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El enigma de la bombilla centenaria que no se apaga

Es fascinante (y algo indignante) pensar que, mientras nuestras bombillas modernas a menudo se «jubilan» después de unos pocos meses, en una modesta estación de bomberos de Livermore, California, una reliquia del pasado sigue brillando desde 1901.

¿Una tecnología avanzada?

¿Un golpe de suerte?

O, como muchos sugieren, ¿el testimonio inequívoco de una conspiración industrial?

Sea como sea, la famosa Bombilla Centenaria parece estar riéndose de nuestra obsolescencia programada.

Una celebridad luminosa

Cuenta con su propia página web, perfil de Facebook y una cámara que la filma las 24 horas del día.

Y es que la Bombilla Centenaria no solo es un objeto. Es una celebridad. Su brillo tenue y constante ha inspirado debates, documentales y hasta teorías conspirativas.

Y no es para menos: ¡lleva más de 124 años encendida!

El principio de todo

La historia comienza en 1901, cuando los bomberos de Livermore decidieron que las linternas de queroseno ya no eran la mejor opción para iluminar sus noches. Así, aceptaron la donación de una bombilla fabricada por la desaparecida Shelby Electric Company. Esta empresa, liderada por Adolphe Chaillet, creó un dispositivo tan resistente que parece desafiar las leyes de la modernidad.

La Bombilla de Livermore
La Bombilla de Livermore

La Bombilla de Livermore: un diseño a prueba del tiempo

La bombilla, soplada a mano en 1897, mide apenas 8 centímetros, tiene un filamento de carbono ocho veces más grueso que las bombillas actuales y, lo mejor de todo, es un semiconductor.

¡Bingo! Cuando se calienta, mejora su capacidad de conducción, en lugar de deteriorarse como las bombillas modernas.

Quizá por eso ha sobrevivido tanto tiempo, burlándose de nuestras luces LED que, aunque eficientes, no tienen ni la mitad de su carácter.

El desgaste inexistente

Uno de los secretos de su longevidad parece ser su constante estado de funcionamiento. Las bombillas incandescentes sufren más daños al encenderse y apagarse repetidamente que al mantenerse encendidas. Cada vez que el filamento de una bombilla moderna se calienta y enfría, se expande y contrae, desarrollando pequeñas fisuras que eventualmente llevan al desastre.

La Bombilla de Livermore
La Bombilla de Livermore

Traslados de alta seguridad

Como toda celebridad, la Bombilla Centenaria ha requerido un trato especial. En 1976, durante una de sus mudanzas, se cortó el cable en lugar de desenroscarla, no fuera a ser que el cristal se rompiera. Luego, fue escoltada a su nueva ubicación en un operativo digno de un tesoro nacional, con camiones de bomberos y policía incluidos.

Hoy cuelga orgullosamente en la estación de bomberos n.º 6, como un recordatorio de que -a veces- las cosas sí se hacían mejor antes.

El misterio de su durabilidad

¿Cómo es posible que una bombilla de 4 humildes vatios haya sobrevivido más de un siglo?

Los científicos manejan diversas teorías, pero ninguna certeza absoluta. Debora Katz, física de la Academia Naval de Estados Unidos, ha analizado bombillas similares y apunta al grosor del filamento y su composición como factores clave.

Obsolescencia programada: ¿realidad o teoría conspirativa?

En el documental The Light Bulb Conspiracy, se sugiere que productos como la Bombilla Centenaria son prueba de una conspiración industrial. Según esta teoría, los fabricantes de bombillas en 1924 acordaron limitar la vida útil de sus productos a 1,000 horas para aumentar las ventas. Si eso es cierto, la Bombilla Centenaria es un grito de rebeldía contra la modernidad y el consumismo.

El Cártel Phoebus

La llamada «conspiración de las bombillas», también conocida como el Cártel Phoebus, que suena a novela distópica, pero no lo es: por lo visto ocurrió de verdad y con acta fundacional incluida.

En 1924, los grandes fabricantes de bombillas del mundo —entre ellos General Electric, Philips, Osram y la suiza Compagnie des Lampes— decidieron que las bombillas duraban demasiado. Literal. Así nació Phoebus, una especie de hermandad secreta de traje y corbata que pactó limitar la vida útil de las bombillas incandescentes a unas míseras 1.000 horas.

El motivo es muy simple: si algo no se rompe, no se reemplaza, y si no se reemplaza, no hay negocio. Así se instauró la obsolescencia programada, un concepto que haría temblar de emoción mal disimulada a cualquier jefe contable de multinacional. El cartel se disolvió oficialmente en 1939, pero su filosofía sigue viva, como un parásito disfrazado de progreso.

Mientras tanto, la Bombilla Centenaria, como una abuela rebelde que ha estado en cien batallas, sigue colgando en Livermore, gritando al mundo que el “no se puede hacer mejor” es más una estrategia de márquetin que un límite técnico.

Datos curiosos sobre la Bombilla de Livermore

  1. No es la única longeva: Aunque es la más famosa, otras bombillas antiguas también han desafiado el tiempo. La segunda más longeva conocida está en Texas y lleva encendida desde 1908.
  2. Su luz es tenue pero constante: Originalmente de 30 vatios, ahora emite solo 4. Es perfecta para quienes disfrutan de un ambiente «cálido».
  3. Es un imán de turistas: La gente viaja desde todas partes para verla. ¡Incluso tiene su propio club de fans!
  4. Un símbolo de resistencia: Para algunos, es más que una bombilla. Es un símbolo de un tiempo en el que las cosas se hacían para durar.

¿Quieres ver la Bombilla de Livermore en directo?

Clica en el enlace y la verás en riguroso directo: https://www.centennialbulb.org/cam.htm

La bombilla de Livermore


Fuentes consultadas

BBC News Mundohttps://www.bbc.com/mundo/noticias-44563292

The Livermore Centennial Light websitehttps://www.centennialbulb.org

Documental «Comprar, tirar, comprar» de RTVEhttps://www.rtve.es/play/videos/documentos-tv/comprar-tirar-comprar/1030580/


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EL AUTOR

Fernando Muñiz

Escritor, profesor, traductor, divulgador, conferenciante, corrector, periodista, editor.

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