir juntas con la idea de que eso afianzaría su amistad.
El águila escogió un árbol muy elevado para poner allí sus huevos, mientras que la zorra soltó a sus hijos bajo unas zarzas sobre la tierra al pie del mismo árbol.
Un día que la zorra salió a buscar su comida, el águila, que estaba hambrienta cayó sobre las zarzas, se llevó a los zorruelos, y entonces ella y sus crías se regocijaron con un banquete.
Regresó la zorra y más le dolió el no poder vengarse, que saber de la muerte de sus pequeños; ¿Cómo podría ella, siendo un animal terrestre, sin poder volar, perseguir a uno que vuela? Tuvo que conformarse con el usual consuelo de los débiles e impotentes: maldecir desde lo lejos a su enemigo.
Mas no pasó mucho tiempo para que el águila recibiera el pago de su traición contra la amistad. Se encontraban en el campo unos pastores sacrificando una cabra; cayó el águila sobre ella y se llevó una víscera que aún conservaba fuego, colocándola en su nido.
Vino un fuerte viento y transmitió el fuego a las pajas, ardiendo también sus pequeños aguiluchos, que por pequeños
aún no sabían volar, los cuales se vinieron al suelo.
Corrió entonces la zorra, y tranquilamente devoró a todos los aguiluchos ante los ojos de su enemiga.
Nunca traiciones la amistad sincera, pues si lo hicieras, tarde o temprano del cielo llegará el castigo.

La zorra y el cangrejo de mar


Queriendo mantener su vida solitaria, pero un poco diferente a la ya acostumbrada, salió un cangrejo del mar y se fue a vivir a la playa.
Lo vio una zorra hambrienta, y como no encontraba
nada mejor para comer, corrió hacia él y lo capturó.
Entonces el cangrejo, ya listo para ser devorado exclamó:
— ¡Merezco todo esto, porque siendo yo animal del mar,
he querido comportarme como si fuera de la tierra!
Si intentas entrar a terrenos desconocidos, toma primero las precauciones debidas, no vayas a ser derrotado por lo que no conoces.

Fábulas de Esopo

La zorra y el cuervo hambriento


Un flaco y hambriento cuervo se posó en una higuera,
y viendo que los higos aún estaban verdes, se
quedó en el sitio a esperar a que maduraran.
Vio una zorra al hambriento cuervo eternizado en la higuera, y le preguntó qué hacía. Una vez que lo supo, le dijo:
— Haces muy mal perdiendo el tiempo confiado a
una lejana esperanza; la esperanza se llena de bellas
ilusiones, mas no de comida.
Si tienes una necesidad inmediata, de nada te servirá pensar satisfacerla con cosas inalcanzables.

La zorra y el cuervo gritón


Un cuervo robó a unos pastores un pedazo de carne
y se retiró a un árbol.
Lo vio una zorra, y deseando apoderarse de aquella carne empezó a halagar al cuervo, elogiando sus elegantes proporciones y su gran belleza, agregando además que no había encontrado a nadie mejor dotado que él para ser el rey de las aves, pero que lo afectaba el hecho de que no tuviera voz.
El cuervo, para demostrarle a la zorra que no
le faltaba la voz, soltó la carne para lanzar
con orgullo fuertes gritos.
La zorra, sin perder tiempo, rápidamente cogió la carne y le dijo:
— Amigo cuervo, si además de vanidad tuvieras entendimiento, nada más te faltaría realmente para ser el rey de las aves.
Cuando te adulen, es cuando con más razón debes cuidar de tus bienes.

Las zorras, las águilas y las liebres


Cierto día las águilas se declararon en guerra contra las liebres.
Fueron entonces éstas a pedirle ayuda a las zorras.
Pero ellas les contestaron:
— Las hubiéramos ayudado si no supiéramos
quienes son ustedes y si tampoco
supiéramos contra quienes luchan.
Antes de decidir unirte a una campaña, mide primero la capacidad de los posibles adversarios.

La zorra y la liebre


Dijo un día una liebre a una zorra:
— ¿Podrías decirme si realmente es cierto que tienes muchas ganancias, y por qué te llaman la «ganadora»?
— Si quieres saberlo — contestó la zorra –,
te invito a cenar conmigo.
Aceptó la liebre y la siguió; pero al llegar a
casa de doña zorra vio que no había
más cena que la misma liebre.
Entonces dijo la liebre:
— ¡Al fin comprendo para mi desgracia de donde viene tu nombre:
no es de tus trabajos, sino de tus engaños!
Nunca le pidas lecciones a los tramposos, pues tú mismo serás el tema de la lección.

El águila, la liebre y el escarabajo


Estaba una liebre siendo perseguida por un águila,
y viéndose perdida pidió ayuda a un escarabajo,
suplicándole que le ayudara.
Le pidió el escarabajo al águila que perdonara
a su amiga. Pero el águila, despreciando
la insignificancia del escarabajo,
devoró a la liebre en su presencia.
Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo observaba los lugares donde el águila ponía sus huevos, y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra. Viéndose el águila echada del lugar a donde quiera que fuera, recurrió a Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar sus huevos.
Le ofreció Zeus colocarlos en su regazo, pero el escarabajo,
viendo la táctica escapatoria, hizo una bolita de estiércol,
voló y la dejó caer sobre el regazo de Zeus.
Se levantó entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad, y tiró por tierra los huevos sin darse cuenta. Por eso desde entonces, las águilas no ponen huevos en la época en que salen a volar los escarabajos.
Nunca desprecies lo que parece insignificante,
pues no hay ser tan débil que no pueda alcanzarte.

La zorra y el león anciano


Un anciano león, incapaz ya de obtener por su propia fuerza la comida, decidió hacerlo usando la astucia. Para ello se dirigió a una cueva y se tendió en el suelo, gimiendo y fingiendo que estaba enfermo. De este modo, cuando los otros animales pasaban para visitarle, los atrapaba inmediatamente para su comida.
Habían llegado y perecido ya bastantes animales,
cuando la zorra, adivinando cuál era su ardid, se
presentó también, y deteniéndose a prudente distancia de la caverna, preguntó al león cómo le iba con su salud.
— Claro que hubiera entrado — le dijo la zorra —
si no viera que todas las huellas entran,
pero no hay ninguna que llegara a salir.
Siempre advierte a tiempo los indicios del peligro, y así evitarás que te dañe.

La zorra, el oso y el león


Habiendo encontrado un león y un oso al mismo tiempo a un cervatillo, se retaron en combate a ver cual de los dos se quedaba con la presa.
Una zorra que por allí pasaba, viéndolos extenuados por la lucha y con el cervatillo al medio, se apoderó de éste y corrió pasando tranquilamente entre ellos.
Y tanto el oso como el león, agotados y
sin fuerzas para levantarse, murmuraron:
— ¡Desdichados nosotros! ¡Tanto esfuerzo y tanta lucha hicimos para que todo quedara para la zorra!
Por empeñarnos en no querer compartir, podemos perderlo todo.

Las ranas y el pantano seco


Vivían dos ranas en un bello pantano, pero llegó el verano y se secó, por lo cual lo abandonaron para buscar otro con agua. Hallaron en su camino un profundo pozo repleto de agua, y al verlo, dijo una rana a la otra:
— Amiga, bajemos las dos a este pozo.
— Pero, y si también se secara el agua de este pozo, — repuso la compañera –, ¿Cómo crees que subiremos entonces?
Al tratar de emprender una acción, analiza primero las consecuencias de ella.

La rana del pantano y la rana del camino


Vivía una rana felizmente en un pantano profundo,
alejado del camino, mientras su vecina vivía muy orgullosa
en una charca al centro del camino.
La del pantano le insistía a su amiga que se fuera
a vivir al lado de ella, alejada del camino; que allí
estaría mejor y más segura.
Pero no se dejó convencer, diciendo que
le era muy difícil abandonar una morada donde
ya estaba establecida y satisfecha.
Y sucedió que un día pasó por el camino, sobre la charca, un carretón, y aplastó a la pobre rana que no quiso aceptar el mudarse.
Si tienes la oportunidad de mejorar tu posición, no la rechaces.

Las ranas pidiendo rey


Cansadas las ranas del propio desorden y anarquía en que vivían, mandaron una delegación a Zeus para que les enviara un rey.
Zeus, atendiendo su petición,
les envió un grueso leño a su charca.
Espantadas las ranas por el ruido que hizo el leño al caer, se escondieron donde mejor pudieron. Por fin, viendo que el leño no se movía más, fueron saliendo a la superficie y dada la quietud que predominaba, empezaron a sentir tan grande desprecio por el nuevo rey, que brincaban sobre él y se le sentaban encima, burlándose sin descanso.
Y así, sintiéndose humilladas por tener de monarca
a un simple madero, volvieron donde Zeus,
pidiéndole que les cambiara al rey,
pues éste era demasiado tranquilo.
Indignado Zeus, les mandó una activa serpiente de agua que, una a una, las atrapó y devoró a todas sin compasión.
A la hora de elegir los gobernantes, es mejor escoger a uno sencillo y honesto, en vez de a uno muy emprendedor pero malvado o corrupto.

La rana que decía ser médico y la zorra


Gritaba un día una rana desde su pantano a los demás animales:
— ¡Soy médico y conozco muy bien todos
los remedios para todos los males!
La oyó una zorra y le reclamó:
— ¿Cómo te atreves a anunciar ayudar a los demás, cuando tú misma cojeas y no te sabes curar?
Nunca proclames ser lo que no puedes demostrar con el ejemplo.

La rana gritona y el león


Oyó una vez un león el croar de una rana,
y se volvió hacia donde venía el sonido,
pensando que era de algún animal muy importante.
Esperó y observó con atención un tiempo, y cuando vio a la rana que salía del pantano, se le acercó y la aplastó diciendo:
— ¡Tú, tan pequeña y lanzando esos tremendos gritos!
Quien mucho habla, poco es lo que dice.

El león y el boyero


Un boyero que apacentaba un hato de bueyes perdió un ternero. Lo buscó, recorriendo los alrededores sin encontrarlo. Entonces prometió a Zeus sacrificarle un cabrito si descubría quien se lo había robado.
Entró de inmediato al bosque y vio a un león
comiéndose al ternero.
Levantó aterrado las manos al cielo gritando:
— ¡Oh grandioso Zeus, antes te prometí inmolarte
un cabrito si encontraba al ladrón; pero
ahora te prometo sacrificar un toro si
consigo no caer en las garras del ladrón!
Cuando busques una solución, ten presente que al encontrarla, ésta a su vez puede convertirse en el siguiente problema.

El león y los tres bueyes


Pastaban juntos siempre tres bueyes.
Un león quería devorarlos, pero el estar juntos los tres bueyes le impedía hacerlo, pues el luchar contra los tres a la vez lo ponía en desventaja.
Entonces con astucia recurrió a enojarlos entre sí con pérfidas patrañas, separándolos a unos de los otros.
Y así, al no estar ya unidos, los devoró tranquilamente, uno a uno.
Si permites que deshagan tu unidad con los tuyos, más fácil será que te dañen.

El león y el mosquito volador


Un mosquito se acercó a un león y le dijo:
— No te temo, y además, no eres más fuerte que yo.
Si crees lo contrario, demuéstramelo.
¿Qué arañas con tus garras y
muerdes con tus dientes?
¡Eso también lo hace una mujer defendiéndose de un ladrón!
Yo soy más fuerte que tú, y si quieres, ahora mismo te desafío a combate.
Y haciendo sonar su zumbido, cayó el mosquito sobre el león, picándole repetidamente alrededor de la nariz, donde no tiene pelo.
El león empezó a arañarse con sus propias garras,
hasta que renunció al combate. El mosquito victorioso
hizo sonar de nuevo su zumbido; y sin darse cuenta, de tanta alegría, fue a enredarse en una tela de araña.
Al tiempo que era devorado por la araña,
se lamentaba que él, que luchaba contra los
más poderosos venciéndolos, fuese a perecer a
manos de un insignificante animal, la araña.
No importa que tan grandes sean los éxitos en tu vida, cuida siempre que la dicha por haber obtenido uno de ellos, no lo arruine todo.

El buen rey león – Fábulas de Esopo


Había un león que no era enojoso, ni cruel, ni violento, sino tratable y justo como una buena criatura, que llegó a ser el rey.
La tímida liebre dijo entonces:
— He anhelado ardorosamente ver llegar este día, a fin de que los débiles seamos respetados con justicia por los más fuertes.
E inmediatamente corrió lo mejor que pudo.
Cuando en un Estado se practica la justicia, los humildes pueden vivir tranquilos…, pero no deben atenerse.

El león apresado por el labrador – Fábulas de Esopo


Entró un león en la cuadra de un labrador, y éste, queriendo cogerlo, cerró la puerta. El león, al ver que no podía salir, empezó a devorar primero a los carneros, y luego a los bueyes.
Entonces el labrador, temiendo por su
propia vida, abrió la puerta.
Se fue el león, y la esposa del labrador, al oírlo quejarse le dijo:
— Tienes lo que buscaste, pues ¿por qué has tratado
de encerrar a una fiera que más bien
debías de mantener alejada?
Si te metes a competir con los más poderosos, prepárate antes muy bien. De lo contrario saldrás malherido de la contienda.

El león enamorado de la hija del labrador – Fábulas de Esopo


Se había enamorado un león de la hija de un labrador y
la pidió en matrimonio.
Y no podía el labrador decidirse a dar su hija a tan
feroz animal, ni negársela por el temor que
le inspiraba.
Entonces ideó lo siguiente: como el león no dejaba
de insistirle, le dijo que le parecía digno para ser
esposo de su hija, pero que al menos debería cumplir con la siguiente condición:
que se arrancara los dientes y se cortara sus uñas,
porque eso era lo que atemorizaba a su hija.
El león aceptó los sacrificios porque en verdad la amaba.
Una vez que el león cumplió lo solicitado, cuando
volvió a presentarse ya sin sus poderes,
el labrador lleno de desprecio por él,
lo despidió sin piedad a golpes.
Nunca te fíes demasiado como para despojarte de tus propias defensas, pues fácilmente serás vencido por los que antes te respetaban.

El león, la zorra y el ciervo – Fábulas de Esopo


Habiéndose enfermado el león, se tumbó en una cueva, diciéndole a la zorra, a la que estimaba mucho y con quien tenía muy buena amistad:
— Si quieres ayudarme a curarme y que siga vivo,
seduce con tu astucia al ciervo y tráelo acá, pues
estoy antojado de sus carnes.
— Vengo a darte una excelente noticia. Como sabes, el león, nuestro rey, es mi vecino; pero resulta que ha enfermado y está muy grave. Me preguntaba qué animal podría sustituirlo como rey después de su muerte.
Y me comentaba: «el jabalí no, pues no es muy inteligente;
el oso es muy torpe; la pantera muy temperamental;
el tigre es un fanfarrón; creo que el ciervo es el más
digno de reinar, pues es esbelto, de larga vida,
y temido por las serpientes por sus cuernos.»
Pero para qué te cuento más, está
decidido que serás el rey.
¿Y que me darás por habértelo anunciado de primero?
Contéstame, que tengo prisa y temo que me llame,
pues yo soy su consejero. Pero si quieres oír a un
experimentado, te aconsejo que me sigas y acompañes
fielmente al león hasta su muerte.
Terminó de hablar la zorra, y el ciervo, lleno de vanidad con aquellas palabras, caminó decidido a la cueva sin sospechar lo que ocurriría.
Al verlo, el león se le abalanzó, pero sólo logró rasparle las orejas. El ciervo, asustado, huyó velozmente hacia el bosque.
La zorra se golpeaba sus patas al ver perdida su partida. Y el león lanzaba fuertes gritos, estimulado por su hambre y la pena. Suplicó a la zorra que lo intentara de nuevo. Y dijo la zorra:
— Es algo penoso y difícil, pero lo intentaré.
Salió de la cueva y siguió las huellas del ciervo hasta encontrarlo reponiendo sus fuerzas.
Viéndola el ciervo, encolerizado y listo para atacarla, le dijo:
¡Zorra miserable, no vengas a engañarme! ¡Si das un paso más, cuéntate como muerta! Busca a otros que no sepan de ti, háblales bonito y súbeles los humos prometiéndoles el trono, pero ya no más a mí.
Mas la astuta zorra le replicó:
— Pero señor ciervo, no seas tan flojo y cobarde. No desconfíes de nosotros que somos tus amigos. El león, al tomar tu oreja, sólo quería decirte en secreto sus consejos e instrucciones de cómo gobernar, y tú ni siquiera tienes paciencia para un simple arañazo de un viejo enfermo. Ahora está furioso contra ti y está pensando en hacer rey al intrépido lobo. ¡Pobre!, ¡todo lo que sufre por ser el amo! Ven conmigo, que nada tienes que temer, pero eso sí, sé humilde como un cordero. Te juro por toda esta selva que no debes temer nada del león. Y en cuanto a mí, sólo pretendo servirte.
Y engañado de nuevo, salió el ciervo hacia la cueva. No había más
que entrado, cuando ya el león vio plenamente saciado su antojo,
procurando no dejar ni recuerdo del ciervo. Sin embargo cayó el corazón al suelo, y lo tomó la zorra a escondidas, como
pago a sus gestiones. Y el león buscando el faltante
corazón preguntó a la zorra por él. Le contestó la zorra:
— Ese ciervo ingenuo no tenía corazón, ni lo busques. ¿Qué clase de corazón podría tener un ciervo que vino dos veces a la casa y a las garras del león?
Nunca permitas que el ansia de honores perturbe tu buen juicio, para que no seas atrapado por el peligro.

El león y la liebre – Fábulas de Esopo


Sorprendió un león a una liebre que dormía tranquilamente. Pero cuando estaba a punto de devorarla, vio pasar a un ciervo. Dejó entonces a la liebre por perseguir al ciervo.
Despertó la liebre ante los ruidos de la persecución, y no esperando más, emprendió su huída.
Mientras tanto el león, que no pudo dar alcance al ciervo,
ya cansado, regresó a tomar la liebre y se encontró con que
también había buscado su camino a salvo.
Entonces se dijo el león:
— Bien me lo merezco, pues teniendo ya una presa en mis manos, la dejé para ir tras la esperanza de obtener una mayor.
Si tienes en tus manos un pequeño beneficio, cuando busques uno mayor, no abandones el pequeño que ya tienes, hasta tanto no tengas realmente en tus manos el mayor.

El león y el jabalí – Fábulas de Esopo


Durante el verano, cuando con el calor aumenta la sed,
acudieron a beber a una misma fuente un león y un jabalí.
Discutieron sobre quien debería sería el primero en beber,
y de la discusión pasaron a una feroz lucha a muerte.
Pero, en un momento de descanso, vieron una
nube de aves rapaces en espera de algún
vencido para devorarlo.
Entonces, recapacitando, se dijeron:
— ¡Más vale que seamos amigos y
no pasto de los buitres y cuervos!
Las luchas inútiles sólo sirven para enriquecer y alimentar a sus espectadores.

El león y el delfín – Fábulas de Esopo


Paseaba un león por una playa y vio a un delfín
asomar su cabeza fuera del agua.
Le propuso entonces una alianza:
— Nos conviene unirnos a ambos, siendo tú el rey de
los animales del mar y yo el de los terrestres– le dijo.
Aceptó gustoso el delfín. Y el león, quien desde
hacía tiempo se hallaba en guerra contra un loro salvaje,
llamó al delfín a que le ayudara. Intentó el delfín salir del agua,
mas no lo consiguió, por lo que el león lo acusó de traidor.
— ¡No soy yo el culpable ni a quien debes
acusar, sino a la Naturaleza — respondió el delfín –,
porque ella es quien me hizo acuático
y no me permite pasar a la tierra!
Cuando busques alianzas, fíjate que tus aliados estén en verdad capacitados de unirte a ti en lo pactado.

El león, la zorra y el lobo – Fábulas de Esopo


Cansado y viejo el rey león, se quedó enfermo en su cueva, y los demás animales, excepto la zorra, lo fueron a visitar.
Aprovechando la ocasión de la visita, acusó el lobo
a la zorra expresando lo siguiente:
— Ella no tiene por nuestra alteza ningún respeto, y por eso ni siquiera se ha acercado a saludar o preguntar por su salud.
En ese preciso instante llegó la zorra, justo a tiempo
para oír lo dicho por el lobo. Entonces el león,
furioso al verla, lanzó un feroz grito contra la zorra
; pero ella, pidió la palabra para justificarse, y dijo:
— Dime, de entre todas las visitas que aquí tenéis, ¿quién te ha dado tan especial servicio como el que he hecho yo, que busqué por todas partes médicos que con su sabiduría te recetaran un remedio ideal para curarte, encontrándolo por fin?
— ¿Y cuál es ese remedio?, dímelo inmediatamente. —
Ordenó el león.
— Debes sacrificar a un lobo y ponerte su
piel como abrigo — respondió la zorra.
Inmediatamente el lobo fue condenado a muerte,
y la zorra, riéndose exclamó:
— Al patrón no hay que llevarlo hacia el rencor, sino hacia la benevolencia.
Quien tiende trampas para los inocentes, es el primero en caer en ellas.

El león y el asno ingenuo – Fábulas de Esopo


Se juntaron el león y el asno para cazar animales salvajes. El león utilizaba su fuerza y el asno las coses de sus pies. Una vez que acumularon cierto número de piezas, el león las dividió en tres partes y le dijo al asno:
— La primera me pertenece por ser el rey; la segunda
también es mía por ser tu socio, y sobre la tercera, mejor
te vas largando si no quieres que te vaya como a las presas.
Para que no te pase las del asno, cuando te asocies, hazlo con socios de igual poder que tú, no con otros todopoderosos.

El león y el asno presuntuoso – Fábulas de Esopo


De nuevo se hicieron amigos el ingenuo asno
y el león para salir de caza. Llegaron a una cueva
donde se refugiaban unas cabras monteses,
y el león se quedó a guardar la salida, mientras
el asno ingresaba a la cueva coceando y rebuznando,
para hacer salir a las cabras.
Una vez terminada la acción, salió el asno de la cueva y le preguntó si no le había parecido excelente su actuación al haber luchado con tanta bravura para expulsar a las cabras.
— ¡Oh sí, soberbia — repuso el león, que hasta yo mismo
me hubiera asustado si no supiera de quien se trataba!
Si te alabas a ti mismo, serás simplemente objeto de la burla, sobre todo de los que mejor te conocen.

El león y el ratón – Fábulas de Esopo


Dormía tranquilamente un león, cuando un ratón empezó a juguetear encima de su cuerpo. Despertó el león y rápidamente
atrapó al ratón; y a punto de ser devorado, le pidió éste que le
perdonara, prometiéndole pagarle cumplidamente llegado el
momento oportuno. El león echó a reír y lo dejó marchar.
Pocos días después unos cazadores apresaron al rey
de la selva y le ataron con una cuerda a un frondoso
árbol. Pasó por ahí el ratoncillo, quien al oír
los lamentos del león, corrió al lugar
y royó la cuerda, dejándolo libre.
— Días atrás — le dijo –, te burlaste de mí pensando
que nada podría hacer por ti en agradecimiento.
Ahora es bueno que sepas que los pequeños
ratones somos agradecidos y cumplidos.
Nunca desprecies las promesas de los pequeños honestos. Cuando llegue el momento las cumplirán.

El león, la zorra y el asno – Fábulas de Esopo


El león, la zorra y el siempre ingenuo asno se
asociaron para ir de caza.
Cuando ya tuvieron bastante, dijo el león al asno que repartiera entre los tres el botín. Hizo el asno tres partes iguales y le pidió al león que escogiera la suya. Indignado por haber hecho las tres partes iguales, saltó sobre él y lo devoró.
Entonces pidió a la zorra que fuera ella quien repartiera.
La zorra hizo un montón de casi todo, dejando en el otro grupo sólo unas piltrafas. Llamó al león para que escogiera de nuevo.
Al ver aquello, le preguntó el león que quien
le había enseñado a repartir tan bien.
— ¡Pues el asno, señor, el asno!
Siempre es bueno no despreciar el error ajeno y más bien aprender de él.

El león, Prometeo y el elefante – Fábulas de Esopo


No dejaba un león de quejarse ante Prometeo diciéndole:
— Tu me hiciste bien fuerte y hermoso, dotado de mandíbulas con buenos colmillos y poderosas garras en las patas, y soy el más dominante de los animales. Sin embargo le tengo un gran temor al gallo.
— ¿ Por qué me acusas tan a la ligera? ¿ No estás satisfecho con todas las ventajas físicas que te he dado?
Lo que flaquea es tu espíritu.
Replicó Prometeo.
Siguió el león deplorando su situación, juzgándose de pusilánime. Decidió entonces poner fin a su vida.
Se encontraba en esta situación cuando llegó el elefante,
se saludaron y comenzaron a charlar. Observó el león que el elefante movía constantemente sus orejas,
por lo que le preguntó la causa.
— ¿Ves ese minúsculo insecto que zumba a mi alrededor?–respondió el elefante –,
pues si logra ingresar dentro de mi oído, estoy perdido.
Entonces se dijo el león: ¿No sería insensato dejarme morir, siendo yo mucho más fuerte y poderoso que el elefante, así como mucho más fuerte y poderoso es el gallo con el mosquito?
Muchas veces, muy pequeñas molestias nos hacen olvidar las grandezas que poseemos.



Fábulas de Esopo, segunda parte

Fábulas de Esopo Segunda parte

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Sello Finalista Categoria Ciencia El Cafe De La Historia 1

Citas y frases de Voltaire

Frases de Voltaire

  • Claro que el café es un veneno lento; hace cuarenta años que lo bebo.
  • El que tiene miedo de la pobreza no es digno de ser rico.
  • Lo que llamamos casualidad no es ni puede ser sino la causa ignorada de un efecto desconocido.
  • Cuanto más tiempo nos detenemos en nuestros infortunios, mayor es su poder para hacernos daño.
  • El hombre se precipita en el error con más rapidez que los ríos corren hacia el mar.
  • Al ser incapaz de hacer que la gente sea más razonable, he preferido ser feliz lejos de ellos.
  • El optimismo es la locura de insistir en que todo está bien cuando somos miserables.
  • El mundo me da vergüenza, y no puedo soñar que existe este reloj y no tiene ningún relojero.
Frases de Voltaire - el café de la historia
  • Lo superfluo, algo muy necesario.
  • La perfección se alcanza poco a poco, lentamente; requiere la mano del tiempo.
  • No sé dónde voy, pero sí que estoy en mi camino.
  • No es suficiente con vencer; hay que aprender a seducir.
  • Hay verdades que no son para todos los hombres, ni para todos los tiempos.
  • La religión mal entendida es una fiebre que puede terminar en delirio.
  • Está prohibido matar; por lo tanto, todos los asesinos son castigados a menos que maten en gran número y bajo el sonido de las trompetas.
  • Si este es el mejor de los mundos posibles, ¿entonces cómo están los demás?
  • La libertad de pensamiento es la vida del alma.
  • El hombre es libre en el instante en que él lo quiere ser.
  • Las mentes difieren aún más que las caras.
  • Con libros es como con los hombres: un número muy pequeño juega un gran papel.
  • La historia nunca se repite. El hombre siempre se hace.
  • Para tener éxito en el mundo no es suficiente ser estúpido, también hay que ser educado.
  • El cerebro humano es un órgano complejo, con el maravilloso poder de lograr que el hombre pueda encontrar razones para seguir creyendo lo que él quiere creer.
  • El sentido común no es tan común.
  • Piensa por ti mismo y deja que otros gocen del privilegio de hacerlo también.
  • Todo hombre es una criatura de la edad en la que vive, y pocos son capaces de elevarse por encima de las ideas de la época.
  • La locura es pensar en demasiadas cosas demasiado rápido, o en una cosa demasiado exclusivamente.
  • La vida es un naufragio, pero no hay que olvidar cantar en los botes salvavidas.
  • Rara vez somos orgullosos cuando estamos solos.
  • Dios nos dio el don de la vida; ahora depende de nosotros darnos el don de vivir bien.
  • La comodidad de los ricos depende de un suministro abundante de los pobres.
  • No es la desigualdad la verdadera desgracia, es la dependencia.
  • Para los vivos nos debemos respeto, pero con los muertos debemos sólo la verdad.
  • La más feliz de todas las vidas es una soledad ocupada.
  • El amor es una tela decorada con la naturaleza y bordada por la imaginación.
  • El paraíso es donde estoy.
Frases de Voltaire - el café de la historia
  • El secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo.
  • Nunca vivimos; estamos siempre en la expectativa de vida.
  • Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero.
  • Los hombres son iguales; y no es el nacimiento sino la virtud la que hace la diferencia.
  • Hay una gran diferencia entre hablar de engañar, y estar en silencio para ser impenetrable.
  • El secreto de no hacerse fastidioso consiste en saber cuándo detenerse.
  • La parte más filosófica de la historia es hacer conocer las tonterías cometidas por los hombres.
  • ¿Es la política otra cosa que el arte de mentir deliberadamente?
  • No siempre podemos obligar; pero siempre podemos hablar en forma agradable.
  • Nuestro trabajo nos preserva de tres grandes males: el cansancio, el vicio y la necesidad.
  • No siempre depende de nosotros ser pobres; pero siempre depende de nosotros hacer respetar nuestra pobreza.
  • Sólo es inmensamente rico aquel que sabe limitar sus deseos.
  • Tiene que ser muy ignorante para responder a todas las preguntas que se le piden.
  • Es mejor arriesgarse a salvar a un hombre culpable que condenar a un inocente.
  • Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo.
  • Quien no tiene toda la inteligencia de su edad, tiene toda su desgracia.
  • Es difícil liberar a los tontos de las cadenas que veneran.
  • El mayor consuelo en la vida es decir lo que se piensa.
  • Juzgar a un hombre por sus preguntas en lugar de por sus respuestas.
  • Azar es una palabra vacía de sentido, nada puede existir sin causa.
Frases de Voltaire - el café de la historia
  • Cada hombre es culpable de todo lo bueno que no hizo.
  • La debilidad en ambos lados es, como sabemos, el lema de todas las peleas.
  • Los que pueden hacer que creas absurdidades, pueden hacerte cometer atrocidades.
  • Cuatro mil volúmenes de la metafísica no nos enseñan qué es el alma.
  • Los ejemplos corrigen mucho mejor que las reprimendas.
  • Todos los razonamientos de los hombres no valen un sentimiento de las mujeres.
  • Yo conozco al pueblo: cambia en un día. Derrocha pródigamente lo mismo su odio que su amor.
  • Yo no estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero me pelearía para que usted pudiera decirlo.
  • ¡Dios mío, líbrame de mis amigos! De los enemigos ya me encargo yo.
  • Lo perfecto es enemigo de lo bueno.
  • La idiotez es una enfermedad extraordinaria, no es el enfermo el que sufre por ella, sino los demás.
  • Un gran uso de las palabras es ocultar nuestros pensamientos.
  • Detrás de cada hombre exitoso hay una mujer sorprendida.
  • Debe ser muy grande el placer que proporciona el gobernar, puesto que son tantos los que aspiran a hacerlo.
  • El hombre actual ha nacido o bien para vivir entre las convulsiones de la inquietud, o bien en el letargo del aburrimiento.
  • Cambia de placeres, pero no cambies de amigos.
  • La oportunidad de hacer el mal se encuentra cien veces al día, y de hacer el bien una vez en un año.
  • ¿Hay alguien tan sabio como para aprender por la experiencia de los demás?
  • Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, igual que los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una.
Frases de Voltaire - el café de la historia
  • Aquel que es demasiado pequeño tiene un orgullo grande.
  • La incertidumbre es una posición incómoda, pero la certeza es un absurdo.
  • Usar, no abusar… ni la abstinencia ni el exceso nunca hace al hombre feliz.
  • Muero adorando a Dios, amando a mis amigos, no odiando a mis enemigos, y detestando la superstición.
  • En la geometría no existen sectas.
  • Si no encontramos nada muy agradable, al menos vamos a encontrar algo nuevo.
  • Una de las supersticiones del ser humano es creer que la virginidad es una virtud.
  • La superstición es a la religión lo que la astrología es a la astronomía, la hija loca de una madre cuerda.
  • El amor propio, al igual que el mecanismo de reproducción del género humano, es necesario, nos causa placer y debemos ocultarlo.
  • Una colección de pensamientos debe ser una farmacia donde se encuentra remedio a todos los males.
  • Decimos una necedad y a fuerza de repetirla acabamos creyéndola.
  • Ningún problema puede resistir el asalto del pensamiento sostenido.
  • Todos los hombres nacen con una nariz y cinco dedos, pero nadie nace con un conocimiento de Dios.
  • Para el malvado, todo sirve como pretexto.
  • Si alguna vez ve saltar por la ventana a un banquero suizo, salte detrás. Seguro que hay algo que ganar.
  • Cuando se trata de una cuestión de dinero, todo el mundo es de la misma religión.
  • En el desprecio de la ambición se encuentra uno de los principios esenciales de la felicidad sobre la tierra.
  • El que revela el secreto de otros pasa por traidor; el que revela el propio secreto pasa por imbécil.
  • La esperanza es una virtud cristiana que consiste en despreciar todas las miserables cosas de este mundo en espera de disfrutar, en un país desconocido, deleites ignorados que los curas nos prometen a cambio de nuestro dinero.
  • Siempre la felicidad nos espera en algún sitio, pero a condición de que no vayamos a buscarla.
  • Las lágrimas son el lenguaje silencioso de dolor.
  • La civilización no suprimió la barbarie; la perfeccionó e hizo más cruel y bárbara.
  • La naturaleza siempre ha tenido más fuerza de la educación.
  • La ignorancia afirma o niega rotundamente; la ciencia duda.
  • Conviene siempre esforzarse más en ser interesante que exacto; porque el espectador lo perdona todo menos el sopor.
Frases de Voltaire - el café de la historia

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Fábulas de Tomás de Iriarte

Tomás de Iriarte nació en las Islas Canarias, en el Puerto de la Cruz, en el año 1750 y murió en Madrid en 1791. Fue un importante escritor español.

Junto con Félix María de Samaniego está considerado uno de los fabulistas más importantes del siglo XVIII.

Sobrino del académico Juan de Iriarte, a los trece años se trasladó a Madrid para vivir con su tío, lo que le permitió adquirir una sólida educación.

Sucedió a su pariente como traductor de la Secretaría de Estado y ocupó el cargo de archivero del Consejo de Guerra.

Su obra está influenciada por el escritor francés Jean de La Fontaine.

Fábulas de Tomás de Iriarte - el café de la historia Tomas de Iriarte

Fábulas de Iriarte

Señor Don Juan, quedito, que me enfado

Señor don Juan, quedito, que me enfado:
besar la mano es mucho atrevimiento;
abrazarme… don Juan, no lo consiento.
Cosquillas… ay Juanito… ¿Y el pecado?
Qué malos son los hombres… mas, cuidado,
que me parece, Juan, que pasos siento…
no es nadie…, despachemos un momento.
¡Ay, qué placer… tan dulce y regalado!

Jesús, qué loca soy, quién lo creyera
que con un hombre yo… siendo cristiana
mas… que… de puro gusto… ¡ay… alma mía!

Ay, qué vergüenza, vete… ¿aún tienes gana?
Pues cuando tú lo pruebes otra vez…
pero, Juanito, ¿volverás mañana?

Respuesta de Don Tomás de Iriarte a una dama que le preguntó que era lo mejor que hallaba en su cuerpo

Con licencia, señora, de ese pelo
que en rubias ondas llega a la cintura,
y de esos ojos cuya travesura
ardor infunde al pecho más de hielo;

con licencia del talle, que es modelo
propuesto por Cupido a la hermosura,
y de esa grata voz cuya dulzura
de un alma enamorada es el consuelo,

juro que nada en tu persona he visto
como el culo que tienes, soberano,
grande, redondo, grueso, limpio, listo;

culo fresco, suavísimo, lozano;
culo, en fin, que nació, ¡fuego de Cristo!,
para el mismo Pontífice romano.

Fábulas de Tomás de Iriarte - el café de la historia Tomas de Iriarte

Los dos loros

De Santo Domingo trajo
dos loros una señora.
La isla en parte es francesa,
y en otra parte española.
Así, cada animalito
hablaba distinto idioma.
Pusiéronlos al balcón,
y aquello era Babilonia.
De francés y castellano
hicieron tal pepitoria,
que al cabo ya no sabían
hablar ni una lengua ni otra.
El francés del español
tomó voces, aunque pocas;
el español al francés
casi se las toma todas.
Manda el ama separarlos,
y el francés luego reforma
las palabras que aprendió
de lengua que no es de moda.
El español, al contrario,
no olvida la jerigonza,
y aun discurre que con ella
ilustra su lengua propia.
Llegó a pedir en francés
los garbanzos de la olla,
y desde el balcón de enfrente
una erudita cotorra
la carcajada soltó,
haciendo del loro mofa.
Él respondió solamente,
como por tacha afrentosa:
«Vos no sois más que PURISTA».
Y ella dijo: «A mucha honra».
¡Vaya, que los loros son
lo mismo que las personas!

Fábulas de Tomás de Iriarte - el café de la historia Tomas de Iriarte

Los dos conejos

Por entre unas matas,
seguido de perros,
no diré corría,
volaba un conejo.
De su madriguera
salió un compañero
y le dijo: «Tente,
amigo, ¿Qué es esto?»

«¿Qué ha de ser?», responde;
«sin aliento llego…;
dos pícaros galgos
me vienen siguiendo».

«Sí», replica el otro,
«por allí los veo,
pero no son galgos».
«¿Pues qué son?» «Podencos.»

«¿Qué? ¿podencos dices?
Sí, como mi abuelo.
Galgos y muy galgos;
bien vistos los tengo.»

«Son podencos, vaya,
que no entiendes de eso.»
«Son galgos, te digo.»
«Digo que podencos.»

En esta disputa
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos.

Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
Llévense este ejemplo.

Fábulas de Tomás de Iriarte

El apretón

Cantaron mil ingenios inventores
empresas de valientes capitanes
o amoríos de damas y galanes;
otros, conversaciones de pastores,
o ya el cultivo de árboles y flores;
unos, útiles fábulas morales;
muchos, agudas sátiras cantaron,
y otros, entre columnas teatrales,
con las prestadas voces declamaron,
ya el suceso festivo, ya el funesto.
Yo canto; mas no canto nada de esto,
ni he de decir lo que es, pues con decillo
pierde toda la gracia el cuentecillo.
Musas, pues hoy no halláis quien os invoque,
y casi se os olvida ya el oficio,
por poneros siquiera en ejercicio,
algo de influjo espero que me toque;
y en vez de estaros mano sobre mano,
inspirad a un poeta chabacano.

Entre unos cerros ásperos, enfrente
del camino llamado de la Puente,
que va desde el Molar a Talamanca,
paso difícil, solitario, estrecho,
que apenas deja trecho
a la pezuña asnal o humana zanca,
una mañana del templado mayo
caminaba un ocioso, sin destino,
con sombrero chambergo. con un sayo,
un bastón cual bordón de peregrino,
y atado atrás el pelo, como un payo.

Iba ya en lo mejor de su paseo,
cuando, sin más ni más, le sobrevino
un apretón terrible,
un insulto enemigo del aseo,
urgencia y tentación irresistible,
precisión cuotidiana y repentina,
no de aquellas que un hombre presto aplaca
con soltar un botón a la pretina,
sino de aquellas en que no hay consuelo
mientras el infeliz no desataca
plenamente las bragas hasta el suelo.

Confuso y angustiado,
allí suspende el paso el caminante,
y tendiendo al instante
la vista por la falda del collado,
ningún paraje ve proporcionado
para cumplir tan necesario intento.
Alza las manos a la azul techumbre,
e invocando a las ninfas de la cumbre,
así las ruega en lastimero acento:
«¡Oh dríadas y oréadas piadosas,
que habitáis estas verdes soledades.
sátiros, faunos y demás deidades,
dueños de estas montañas escabrosas!
Así los moradores
de la empinada sierra de Buitrago
os multipliquen aras y loores,
que me saquéis de lance tan aciago.
Atended al quejido
de aquesta apuradísima persona.
que, como en vuestros montes no ha nacido,
y se crió en la corte regalona,
no sabe despachar tal diligencia
sino sentado a toda conveniencia.
¡Oh, si por orden vuestra aquí naciera
(ya que númenes sois y obráis portentos)
alguno de los frágiles asientos
de que abunda Alcorcón y Talavera!
No reparara entonces en que fuera
el barro tosco o fino,
ya blanco el baño, terso y cristalino,
ya oscuro, ya verdoso,
o del redondo hueco en las orillas
mal vidriado con orlas amarillas,
que a fe que no sería escrupuloso».

Así decía; y las silvestres diosas,
apiadadas, sin duda, del fracaso,
le guiaban el paso
por medio de unas sendas peñascosas,
hasta que descubrió la mejor silla,
digna de un presidente de Castilla;
digna… ¿qué digo? si en la urgencia rara
ni por silla de un papa la trocara.

Llevan por un barranco su vertiente
dos pobres, pero limpios, arroyuelos,
que apenas (aun ya líquidos los hielos)
aumentan a Jarama la corriente.
La tierra misma entre ellos forma un nicho
de los aires y lluvias resguardado,
que la naturaleza, por capricho,
fabricó en un terreno tan quebrado.
Dos lisas piedras de uno y otro lado
ofrecen tal asiento,
que está en el medio de la peña dura
hecha como de intento
una capaz y cómoda abertura.

No quedó más gozoso, más ufano
Colón la vez primera
que avistó la ribera
del nuevo continente americano,
ni obtuvo mayor gloria el extremeño
Hernando al verse dueño
del precioso tesoro mejicano,
que este descubridor, cuando su acierto
le llevó en tal borrasca a tan buen puerto.

Vosotras, ¡oh sensibles criaturas!
las que sabéis por ciencia y experiencia
cuán dulce complacencia,
después de tan molestas apreturas,
es aflojar un hombre lo aflojable,
considerad ¡qué ansioso y diligente
tomaría el paciente
posesión del asilo incomparable!
corre, se desabrocha, dicho y hecho,
se remanga, se sienta… ¡Buen provecho!

Aquel asiento, que era juntamente
poltrona, canapé, reclinatorio,
nicho, púlpito y cátedra eminente,
también era azotea, observatorio,
mirador y atalaya, desde donde
se registraba un vasto territorio.
Allí, pues, a la vista no se esconde
ni la antigua Sansueña,
célebre por sus fértiles campiñas,
ni el soto de Silillos con su aceña,
ni Arjete, Fuente-el-Saz y Valdetorres,
de mieses circundados y de viñas.
Y tú, Jarama altivo, que recorres
tanta fecunda tierra,
desde la fría sierra
hasta aquellos jardines
en cuyos amenísimos confines
el nombre y el raudal te usurpa Tajo,
también allá descubres en lo bajo
tu agua brillante cual bruñida plata,
bañando con reposo
el distrito frondoso
que hasta Tor-de-laguna se dilata.
Por otra parte ostenta su aspereza
el monte de Vellón intransitable,
y los cerros, cubiertos de maleza,
ocultan en un valle extenso y llano
el Molar y la fuente saludable
a que dio nombre un toro,
que fue descubridor de aquel tesoro,
y con beber sus aguas quedó sano.

Mas ¿para qué es pintar lo que el lejano
horizonte a los ojos representa,
cuando en lo más cercano
del natural asiento en que regenta
el ya desahogado caballero,
un recreo no menos placentero,
donde quiera que mira, experimenta?

En todo aquel recinto delicioso
cantuesos aromáticos florecen,
el romero oloroso
y el menudo tomillo reverdecen.
Los rayos del hermano de Dïana
no alteraban aún de la mañana
el apacible fresco, y entre tanto,
cruzando por el aire en prontos vuelos,
alternaban las aves dulce canto;
y el ruido de entrambos arroyuelos,
susurrando entre guijas, infundía
la interior y pacífica alegría
que una campestre soledad ofrece
cuando más melancólica parece.

¡Ah! no es posible, no, que un grave monje
en el escurialense monasterio
se arrellane, se esponje,
se abandone, recueste y regodee
con tal prosopopeya y magisterio,
cuando ocupa a sus solas y posee
uno de los asientos celebrados
de aquellas necesarias, ostentosas,
cómodas, separadas, anchurosas,
cuya profundidad por todos lados
baña el agua corriente,
como el repantigado señor mío
cuando goza y dispone a su albedrío
del trono que adquirió tan felizmente.

Mas ya el sol, que, apuntando en el oriente,
le alumbraba de cara, algo molesto,
le obligaba a dejar el útil puesto;
y él, haciéndole humilde cortesía,
así con tierna voz se despedía:

«Lugar nada común, antes bien raro,
necesario lugar, lugar secreto,
donde hallé receptáculo y amparo,
quédate en paz, y a tu retiro quieto
jamás se atreva el tiempo codicioso
lávente siempre el pie los riachuelos
de este monte fragoso;
siempre alejen los cielos
de ti sus destructoras tempestades,
y dures celebrado en las edades.»

Dijo; y sacando de la vaina el hierro,
con la punta afilada,
en el tronco de un árbol de aquel cerro
la siguiente inscripción dejó grabada:
«Pasajero que vas por estas breñas,
si acaso ves al célebre arquitecto,
autor de las cloacas madrileñas,
di que le está esperando entre estas penas
el modelo de Y griega más perfecto».

Fábulas de Tomás de Iriarte

Perico y Juana

Un día con Perico riñó Juana
por no se que disgusto o fantasía
pero antes que pasase una semana
ya de tanta altivez se arrepentía
con el zagal querido más humana
volver quiso a entablar nueva armonía
y para hacer las paces mano a mano
diole una cita que él aceptó ufano.

Una fresca mañana del otoño
madrugo Juana y desde el pie pulido
hasta el dorado pelo de su moño
de traje más airoso que lucido
adornada salió, y junto a un madroño
que en un sombrío valle está escondido
alegre el rostro y el oído atento
esperando a su amante tomó asiento.

Viendo pues lo mucho que tardaba
y que era solitario aquel paraje
segura de que nadie la miraba
abrió de las enaguas el encaje
descubrió pues la maravilla octava
que ocultaban las sombras del ropaje
y ató en la pierna una encarnada liga
¡pero que pierna¡ Dios se la bendiga.

Llevaba tan delgada vestidura
que casi estar desnuda parecía,
la ágil cadera, el muslo, la cintura
todo el lienzo sutil lo descubría,
dos hemisferios de gentil hechura
en que un rollizo globo se partía
formaban tiernos y elevados bultos
que no pudo el brial tener ocultos.

Perico entre unas matas a Juanilla
atento observaba en tan graciosa planta
ya admira la robusta pantorrilla
ya del pie a la estrechísima garganta
¡que redonda y nevada es la rodilla!
¡como a los ojos y aún al alma encantan
el corto zagalejo, aquel calzado
la media blanca y el azul cuadrado!.

Arrebatado de un impulso ardiente
de la imaginación y los sentidos
salió el joven gallardo y de repente
con brazos amorosos y atrevidos
ciñó a la ninfa, y señaló en su frente
la estampa de los labios encendidos
y el dulce fuego que alteró sus venas
esto le permitió decir apenas.

Deja que bese el blanco y liso pecho
que a la nieve ha robado su blancura
¡que alto y bien dividido! ¡que derecho!
sin sufrir de cotilla la clausura
¡de que terso marfil estará hecho
el cordón de esa enana dentadura!
¡que dicha! repetía el fino mozo
en un abrazo mil deleites gozo.

Ella que antojadiza y desdeñosa
mostrarse intentó tal vez por gala
negole aquélla boca que de rosa
el color tiene y el olor exhala
y huyendo de sus brazos presurosa
poco menos le envió que en enhoramala
Perico que la entiende al verla descontenta
finge serenidad, calla, y se ausenta.

Sola queda la ninfa y ya reniega
de su capricho y melindre raro
no, dice, ¿no es verdad que el amor ciega?
¿cuándo en tales escrúpulos repaso?
la que al dueño que adora no se entrega
la que su cuerpo le vende caro
no merece los gustos de Cupido
sino que su beldad muera en olvido.

Parte tras su galán y lo divisa
vuelto de cara a un roble y despachando
diligencia, no limpia, aunque precisa
estaba el joven (si lo diré) meando
escondiose la moza a toda prisa
a observar de Perico el contrabando
y ardiendo en cosquillas de deseo
se chupaba los labios de recreo.

Salen a la luz pública por fin
las crecidas insignias de varón
con un botón más blanco que carmín
con un miembro más blanco que algodón
menudos como el césped de un jardín
negros rizos se asoman al calzón
y ocultos dos acólitos se ven
que no dejó el calzón distinguir bien.

Apenas el zagal regado había
el grueso tronco cuando descuidado
sintió que el cuerpo por detrás le asía
un bello brazo de su dueño amado
y forcejeando entonces a por fía
cayeron ambos en el verde prado,
él, sin botón alguno en la bragueta
y con las faldas ella en la mollera.

No de otra suerte la sutil caterva
de inferiores poetas imaginan,
que en la edad de oro la mojada hierba
sirvió de lecho al hombre, y que la encina
que de aires y soles le preserva
del tálamo nupcial era cortina,
si este era Siglo de oro a fe que Juana
lo gozó con Perico una mañana.

El dulce peso del mancebo siente
en el desnudo muslo y la rodilla
ya con deseo mueve impaciente
del empeine la suave almohadilla
ya incita al saleroso combatiente
con saltos de lasciva rabadilla
y juntando los labios a las mejillas tiernas
enlazados los brazos y las piernas.

¡Con que desenvoltura, cuan risueña
al nervio altivo echó la mano blanca
él era corpulento, ella pequeña
empuñarle intentó, pero fue en vano,
ya con el dedo practico le enseña
el paso del estrecho gaditano
y ofreciendo al bajel la senda clara
las dos columnas de Hércules separa.

Aquel angosto y deleitoso ojal
con los bordes teñidos de clavel
entre dos blancas rocas de cristal
más rubio el crespo pelo que oropel
aquel en que unos dicen que hallan sal
y otros son de dictamen de que hay miel
con mil cosquillas y respingos mil
hospedó el instrumento varonil.

Y mientras con caricias regaladas
palpa el joven los pechos de la moza
con las dos que le cuelgan arrancadas
el tacto de la picara retoza,
dale tiernos pellizcos y palmadas
se empina, se columpia, se alboroza
y al fin yo no se qué la sucede
que en éxtasis suspensa hablar no puede.

La dulce boca inmóvil medio abierta
con la lengua cogida entre los dientes
a suspirar apenas casi casi acierta
en lugar de dar ósculos ardientes,
la vista con los párpados cubierta
solo indica repentinos accidentes
y sino ha muerto Juana por lo menos
le ha dado un parasismo de los buenos.

En gracias a Dios que resucita
pronto se ha serenado, no, no es cosa
como abre ya los ojos, pobrecita
que tal, ¿estáis mejor? duerme reposa
antes que la congoja se repita
¡ay ay, que enfermedad tan contagiosa!
pegósele a Perico, vaya vaya
también el angelito se desmaya.

Ella que ya por experiencia sabe
la causa de aquel mal su especie y cura
viendo que cada vez era más grave
del zagal la amorosa calentura
con un meneo de caderas suave
el remedio aplicó con tal blandura
que la inundó por dentro y fuera
de copioso sudor la delantera.

Aquí de los amantes abrazados
alegremente suspendió el oído
el canto que formaban acordados
los jilgueros del valle y el ruido
de un manso arroyo, a que ellos ocupados
no habían hasta entonces atendido
y allí soplando el céfiro halagüeño
embargó sus espíritus el sueño.

A este tiempo un pastor que la espesura
penetraba guardando su vacada
en divertida y cómoda postura
encontró a nuestra gente embelesada
de la dormida y lánguida hermosura
el pecho de Perico era almohada
enlazados los muslos de él y de ella
y sin pañuelo su garganta bella.

Lindo, dijo el pastor, por vida mía
¿son estos los que quieren que se crea
que hay entre ellos mortal antipatía?
condujo allí las mozas de la aldea
y señalando a Juana las decía
mirad como esta su beldad emplea
aprended a hacer paces bellas niñas
así habéis de dar fin a vuestras riñas.

Fábulas de Tomás de Iriarte - el café de la historia Tomas de Iriarte

El burro flautista

Esta fabulilla,
salga bien o mal,
me ha ocurrido ahora
por casualidad.
Cerca de unos prados
que hay en mi lugar,
pasaba un borrico
por casualidad.

Una flauta en ellos
halló, que un zagal
se dejó olvidada
por casualidad.

Acercóse a olerla
el dicho animal,
y dio un resoplido
por casualidad.

En la flauta el aire
se hubo de colar,
y sonó la flauta
por casualidad.

«iOh!», dijo el borrico,
«¡qué bien sé tocar!
¡y dirán que es mala
la música asnal!»

Sin regla del arte,
borriquitos hay
que una vez aciertan
por casualidad.

Fábulas de Tomás de Iriarte - el café de la historia Tomas de Iriarte

La barca de Simón

Tuvo Simón una barca
no más que de pescador,
y no más que como barca,
a sus hijos la dejó.

Mas ellos tanto pescaron
e hicieron tanto doblón,
que ya tuvieron a menos
no mandar buque mayor.
La barca pasó a jabeque,
luego a fragata pasó;
de aquí a navío de guerra,
y asustó con su cañón.

Mas ya roto y viejo el casco
de tormentas que sufrió,
se va pudriendo en el puerto.
¡Lo que va de ayer a hoy!

Mil veces lo han carenado,
y al cabo será mejor
desecharle, y contentarnos
con la barca de Simón.

Fábulas de Tomás de Iriarte - el café de la historia Tomas de Iriarte

La abeja y el cuclillo

Saliendo del colmenar,
dijo al Cuclillo la Abeja:
«Calla, porque no me deja
tu ingrata voz trabajar.
No hay ave tan fastidiosa
en el cantar como tú:
cucú, cucú y más cucú,
y sempre una misma cosa»
«¿Te cansa mi canto igual?
(el Cuclillo respondió).
Pues a fe que no hallo yo
variedad en tu panal.
Y pues que del propio modo
fabricas uno que ciento,
si yo nada nuevo invento,
en ti es viejísimo todo.»
A esto la abeja replica:

«En otra de utilidad,
la falta de variedad
no es lo que más perjudica;
pero en obra destinada
sólo al gusto y diversión,
si no es varia la invención,
todo lo demás es nada.»

Extensión y fama del oficio de puta

No te quejes, ¡oh, Nise!, de tu estado
aunque te llamen puta a boca llena,
que puta ha sido mucha gente buena
y millones de putas han reinado.
Dido fue puta de un audaz soldado
y Cleopatra a ser puta se condena
y el nombre de Lucrecia, que resuena,
no es tan honesto como se ha pensado;

esa de Rusia emperatriz famosa
que fue de los virotes centinela,
entre más de dos mil murió orgullosa;

y, pues todas lo dan tan sin cautela,
haz tú lo mismo, Nise vergonzosa;
que aquesto de honra y virgo es bagatela.

El té y la salvia

El té, viniendo del imperio chino,
se encontró con la salvia en el camino.

Ella le dijo: «Adónde vas, compadre?»
«A Europa voy, comadre,
donde sé que me compran a buen precio.»
«Yo», respondió la salvia, «voy a China,
que allá con sumo aprecio
me reciben por gusto y medicina.
En Europa me tratan de salvaje,
y jamás he podido hacer fortuna.
Anda con Dios. No perderás el viaje,
pues no hay nación alguna
que a todo lo extranjero
no dé con gusto aplausos y dinero».

La salvia me perdone,
que al comercio su máxima se opone.
Si hablase del comercio literario,
yo no defendería lo contrario,
porque en él para algunos es un vicio
lo que es en general un beneficio;
y español que tal vez recitaría
quinientos versos de Boileau y el Tasso,
puede ser que no sepa todavía
en qué lenguas los hizo Garcilaso.

Tomas de Iriarte

El galán y la dama

Cierto galán a quien París aclama,
petimetre del gusto más extraño,
que cuarenta vestidos muda al año
y el oro y plata sin temor derrama,
celebrando los días de su dama,
unas hebillas estrenó de estaño,
sólo para probar con este engaño
lo seguro que estaba de su fama.

«¡Bella plata! ¡Qué brillo tan hermoso!»,
dijo la dama, «¡viva el gusto y numen
del petimetre en todo primoroso!»

Y ahora digo yo: «Llene un volumen
de disparates un autor famoso,
y si no le alabaren, que me emplumen.»

El sombrerero

A los pies de un devoto franciscano
se postró un penitente.-Diga, hermano:
¿Qué oficio tiene?-Padre, sombrerero.
-¿ y qué estado?-Soltero.
-¿ Y cuál es su pecado dominante?
-Visitar una moza. -¿Con frecuencia?
-Padre mío, bastante.
-¿Cada mes?-Mucho más.-¿Cada semana?
-Aun todavía más-. ¡Ya! ¿Cotidiana?
-Hago dos mil propósitos sinceros,
pero Explíquese, hermano, claramente:
¿dos veces cada día? -Justamente.
-¿Pues cuándo diablos hace los sombreros?

El rico erudito

Hubo un rico en Madrid (y aun dicen que era más necio que rico), cuya casa magnífica adornaban muebles exquisitos
«¡Lástima que en vivienda tan preciosa», le dijo un amigo,
«falte una librería!, bello adorno, útil y preciso.»
«Cierto», responde el otro. «Que esa idea no me haya ocurrido!…
A tiempo estamos. El salón del Norte a este fin destino.
Que venga el ebanista y haga estantes capaces, pulidos, a toda costa. Luego trataremos de comprar los libros.
Ya tenernos estantes. Pues, ahora», el buen hombre dijo, «¡echarme yo a buscar doce mil tomos! ¡No es mal ejercicio! Perderé la chaveta, saldrán caros, y es obra de un siglo…
Pero ¿no era mejor ponerlos todos de cartón fingidos?
Ya se ve: ¿por qué no?
Para estos casos tengo yo un pintorcillo
que escriba buenos rótulos e imite pasta y pergamino.
Manos a la labor.»
Libros curiosos modernos y antiguos mandó pintar,
y a más de los impresos, varios manuscritos.
El bendito señor repasó tanto sus tomos postizos
que, aprendiendo los rótulos de muchos, se creyó erudito.
Pues ¿qué más quieren
los que sólo estudian títulos de libros,
si con fingirlos de cartón pintado, les sirven lo mismo?

¡Descubre las mejores fábulas!


Sello Finalista Categoria Ciencia El Cafe De La Historia 1

Frases de Bob Marley

  • Los vientos que a veces se llevan algo que amamos, son los mismos que nos traen algo que aprendemos a amar. Por lo tanto, no debemos llorar por algo que nos quitaron, pero sí amar lo que se nos ha dado. Porque lo que es realmente nuestro nunca se va para siempre.
  • Libertad de expresión también exige libertad de escuchar.
  • Canta sin preocuparte, porqué todo saldrá bien.
Frases de Bob Marley - el cafe de la historia
  • Llévame contigo cuando te vaya bien, no me defraudes cuando te vaya mal.
  • Me llaman iluso porqué digo que mi música durará siempre.
  • El hombre es un universo en sí mismo.
  • El camino de la vida es rocoso y puedes tambalearte, así que mientras hablas de mí, alguien más te juzga.
  • El rastafarismo no se trata de una religión o una cultura, se trata de una realidad.
Frases de Bob Marley - el cafe de la historia
  • Tu respeto termina donde empieza el respeto al otro.
  • Todo es político. Nunca seré político ni siquiera pensaré de forma política. Yo solo trato de lidiar con la vida y la naturaleza. Es lo más grande para mí.
  • En la vida hay ciertos problemas que cuando te preocupas se duplican.
  • Lo que se ha ocultado a los sabios y prudentes, se ha revelado en la boca de los niños pequeños.
  • Es necesario entender el significado profundo de las letras.
  • El sueño de una larga paz seguirá siendo una ilusión hasta que ese día llegue.
  • No soy un líder. Soy un mensajero. Las palabras de las canciones, no la persona, son lo que atraen a la gente
  • Existen dos clases de dictadores: los impuestos y los que se eligen, los políticos.
  • La sonrisa es la curva más bonita de una mujer.
Frases de Bob Marley - el cafe de la historia
  • La vida es mucho más fuerte que la muerte.
  • Babilonia está en todas partes. Tienes el mal y tienes el bien. El mal es lo que llamamos Babilonia, las cosas malas. Eso es lo que Babilonia es para mí. Yo pude haber nacido en Inglaterra, yo pude haber nacido en Estados Unidos, no importa dónde nace uno, porque Babilonia está en todas partes.
  • La hierba cura las naciones, el alcohol las destruye.
  • La vida está simplemente para vivirla.
  • Ama la vida que vives, vive la vida que amas.
  • Me llaman tonto por fumar marihuana y le llaman inteligente al que creó la bomba atómica.
  • Puede que no sea la más popular o la más bonita, pero si la amas y te hace sonreír… ¿qué más importa?
  • Los buenos tiempos de hoy serán mañana malos pensamientos.
Frases de Bob Marley - el cafe de la historia
  • Algunos te odiarán y fingirán que te quieren ahora y después intentarán eliminarte.
  • A una de mis hijas me hubiese gustado llamarla Mary Juana.
  • Es tu propia conciencia la que te lo recordará; que es tu corazón y nadie más el que te va a juzgar.
  • Mi madre era negra y mi padre era blanco, así que aterricé en medio.
  • El diablo no tiene ningún poder sobre mí. El diablo viene y le doy la mano. El diablo tiene su parte por hacer. El diablo es un buen amigo, también porque cuando no lo conoces, es cuando él te puede hacer daño.
  • Mi vida solo es importante porqué puedo ayudar a los demás, sino no la querría.
Frases de Bob Marley - el cafe de la historia
  • No me pongo del lado de nadie. No me pongo del lado del hombre negro, tampoco del hombre blanco. Me pongo en el lado de Dios, quien me creó e hizo venir al negro y al blanco.
  • Cuando miro dentro de mi solo me preocupa ver las cosas correctas.
  • Yo sólo tengo una ambición. Sólo tengo una cosa que me gustaría que pase. Me gustaría ver a la humanidad conviviendo, negros, blancos, chinos, todo el mundo. Eso es todo.
  • Los corazones débiles no van a prosperar.
  • No tengo religión, soy quien soy, soy rasta y esto es vida.
  • No puedes encontrar los caminos adecuados cuando las calles están pavimentadas.
  • No vivas para que se note tu presencia, sino para que se sienta tu ausencia.
  • Pasamos nuestros días esperando que algo pase y lo que pasa es la vida.
  • Una mafia hambrienta es una mafia enojada.
  • Te das cuenta de lo fuerte que eres cuando esa es la única opción.
Frases de Bob Marley - el cafe de la historia
  • Me da igual que me odies por quién soy, al menos intento ser alguien.
  • No he venido a ser sometido, he venido a conquistar.
  • Todos los que juzgan la marihuana no la han probado nunca.
  • Hay personas que dicen que les importas, otras te dicen la verdad.
  • Mi coche es un BMW, no porque sea caro, sino porqué son las iniciales de Bob Marley and the Wailers.
  • No disfruto del éxito, solo me consume.
  • No espero que me justifiquen las leyes del hombre.
  • Sé que no soy perfecto y que no pretendo serlo, así que antes de apuntar con los dedos asegúrate de que tus manos estén limpias.
  • Abre los ojos y mira en tu interior, ¿Estás contento con tu vida?
  • Compadécete de los que no tienen posibilidades.
Frases de Bob Marley - el cafe de la historia
  • Si eres blanco y te equivocas, entonces te equivocas; Si eres negro y te equivocas, te equivocas. Las personas son personas. Negro, azul, rosa, verde: Dios no hace reglas sobre el color; sólo la sociedad hace reglas donde sufre mi gente y por eso debemos tener redención y redención ahora.
  • Dicen que solo los más aptos van a sobrevivir.
  • Escaparos de la esclavitud mental. Solo tú puedes liberar tu mente.
  • Emancípate de la esclavitud mental, nadie más que nosotros mismos puede liberar nuestra mente.
  • En el gran futuro no puedes olvidar el pasado.
  • No te olvides ni de tu destino ni de tu historia.
  • La hierba es la curación de una nación, el alcohol es su destrucción.
  • Morir luchando por la libertad es mejor que vivir prisionero.
  • La sabiduría es mejor que el oro y la plata.
  • Nadie puede detener el tiempo.
  • Solo nosotros podemos liberar nuestras mentes.
Frases de Bob Marley - el cafe de la historia
  • Los hombres tienen derecho a decidir su futuro.
  • Dices que te encanta la lluvia, pero usas un paraguas para caminar debajo de ella. Dices que amas el sol, pero buscas refugio cuando está brillando. Dices que te encanta el viento, pero cuando sopla cierras las ventanas. Es por eso que tengo miedo cuando dices que me amas.
  • A veces, la educación es lo que nos vuelve tontos.
  • Los buenos momentos del ahora serán los pensamientos tristes del mañana.
  • Los perjuicios son los que nos impiden movernos.
  • Se entretiene a la gente que está satisfecha. Las personas que pasan hambre o que tienen miedo no pueden ser entretenidas. No se puede entretener a un hombre que no tiene comida.
  • La grandeza del hombre se mide en integridad.
  • El prejuicio es una cadena que te puede amarrarte. Si tienes prejuicios, no podrás moverte, y mantendrás tus prejuicios por años. Eso no te lleva a ningún lado.
  • No confíes en alguien que cambia de sentimientos con el tiempo.
  • No temas por la energía atómica, porque ninguno de ellos puede detener el tiempo
  • Aunque no lo sepas, si una puerta se cierra otra se abre.
  • El destino es algo propio.
  • Una cosa buena acerca de la música es que, cuando te llega, no sientes dolor.
  • No tengo educación, solo inspiración.
Frases de Bob Marley - el cafe de la historia
  • Es mejor morir luchando por la libertad que ser prisionero todos los días de tu vida.
  • La vida no se puede comprar con dinero.
  • El sistema enseña a vivir y morir.
  • No confíes en las personas cuyos sentimientos cambian con el tiempo. Confía en las personas cuyos sentimientos siguen siendo los mismos, incluso cuando el tiempo cambie.
  • Mi música lucha contra el sistema.
  • Cualquiera que llore por la justicia es un Wailer
  • No sé bien como vivir, solo sufrir.
  • Todo el mundo debe ser alguien.
  • He estado antes aquí, y volveré a estarlo, pero en este viaje no.
  • La marihuana sale de la tierra, así que no puede ser mala
  • La gente con hambre es gente enfadada.
  • Mientras haya hombres de primera y segunda categoría, yo seguiré gritando guerra
  • Mi coche son mis pies.
  • Es necesario entender las letras, su profundo significado. Esta es la musica del tercer mundo, una bendicion, es la noticia cantada, la que no se enseña en la escuela.
  • Si la raíz es fuerte, la fruta es dulce.
  • ¿Por qué he de quedarme aquí en Jamaica? Si lo único que quiero es fumarme este porro tranquilo sin que me detengan violentamente.
  • Con el cemento de las calles no se encuentra el camino correcto.
  • Hay que ponerle a la realidad una visión propia.
Frases de Bob Marley - el cafe de la historia
  • Cuántas muertes más serán necesarias para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas.
  • Todo irá bien, incluso las cosas más pequeñas.
  • Este mensaje es para ti: no te preocupes.
  • La honradez es mi futuro.
  • Discutir a diario es orar al diablo.
  • También los niños hay que contarles la verdad.
  • No creo ni en la muerte, ni en el espíritu ni en la carne.
  • Seguro que toda esa gente que juzga y dicen que la marihuana es mala, no la ha probado ni una sola vez.
  • Mi nombre no es Bob Marley, aún no se mi nombre.
  • El amor nunca te deja solo.
  • Nunca renunciemos a la lucha por la verdad.
  • No hay nada más cobarde que enamorar a una mujer sin intención de amarla.
  • Compadécete de aquellos cuyas posibilidades son menores, no hay lugar para esconderse del Padre de la creación.
  • Mi música es la lucha contra un sistema que enseña cómo debemos morir.
  • Ser feliz no es que las cosas vayan bien, es que sabes olvidar las imperfecciones.
  • La gente mala no tiene ni un día libre, ¿cómo puedo tenerlo yo? Hay que poner luz a la oscuridad.
  • Si algo puede corromperte es que ya estás corrupto.
  • No vivas para que tu presencia se note, sino para que tu ausencia se sienta
  • Cuando el agua abunda el tonto es quien tiene sed.
  • El amor no se debe entender, se debe demostrar.
  • Por muy brillante que sea el futuro el pasado no se olvida.
  • Si los gatos y los perros pueden convivir, ¿por qué no podemos amarnos todos?
  • Nos pasamos la vida esperando que pase algo y lo único que pasa es la vida.
  • Conserva lo que tienes, olvida lo que te duele, lucha por lo que quieres, valora lo que posees, perdona a los que te hieren y disfruta a los que te aman.
  • El significado de mi vida es encontrar a alguien que la aprecie tanto como yo.

Video Bob Marley – Is this love


Sello Finalista Categoria Ciencia El Cafe De La Historia 1

Breve biografía de Félix de Samaniego

Fabulas de Samaniego

Félix María Serafín Sánchez de Samaniego Zabala nació en Laguardia (Álava), en 1745. Perteneciente a una familia noble, tras los primeros estudios, llevados a cabo en el hogar paterno, fue enviado a cursar Derecho a la Universidad de Valladolid.

Allí permaneció dos años sin obtener grado. En un viaje de placer por Francia se entusiasmó con los enciclopedistas.

A su regreso a España contrajo matrimonio y se estableció en Vergara, donde participó en la Sociedad Patriótica Vascongada, dedicada a la difusión popular de la cultura y de la que fue presidente.

En 1784 apareció en Madrid “Fábulas morales”, formada por nueve libros, con 157 fábulas en verso castellano.

Fueron compuestas para los alumnos del Colegio de Vergara y respondían a la máxima estética de instruir deleitando. Murió en Laguardia, en 1801.

Influenciado por Jean de La Fontaine, está considerado, junto con Tomás de Iriarte, uno de los mejores fabulistas españoles de todos los tiempos.

Fábulas de Samaniego - El cafe de la historia Fabulas de Samaniego

Fábulas de Samaniego

El león y la zorra

Un León, en otro tiempo poderoso,
ya viejo y achacoso,
en vano perseguía hambriento y fiero,
al mamón becerrito y al cordero
que, trepando por áspera montaña,
huían libremente de su saña.
Afligido del hambre a par de muerte,
discurrió su remedio de esta suerte:
Hace correr la voz de que se hallaba
enfermo en su palacio y deseaba
ser de los animales visitado.
Acudieron algunos de contado;
mas como el grave mal que le postraba
era un hambre voraz, tan sólo usaba
la receta exquisita
de engullirse al monsieur de la visita.
Acércase la Zorra de callada,
y a la puerta asomada,
atisba muy despacio
la entrada de aquel cóncavo palacio.
El León la divisa, y al momento
le dice: » ¡Ven acá, pues que me siento
en el último instante de mi vida!
Visítame como otros, mi querida. «
» ¿Cómo otros? ¡Ah, señor; he conocido
que entraron, sí, pero que no han salido!
¡Mirad, mirad la huella!
¡Bien claro lo dice ella,
y no es bueno el entrar do no se sale! «
La prudente cautela mucho vale.

Fábulas de Samaniego

Los ratones y el gato

Marramaquiz, gran gato,
De nariz roma, pero largo olfato,
Se metió en una casa de Ratones.
En uno de sus lóbregos rincones
Puso su alojamiento;
Por delante de sí, de ciento en ciento
Les dejaba por gusto libre el paso,
Como hace el bebedor, que mira al vaso;
Y ensanchando así más sus tragaderas,
Al fin los escogía como peras.
Éste fue su ejercicio cotidiano;
Pero tarde o temprano,
Al fin ya los Ratones conocían
Que por instantes se disminuían.
Don Roepan, cacique el más prudente
De la Ratona gente,
Con los suyos formó pleno consejo,
Y dijo así con natural despejo:
«Supuesto, hermanos, que el sangriento bruto,
Que metidos nos tiene en llanto y luto,
Habita el cuarto bajo,
Sin que pueda subir ni aun con trabajo
Hasta nuestra vivienda,, es evidente
Que se atajará el daño solamente
Con no bajar allá de modo alguno.»
El medio pareció muy oportuno;
Y fue tan observado,
Que ya Marramaquiz, el muy taimado,
Metido por el hambre en calzas prietas,
Discurrió entre mil tretas
La de colgarse por los pies de un palo,
Haciendo el muerto: no era ardid malo;
Pero don Roepan, luego que advierte
Que su enemigo estaba de tal suerte,
Asomando el hocico a su agujero,
«Hola, dice, ¿qué es eso, caballero?
¿Estás muerto de burlas o de veras?
Si es lo que yo recelo en vano esperas;
Pues no nos contaremos ya seguros
Aun sabiendo de cierto
Que eras, a más de Gato muerto,
Gato relleno ya de pesos duros».

Si alguno llega con astuta maña,
Y una vez nos engaña,
Es cosa muy sabida
Que puede algunas veces
El huir de sus trazas y dobleces
Valernos nada menos que la vida.

Fábulas de Samaniego

El asno y Júpiter

«No sé cómo hay jumento
Que, teniendo un adarme de talento,
Quiera meterse a burro de hortelano.
Llevo a la plaza desde muy temprano
Cada día cien cargas de verdura,
Vuelvo con otras tantas de basura,
Y para minorar mi pesadumbre,
Un criado me azota por costumbre.
Mi vida es ésta; ¿qué será mi muerte,
Como no mude Júpiter mi suerte?»
Un Asno de este modo se quejaba.
El dios, que sus lamentos escuchaba,
Al dominio le entrega de un tejero.
«Esta vida, decía, no la quiero:
Del peso de las tejas oprimido,
Bien azotado, pero mal comido,
A Júpiter me voy con el empeño
De lograr nuevo dueño.»
Envióle a un curtidor; entonces dice:
«Aun con este amo soy más infelice.
Cargado de pellejos de difunto
Me hace correr sin sosegar un punto,
Para matarme sin llegar a viejo,
Y curtir al instante mi pellejo.»
Júpiter, por no oír tan largas quejas,
Se tapó lindamente las orejas,
Y a nadie escucha, desde el tal pollino,
Si le hablan de mudanza de destino.

Sólo en verso se encuentran los dichosos,
Que viven ni envidiados ni envidiosos.
La espada por feliz tiene al arado,
Como el remo a la pluma y al cayado;
Mas se tiene por míseros en suma
Remo, espada, cayado, esteva y pluma.
Pues ¿a qué estado el hombre llama bueno?
Al propio nunca; pero sí al ajeno.

Fábulas de Samaniego - El cafe de la historia Fabulas de Samaniego

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Fábulas de Samaniego

El zagal y las ovejas

Apacentando un joven su ganado,
gritó desde la cima de un collado:
«¡Favor! que viene un lobo, labradores»
Estos, abandonando sus labores,
acuden prontamente
y hallan que es una chanza solamente.
Vuelve a llamar, y temen la desgracia;
segunda vez los burla. ¡Linda gracia!
Pero, ¿Qué sucedió la vez tercera?
Que vino en realidad la hambrienta fiera.
Entonces el zagal se desgañita,
y por más que patea, llora y grita,
no se mueve la gente escarmentada
y el lobo le devora la manada.
¡Cuantas veces resulta de un engaño,
contra el engañador el mayor daño!

Fábulas de Samaniego

El charlatán y el rústico

«Lo que jamás se ha visto ni se ha oído
Verán ustedes. atención les pido.»
Así decía un Charlatán famoso,
Cercado de un concurso numeroso.
En efecto, quedando todo el mundo
En silencio profundo,
Remedó a un cochinillo de tal modo,
Que el auditorio todo,
Creyendo que lo tiene y que lo tapa,
Atumultuado grita: «Fuera capa.»
Descubrióse, y al ver que nada había,
Con vítores lo aclaman a porfía.
«Pardiez, dijo un patán, que yo prometo
Para mañana, hablando con respeto,
Hacer el puerco más perfectamente;
Si no, que me la claven en la frente.»
Con risa prometió la concurrencia
A burlarse del payo su asistencia;
Llegó la hora, todos acudieron:
No bien al Charlatán gruñir oyeron,
Gentes a su favor preocupadas,
«Viva», dicen, al son de las palmadas.
Sube después el Rústico al tablado
Con un bulto en la capa, y embozado
Imita al Charlatán en la postura
De fingir que un lechón tapar procura;
Mas estaba la gracia en que era el bulto
Un marranillo que tenía oculto.
Tírale callandito de la oreja:
Gruñendo en tiple el animal se queja;
Pero al creer que es remedo el tal gruñido,
Aquí se oía un fuera, allí un silbido,
Y todo el mundo queda
En que es el otro quien mejor remeda.
El Rústico descubre su marrano;
Al público le enseña, y dice ufano:
«¿Así juzgan ustedes?»
¡Oh preocupación, y cuánto puedes!

El águila y el cuervo

En mis versos, Iriarte,
Ya no quiero más arte
Que poner a los tuyos por modelo.
A competir anhelo
Con tu numen, que el sabio mundo admira,
Si me prestas tu lira,
Aquélla en que tocaron dulcemente
Música y Poesia juntamente.
Esto no puede ser: ordena Apolo
Que, digno sólo tú, la pulses solo.
¿Y, por qué sólo tú? Pues cuando menos,
¿No he de hacer versos fáciles, amenos,
Sin ambicioso ornato?
¿Gastas otro poético aparato?
Si tú sobre el Parnaso te empinases,
Y desde allí cantases:
Risco tramonto de época altanera,
«Góngora que te siga», te dijera;
Pero si vas marchando por el llano,
Cantándonos en verso castellano
Cosas claras, sencillas, naturales,
Y todas ellas tales,
Que aun aquel que no entiende poesía
Dice: Eso yo también me lo diría;
¿Por qué no he de imitarte, y aun acaso
Antes que tú trepar por el Parnaso?
No imploras las sirenas ni las musas,
Ni de númenes usas,
Ni aun siquiera confias en Apolo.
A la naturaleza imploras solo,
Y ella, sabia, te dicta sus verdades.
Yo te imito: no invoco a las deidades,
Y por mejor consejo,
Sea mi sacro numen cierto viejo,
Esopo digo. Díctame, machucho,
Una de tus patrañas; que te escucho.

Fábulas de Samaniego - El cafe de la historia Fabulas de Samaniego

Una Águila rapante,
Con vista perspicaz, rápido vuelo,
Descendiendo veloz de junto al cielo,
Arrebató un cordero en un instante.
Quiere un Cuervo imitarla: de un carnero
En el vellón sus uñas hacen presa;
Queda enredado entre la lana espesa,
Como pájaro en liga prisionero.
Hacen de él los pastores vil juguete,
Para castigo de su intento necio.
Bien merece la burla y el desprecio
El Cuervo que a ser Águila se mete.
El viejo me ha dictado esta patraña,
y astutamente así me desengaña.
Esa facilidad, esa destreza,
Con que arrebató el Águila su pieza,
Fue la que engañó al Cuervo, pues creía
Que otro tanto a lo menos él haría.
Mas ¿qué logró? Servirme de escarmiento.
¡Ojalá que sirviese a más de ciento,
Poetas de mal gusto inficionados,
Y dijesen, cual yo, desengañados:
«El Águila eres tú, divino Iriarte;
Ya no pretendo más sino admirarte:
Sea tuyo el laurel, tuya la gloria,
Y no sea yo el cuervo de la historia!»

Las dos ranas

Tenían dos Ranas
Sus pastos vecinos,
Una en un estanque,
Otra en el camino.
Cierto día a ésta
Aquélla la dijo:
«¡Es creíble, amiga,
De tu mucho juicio,
Que vivas contenta
Entre los peligros,
Donde te amenazan,
Al paso preciso,
Los pies y las ruedas
Riesgos infinitos!
Deja tal vivienda;
Muda de destino;
Sigue mi dictamen
Y vente conmigo.»
En tono de mofa,
Haciendo mil mimos,
Respondió a su amiga:
«¡Excelente aviso!
¡A mí novedades!
Vaya, ¡qué delirio!
Eso sí que fuera
Darme el diablo ruido.
¡Yo dejar la casa
Que fue domicilio
De padres, abuelos
Y todos los míos,
Sin que haya memoria
De haber sucedido
La menor desgracia
Desde luengos siglos!»
«Allá te compongas;
Mas ten entendido
Que tal vez sucede
Lo que no se ha visto.»
Llegó una carreta
A este tiempo mismo,
Y a la triste Rana
Tortilla la hizo.

Por hombres de seso
Muchos hay tenidos,
Que a nuevas razones
Cierran los oídos.
Recibir consejos
Es un desvarío;
La rancia costumbre
Suele ser su libro.

La zorra y las uvas

Es voz común que, a más del mediodía,
en ayunas la zorra iba cazando.
Halla una parra; quedase mirando
de la alta vid el fruto que pendía.
Causábale mil ansias y congojas
no alcanzar a las uvas con la garra,
al mostrar a sus dientes la alta parra
negros racimos entre verdes hojas.
Miró, saltó y anduvo en probaduras;
pero vio el imposible ya de fijo.
Entonces fue cuando la zorra dijo:
«¡No las quiero comer! ¡No están maduras!»
No por eso te muestres impaciente
si se te frustra, Fabio, algún intento;
aplica bien el cuento
y di: ¡No están maduras!, frescamente.

El asno sesudo

Cierto Burro pacía
En la fresca y hermosa pradería
Con tanta paz como si aquella tierra
No fuese entonces teatro de la guerra.
Su dueño, que con miedo lo guardaba,
De centinela en la ribera estaba.
Divisa al enemigo en la llanura,
Baja, y al buen Borrico le conjura
Que huya precipitado.
El Asno, muy sesudo y reposado,
Empieza a andar a paso perezoso.
Impaciente su dueño y temeroso
Con el marcial ruido
De bélicas trompetas al oído,
Le exhorta con fervor a la carrera.
«¡Yo correr! dijo el Asno, bueno fuera;
Que llegue en hora buena Marte fiero;
Me rindo, y él me lleva prisionero.
¿Servir aquí o allí no es todo uno?
¿Me pondrán dos albardas? No, ninguno.
Pues nada pierdo, nada me acobarda;
Siempre seré un esclavo con albarda.»
No estuvo más en sí ni más entero
Que el buen Pollino Amiclas el Barquero,
Cuando en su humilde choza le despierta
César, con sus soldados a la puerta,
Para que a la Calabria los guiase.
¿Se podría encontrar quien no temblase
Entre los poderosos
De insultos militares horrorosos
De la guerra enemiga?
No hay sino la pobreza que consiga
Esta gran exención: de aquí le viene

La cigarra y la hormiga

Cantando la Cigarra
pasó el verano entero,
sin hacer provisiones
allá para el invierno;
los fríos la obligaron
a guardar el silencio
y a acogerse al abrigo
de su estrecho aposento.
Viose desproveída
del preciso sustento:
sin mosca, sin gusano,
sin trigo y sin centeno.
Habitaba la Hormiga
allí tabique en medio,
y con mil expresiones
de atención y respeto
le dijo: «Doña Hormiga,
pues que en vuestro granero
sobran las provisiones
para vuestro alimento,
prestad alguna cosa
con que viva este invierno
esta triste Cigarra,
que, alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño,
nunca supo temerlo.
No dudéis en prestarme,
que fielmente prometo
pagaros con ganancias,
por el nombre que tengo»
La codiciosa Hormiga
respondió con denuedo,
ocultando a la espalda
las llaves del granero:
«¡Yo prestar lo que gano
con un trabajo inmenso!
Dime, pues, holgazana,
¿qué has hecho en el buen tiempo?»
«Yo, dijo la Cigarra,
a todo pasajero
cantaba alegremente,
sin cesar ni un momento»
«¡Hola! ¿con que cantabas
cuando yo andaba al remo?
Pues ahora, que yo como,
baila, pese a tu cuerpo»

El cuervo y el zorro

En la rama de un árbol,
bien ufano y contento,
con un queso en el pico,
estaba el señor Cuervo.
Del olor atraído,
un Zorro muy maestro
le dijo estas palabras
un poco más o menos:
«¡Tenga usted buenos días,
señor Cuervo, mi dueño!
¡Vaya que estáis donoso,
mono, lindo en extremo!
Yo no gasto lisonjas,
y digo lo que siento;
que si a tu bella traza
corresponde el gorjeo,
juro a la diosa Ceres,
siendo testigo el cielo,
que tú serás el Fénix
de sus vastos imperios»
Al oír un discurso
tan dulce y halagüeño,
de vanidad llevado,
quiso cantar el Cuervo.
Abrió su negro pico,
dejó caer el queso.
El muy astuto Zorro,
después de haberle preso,
le dijo: «Señor bobo,
pues sin otro alimento,
quedáis con alabanzas
tan hinchado y repleto,
digerid las lisonjas
mientras yo digiero el queso»
Quien oye aduladores,
nunca espere otro premio.

El hombre y la culebra – Fabulas de Samaniego

A una Culebra que de frío yerta
en el suelo yacía medio muerta,
un labrador cogió; mas fue tan bueno,
que incautamente la abrigó en su seno.
Apenas revivió, cuando la ingrata
a su gran bienhechor traidora mata.

El asno y el cochino – Fabulas de Samaniego

Envidiando la suerte del Cochino,
un Asno maldecía su destino.
«Yo, decía, trabajo y como paja;
él come harina, berza y no trabaja:
a mí me dan de palos cada día;
a él le rascan y halagan a porfía».
Así se lamentaba de su suerte;
pero luego que advierte
que a la pocilga alguna gente avanza
en guisa de matanza,
armada de cuchillo y de caldera,
y que con maña fiera
dan al gordo cochino fin sangriento,
dijo entre sí el jumento:
Si en esto para el ocio y los regalos,
al trabajo me atengo y a los palos.

El águila y el escarabajo – Fabulas de Samaniego

«Que me matan; favor»: así clamaba
una liebre infeliz, que se miraba
en las garras de una Águila sangrienta.
A las voces, según Esopo cuenta,
acudió un compasivo Escarabajo;
y viendo a la cuitada en tal trabajo,
por libertarla de tan cruda muerte,
lleno de horror, exclama de esta suerte:
«¡Oh reina de las aves escogida!
¿Por qué quitas la vida
a este pobre animal, manso y cobarde?
¿No sería mejor hacer alarde
de devorar a dañadoras fieras,
o ya que resistencia hallar no quieras,
cebar tus uñas y tu corvo pico
en el frío cadáver de un borrico?»
Cuando el Escarabajo así decía,
la Águila con desprecio se reía,
y sin usar de más atenta frase,
mata, trincha, devora, pilla y vase.
El pequeño animal así burlado
quiere verse vengado.
En la ocasión primera
vuela al nido del Águila altanera,
halla solos los huevos, y arrastrando,
uno por uno fuelos despeñando;
mas como nada alcanza
a dejar satisfecha una venganza,
cuantos huevos ponía en adelante
se los hizo tortilla en el instante.
La reina de las aves sin consuelo,
remontaba su vuelo,
a Júpiter excelso humilde llega,
expone su dolor, pídele, ruega
remedie tanto mal; el dios propicio,
por un incomparable beneficio,
en su regazo hizo que pusiese
el Águila sus huevos, y se fuese;
que a la vuelta, colmada de consuelos,
encontraría hermosos sus polluelos.
Supo el Escarabajo el caso todo:
astuto e ingenioso hace de modo
que una bola fabrica diestramente
de la materia en que continuamente
trabajando se halla,
cuyo nombre se sabe, aunque se calla,
y que, según yo pienso,
para los dioses no es muy buen incienso.
Carga con ella, vuela, y atrevido
pone su bola en el sagrado nido.
Júpiter, que se vio con tal basura,
al punto sacudió su vestidura,
haciendo, al arrojar la albondiguilla,
con la bola y los huevos su tortilla.
Del trágico suceso noticiosa,
arrepentida el Águila y llorosa
aprendió esa lección a mucho precio:
a nadie se le trate con desprecio,
como al Escarabajo,
porque al más miserable, vil y bajo,
para tomar venganza, si se irrita,
¿le faltará siquiera una bolita?

Fábulas de Samaniego - El cafe de la historia Fabulas de Samaniego

El ratón de la corte y el del campo – Fabulas de Samaniego

Un Ratón cortesano
Convidó con un modo muy urbano
A un Ratón campesino.
Diole gordo tocino,
Queso fresco de Holanda,
Y una despensa llena de vianda
Era su alojamiento,
Pues no pudiera haber un aposento
Tan magníficamente preparado,
Aunque fuese en Ratópolis buscado
Con el mayor esmero,
Para alojar a Roepan primero.
Sus sentidos allí se recreaban;
Las paredes y techos adornaban,
Entre mil ratonescas golosinas,
Salchichones, perniles y cecinas.
Saltaban de placer, ¡oh qué embeleso!
De pernil en pernil, de queso en queso.
En esta situación tan lisonjera
Llega la Despensera.
Oyen el ruido, corren, se agazapan,
Pierden el tino, mas al fin se escapan
Atropelladamente
Por cierto pasadizo abierto a diente.
«¡Esto tenemos! dijo el campesino;
Reniego yo del queso, del tocino
Y de quien busca gustos
Entre los sobresaltos y los sustos»
Volvióse a su campaña en el instante
Y estimó mucho más de allí adelante,
Sin zozobra, temor ni pesadumbres,
Su casita de tierra y sus legumbres.

El león con su ejército – Fabulas de Samaniego

Mientras que con la espada en mar y tierra
Los ilustres varones
Engrandecen su fama por la guerra,
Sojuzgando naciones,
Tú, Conde, con la pluma y el arado,
Ya enriqueces la patria, ya la instruyes,
Y haciendo venturosos has ganado
El bien que buscas y el laurel que huyes.
Con darte todo al bien de los humanos
No contento tu celo,
Supo unir a los nobles ciudadanos
Para felicidad del patrio suelo.
La hormiga codiciosa
Trabaja en sociedad fructuosamente,
Y la abeja oficiosa
Labra siempre ayudada de su gente.
Así unes a los hombres laboriosos
Para hacer sus trabajos más fructuosos.
Aquél viaja observando
Por las naciones cultas;
Éste con experiencias va mostrando
Las útiles verdades más ocultas.
Cuál cultiva los campos, cuál las ciencias;
Y de diversos modos,
Juntando estudios, viajes y experiencias,
Resulta el bien en que trabajan todos.
¡En que trabajan todos! Ya lo dije,
Por más que yo también sea contado.
El sabio Presidente que nos rige
Tiene aun al más inútil ocupado.
Darme, Conde, querías un destino,
Al contemplarme ocioso e ignorante.
Era difícil; mas al fin tu tino
Encontró un genio en mí versificante.
A Fedro y Lafontaine por modelos
Me pusiste a la vista,
Y hallaron tus desvelos
Que pudiera ensayarme a fabulista.
Y pues viene al intento,
Pasemos al ensayo: va de cuento.

El León, rey de los bosques poderoso,
Quiso armar un ejército famoso.
Juntó sus animales al instante:
Empezó por cargar al elefante
Un castillo con útiles, y encima
Rabiosos lobos, que pusiesen grima.
Al oso le encargó de los asaltos;
Al mono con sus gestos y sus saltos
Mandó que al enemigo entretuviese;
A la Zorra que diese
Ingeniosos ardides al intento.
Uno gritó: «La liebre y el jumento.
Éste por tardo, aquélla por medrosa,
De estorbo servirán, no de otra cosa.»
«¿De estorbo? dijo el Rey; yo no lo creo.
En la liebre tendremos un correo,
Y en el asno mis tropas un trompeta.»
Así quedó la armada bien completa.

Tu retrato es el León, Conde prudente,
Y si a tu imitación, según deseo,
Examinan los jefes a su gente,
A todos han de dar útil empleo.
¿Por qué no lo han de hacer? ¿Habrá cucaña
Como no hallar ociosos en España?

El ciervo y los bueyes – Fabulas de Samaniego

Con inminente riesgo de su vida,
un Ciervo se escapó de la batida,
y en la quinta cercana, de repente,
se metió en el establo incautamente.
Dícele un Buey: «¿Ignoras, desdichado,
que aquí viven los hombres? ¡Ah, cuidado!
Detente, y hallarás tanto reposo
como perdiz en boca de raposo»
El Ciervo respondió: «Pero, no obstante,
dejadme descansar algún instante,
y en la ocasión primera
al bosque espeso emprendo mi carrera.»
Oculto entre el ramaje permanece.
A la noche el boyero se aparece;
al ganado reparte el alimento,
nada divisa; sálese al momento.
El mayoral y los criados entran,
y tampoco le encuentran.
Libre del aquel apuro,
el Ciervo se contaba por seguro.
Pero el Buey más anciano
le dice: «¡Qué! ¿Te alegras tan temprano?
Si el amo llega, lo perdiste todo.
Yo le llamo Cien-ojos por apodo.
Más, ¡chitón, que ya viene!»
Entra Cien-ojos, todo lo previene;
a los rústicos dice: «¡No hay consuelo!
¡Las colleras tiradas por el suelo;
limpio el pesebre, pero muy de paso;
el ramaje muy seco y muy escaso!
Señor mayoral, ¿es éste buen gobierno?»
En esto mira el enramado cuerno
del triste ciervo; grita, acuden todos
contra el pobre animal de varios modos,
y a la rústica usanza
se celebró la fiesta de matanza.
Esto quiere decir que el amo bueno
no se debe fiar del ojo ajeno.

El león, el lobo y la zorra – Fabulas de Samaniego

Trémulo y achacoso
A fuerza de años un León estaba;
Hizo venir los médicos, ansioso
De ver si alguno de ellos le curaba.
De todas las especies y regiones
Profesores llegaban a millones.
Todos conocen incurable el daño;
Ninguno al Rey propone el desengaño;
Cada cual sus remedios le procura,
Como si la vejez tuviese cura.
Un Lobo cortesano
Con tono adulador y fin torcido
Dijo a su Soberano:
«He notado, Señor, que no ha asistido
La Zorra como médico al congreso,
Y pudiera esperarse buen suceso
De su dictamen en tan grave asunto.»
Quiso su Majestad que luego al punto
Por la posta viniese;
Llega, sube a palacio, y como viese
Al Lobo, su enemigo, ya instruida
De que él era autor de su venida,
Que ella excusaba cautelosamente,
Inclinándose al Rey profundamente,
Dijo: «Quizá, Señor, no habrá faltado
Quien haya mi tardanza acriminado;
Mas será porque ignora
Que vengo de cumplir un voto ahora,
Que por vuestra salud tenía hecho;
Y para más provecho,
En mi viaje traté gentes de ciencia
Sobre vuestra dolencia.
Convienen pues los grandes profesores
En que no tenéis vicio en los humores,
Y que sólo los años han dejado
El calor natural algo apagado;
Pero éste se recobra y vivifica
Sin fastidio, sin drogas de botica,
Con un remedio simple, liso y llano,
Que vuestra majestad tiene en la mano.
A un Lobo vivo arránquenle el pellejo,
Y mandad que os le apliquen al instante,
Y por más que estéis débil, flaco y viejo,
Os sentiréis robusto y rozagante,
Con apetito tal, que sin esfuerzo
El mismo Lobo os servirá de almuerzo.»
Convino el Rey, y entre el furor y el hierro
Murió el infeliz Lobo como un perro.
Así viven y mueren cada día
En su guerra interior los palaciegos
Que con la emulación rabiosa ciegos
Al degüello se tiran a porfía.
Tomen esta lección muy oportuna:
Lleguen a la privanza enhorabuena,
Mas labren su fortuna
Sin cimentarla en la desgracia ajena.

La gallina de los huevos de oro – Fabulas de Samaniego

Érase una gallina que ponía
un huevo de oro al dueño cada día.
Aún con tanta ganancia, mal contento,
quiso el rico avariento
descubrir de una vez la mina de oro,
y hallar en menos tiempo más tesoro.
Matóla; abrióla el vientre de contado;
pero después de haberla registrado
¿qué sucedió?. Que, muerta la gallina,
perdió su huevo de oro, y no halló mina.
¡Cuántos hay que teniendo lo bastante,
enriquecerse quieren al instante,
abrazando proyectos
a veces de tan rápidos efectos,
que sólo en pocos meses,
cuando se contemplaban ya marqueses,
contando sus millones,
se vieron en la calle sin calzones!

La lechera – Fabulas de Samaniego

Llevaba en la cabeza
una lechera el cántaro al mercado
con aquella presteza,
aquel aire sencillo, aquel agrado,
que va diciendo a todo el que lo advierte
¡Yo si que estoy contenta con mi suerte!
Porque no apetecía
más compañía que su pensamiento,
que alegre le ofrecía
inocentes ideas de contento.
Marchaba sola la feliz lechera,
y decía entre sí de esta manera:
«Esta leche vendida,
en limpio me dará tanto dinero,
y con esta partida
un canasto de huevos comprar quiero,
para sacar cien pollos, que al estío
merodeen cantando el pío, pío»
«Del importe logrado
de tanto pollo mercaré un cochino;
con bellota, salvado,
berza, castaña engordará sin tino;
tanto que puede ser que yo consiga
ver como se le arrastra la barriga»
«Llevarélo al mercado:
sacaré de él sin duda buen dinero;
compraré de contado
una robusta vaca y un ternero,
que salte y corra toda la campaña,
hasta el monte cercano a la cabaña».
Con este pensamiento
enajenada, brinca de manera
que a su salto violento
el cántaro cayó. ¡Pobre lechera!
¡Qué compasión! Adiós leche, dinero,
huevos, pollos, lechón, vaca y ternero.
¡Oh loca fantasía!,
¡Qué palacios fabricas en el viento!
Modera tu alegría;
no sea que saltando de contento,
al contemplar dichosa tu mudanza,
quiebre tu cantarilla la esperanza.
No seas ambiciosa
de mejor o más próspera fortuna;
que vivirás ansiosa
sin que pueda saciarte cosa alguna.
No anheles impaciente el bien futuro:
mira que ni el presente está seguro.


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Citas y frases de Nelson Mandela

Nelson Mandela (1918-2013) fue un activista y político sudafricano que pasó más de 20 años en prisión por su oposición al régimen del apartheid. Fue liberado en 1990.

En 1994, Mandela fue elegido como el primer presidente de una Sudáfrica democrática. Fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1993 por su labor por ayudar a poner fin a la segregación racial en Sudáfrica.

Frases de Nelson Mandela

  • Soy el capitán de mi alma.
  • Sueño con una África que está en paz consigo misma .
  • Un ganador es un soñador que nunca se da por vencido.
  • En mi país primero se va a la cárcel y luego se es presidente.
  • Cuando el agua empieza a hervir es absurdo dejar de calentarla.
  • Conoce a tu enemigo y aprende acerca de su deporte favorito.
FRASES DE NELSON MANDELA
  • Los niños no solo son el futuro de la sociedad sino el futuro de las ideas.
  • Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo.
  • Cuando dejamos que nuestra luz brille, de manera subconsciente damos permiso a los otros para que hagan lo mismo.
  • Todos pueden superar sus circunstancias y alcanzar el éxito si están dedicados y apasionados por lo que hacen.
  • No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en que se trata a sus niños.
  • Un hombre que le arrebata la libertad a otro es un prisionero del odio, está encerrado tras los barrotes del prejuicio y de la estrechez mental.
  • Vive la vida como si nadie mirase y exprésate como si todo el mundo escuchase.
  • Los enemigos suelen ser personas desconocidas. Si les conoces, tu opinión puede cambiar rápidamente.
FRASES DE NELSON MANDELA
  • El deporte tiene el poder de transformar el mundo. Tiene el poder de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas. Tiene más capacidad que los gobiernos de derribar barreras raciales.
  • Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces él se vuelve tu compañero.
  • La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.
  • No hay nada como volver a un lugar que parece no haber cambiado para descubrir en qué cosas has cambiado tú mismo.
  • Que reine la libertad, no los políticos.
  • A diferencia de algunos políticos, puedo admitir un error.
  • La pobreza no es natural, es creada por el hombre y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos. Y erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia.
  • La mayor gloria no es caer, sino levantarse siempre.
  • Deja que la libertad reine. El sol nunca se pone sobre tan glorioso logro humano.
FRASES DE NELSON MANDELA

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