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100 Refranes marineros

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Autor: El café de la Historia


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Dichos y refranes marineros

  • Donde manda patrón, no manda marinero.
  • Viento en proa y poco andar, el barco se va a atravesar.
  • Marinero que se duerme se lo lleva la corriente.
  • Si el mar fuera vino, todo el mundo sería marino.
  • A tal patrón, tal marinero.
  • Luna tendida, marinero en pie.
  • Bruma en el Bidasoa, viento en el mar.
  • Dos capitanes hunden el barco.
  • A navegar el marino y a sembrar el campesino.
  • Navío parado no gana flete.
  • Marzo ventoso, para el campesino provechoso y para el marino desastroso.
  • Gaviota a tierra volando, marinero velas rizando.
  • Aunque el ratón viva en el mar no es marinero.
  • Fuego fatuo y sur soplando, el tiempo va empeorando.
  • A la Virgen de Begoña diera mis trenzas de pelo; si no es que las necesito para atar a un marinero.
  • San Telmo en la arboladura, mal tiempo augura.
  • A barco nuevo, capitán viejo.
  • Pisada de patrón no mancha la vela.
  • Gaviotas en el huerto, temporal en el puerto.
  • Si el remo rompe la pala, el patrón paga; si rompe por el guion paga el patrón.
  • A golpe de mar, pecho sereno.
  • No está en mano de piloto que deje el viento su soplo.
  • El pescador donostiarra, lo mejor de su lancha lo destina a su casa.
  • Los truenos y el mar, enseñan a rezar.
  • Cuando sopla norte oscuro, quédate al abrigo de cabo seguro.
  • Mal hijo y buen marinero, mueren lejos.
  • Con ballestrinque y cote, no se zafa ningún bote.
  • A la mar madera y a la tierra huesos.

Más refranes marineros

  • Alba roja, vela moja.
  • Marinero vizcaíno, y mercader florentino.
  • Mar rizada en contra de la ola, al contraste el viento rola.
  • Arco iris por la mar, coge la caña y vete a pescar, arco iris por la cumbre coge la caña, pastor, y huye.
  • Más vale vapor en calderas que alas rastreras.
  • Cuando Canaria está clara, mar de leva o tiempo de agua.
  • El capitán verdadero, embarca el primero y desembarca el postrero.
  • Después de perdido el barco, todos pilotos.
  • El marinero de ley, una mano para si, otra para el rey.
  • Más vale palmo de vela que remo de galera.
  • El sueño del piloto, si cierra un ojo abre el otro.
  • Mejor navega el que tiene buen viento que quien rema con mucho aliento.
  • A mucho viento, poca vela.
  • El Canal de Manzanares, pocos barcos saca a mares.
  • Lo que se promete en la tormenta, se olvida en la calma.
  • La vela hay que velarla, y si no guardarla.
  • Cuando de cada ocho marineros siete son timoneles, el navío termina yéndose a pique.
  • Si el grumete supiera y el patrón pudiera, todo se hiciera.
  • Si a estribor ves colorado obra siempre con cuidado.
  • Con ballestrinque y cote, no se zafa ningún bote.
  • Embarcación sin cubierta, tumba abierta.
  • Quien veló, sondó, y desconfió, jamás se perdió.
  • Gaviotas en tierra anuncian temporal fuera.
  • Si sales a navegar no te canse el preparar.
  • Cada palo que aguante su vela.
  • Navegar contra el viento es perder el tiempo.
  • Cielo rojo al amanecer, el mar se ha de mover.
  • El que ha naufragado teme al mar aún calmado.
  • Amarra pensando que has de desamarrar.
  • La maniobra es imprudente, si de popa es la corriente.
  • Al hogar, como a la nave, le conviene el mar suave.
  • Cuando el timón no gobierna, la costa nos maneja.
  • El que no embarca no se marea.
  • El tiempo y la marea ni se paran ni esperan.
  • A piloto diestro, no hay mar siniestro.
  • La mar para los peces, y para los ingleses.
  • Nudo hagas que deshagas.
  • El que se pierde en agua pequeña se ahoga en la grande.
  • Corsarios contra corsarios, no hacen negocio.
  • Delfines que mucho saltan, viento traen y calma espantan.
  • No tires remos viejos hasta tener dispuestos los nuevos.
  • Cadenas y anclas cuidadas, evitan las garreadas.
  • Paralelo navegando, tierra encontrando.
  • De Cádiz a Judea no es menester marea.
  • Náufrago que vuelve a embarcarse, y viudo que reincide, escarmiento piden.
  • Buque que a otro alcanza, gobernará sin tardanza.
  • Quien buen Norte tiene, seguro va y seguro viene.
  • El faro de Chipiona lo van a poner más alto, para que alumbre la bahía y no se pierdan los barcos.
  • Quéjase en vano de la mar quien no se cansa de navegar.
  • Si es velero el avistado a maniobrar estas obligado, pues nunca lo debes cruzar ni su marcha molestar.
  • Amarga más pelo de mujer que calabrote de navío.
  • El arco del sol, moja al pescador.
  • El viejo que tiene mujer moza, ojo al timón y mano a la escota.
  • Un mar calmo no hace buenos marineros.
  • Cuando agua venga antes que viento, prepara aparejo a tiempo.
  • Viento a Berbería, Levante al otro día.
  • Socorro tardío, socorro baldío.
  • Contra el mareo, la sombra de un pino.
  • Si se choca y se va a pique, es inútil que se grite.
  • Con mal tiempo, cualquier agujero es puerto.
  • Quien su barco no pinta ni calafatea, que tire de una carreta.
  • Barco mal gobernado, ha de ser estrellado.
  • Quien no sabe rezar, métase en el mar.
  • A la mar me voy, mis hechos dirán quién soy.
  • Ponte en guardia marinero, lo que al otro le pesa, a ti te espera.
  • A clavo ardiendo, se agarra el que se está hundiendo
  • Penas y olas, nunca vienen solas.
  • De remeros novatos, boga ranchera.
  • El que es cauto marinero no se vende muy ligero.
  • En buen tiempo, no faltan pilotos.
  • No existe hombre de mar que no se pueda ahogar.
  • En poca agua, poco se navega.

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¿Qué es un refrán?

Un refrán es un frase de origen popular repetida tradicionalmente de forma invariable, en la cual se expresa un pensamiento moral, un consejo o una enseñanza, particularmente la que está estructurada en verso y rima en asonancia o consonancia.


«Cualquiera sentencia popular repetida tradicionalmente de forma invariable, particularmente, las que son en verso o al menos con cierto ritmo, consonante o asonante, que las hace fáciles de retener y les da estabilidad de forma y de sentido figurado». (María Moliner)


Dicho agudo y sentencioso de uso común. (Diccionario de la RAE)



¿Qué son los refranes?

Un refrán es un frase de origen popular repetida tradicionalmente de forma invariable, en la cual se expresa un pensamiento moral, un consejo o una enseñanza; particularmente la que está estructurada en verso y rima en asonancia o consonancia.

Los refranes son paremias tradicionales de uso y origen popular y, en general, de autoría anónima.

El refrán nace con intención didáctica, moral o, incluso en ocasiones, filosófica.

Puede encontrarse algunas veces como sinónimo de dicho e incluso de proverbio, si bien el dicho, esencialmente oral, comprende un significado bastante más amplio, como conjunto de palabras que proponen un concepto cabal, agudo, oportuno, e incluso malicioso.

También, en ciertas ocasiones, encierra una ocurrencia chistosa.

​Por otro lado, el proverbio, igual que el adagio, suelen ir asociados a lo bíblico y/o lo culto.

En definitiva, y sin lugar a dudas, en el ámbito de la lengua castellana, el refrán es, de manera indiscutible, la paremia más representativa y extendida de la sabiduría popular.

Dicho agudo y sentencioso de uso común. (Diccionario de la RAE)

El refrán es una paremia tradicional de origen y uso popular –y por definición, de autoría anónima– con intención didáctica, moral o, incluso, filosófica. En algunos contextos puede encontrarse como sinónimo de dicho e incluso de proverbio, si bien el dicho, esencialmente oral abarca un significado más amplio, como conjunto de palabras que proponen un concepto cabal, agudo, oportuno, e incluso malicioso, o bien una ocurrencia chistosa.

Por su parte, el proverbio, como el adagio y la máxima, suelen estar asociados a lo culto, lo bíblico o lo oriental. En suma, en el ámbito de la lengua castellana o idioma español, el refrán es, por antonomasia, la paremia más representativa de la sabiduría popular.

En el uso de la lengua española, el término refrán (del francés refrain, sentencia corta) ha conocido una gran difusión hasta el punto de desplazar al proverbio, idea que se asocia a una paremia culta como los proverbios bíblicos u orientales. De esta manera, el refrán, paremia popular o popularizada, aparece en obras de autores clásicos como Gonzalo de Berceo, el Arcipreste de Hita, Don Juan Manuel, Alfonso X el Sabio o el propio Miguel de Cervantes, que en el Quijote asegura por boca de Quijano que «los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos ancianos», y hablando con Sancho Panza le dice que «cualquiera de los que has dicho basta para dar a entender tu pensamiento» (Segunda parte, capítulo XVII); o cuando le hace decir al cautivo que «el refrán es sentencia breve sacada de la luenga y discreta experiencia».​

Sentencias breves y anónimas que «señalan qué actitud conviene adoptar en cada situación, definen la razón de una determinada conducta, o extraen las consecuencias de una circunstancia, entrañando en cualquier caso un fin didáctico y aleccionador y convirtiendo la anécdota humana en tema de reflexión».​ No obstante, muchas frases literarias y bíblicas han pasado a formar parte del refranero popular. La mayoría de los refranes son observaciones acuñadas por la experiencia colectiva a lo largo del tiempo, con temas que van desde la meteorología hasta el destino invariable y fatalista de existencia. Constituyen el bagaje cultural del pueblo en tiempos en los que la tradición oral pasaba la sabiduría popular de una generación a otra.

Su estructura suele ser pareada y recurren tanto a la prosa y verso como a figuras literarias (antítesis, elipsis o paralelismo) para facilitar su perpetuación oral.

Fuente: Wikipedia

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