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Dichos y refranes sobre los alcaldes

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Actualizado: 07/03/2023


Autor: El café de la Historia


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Refranes y dichos de alcaldes

  • Dios te libre de alcalde nuevo y de escribano viejo.
  • A falta de hombres buenos, a mi padre lo hicieron alcalde.
  • El alcalde de mi pueblo me lo enseñó: quítate del medio que me pongo yo.
  • Nuevo alcalde, nuevas alcaldadas.
  • Alcaldes y zapatos nuevos, pasados los primeros días aprietan menos.
  • Más vale burro que alcalde, pues burro se es toda la vida y alcalde una temporadina.
  • Padrino de boda y alcalde de aldea, quien quiera ser que lo sea.
  • Quien de padre tiene alcalde, seguro va a juicio.
  • Alcalde nuevo, cárcel llena.
  • Alcalde tonto, sentencia pronto.
  • Aún no es alcalde, y ya quiere comer de balde.
  • Alcalde de aldea, yo no lo sea.
  • A pueblo muerto, alcalde tuerto.
  • Curándose de los ojos, nuestro alcalde ensordeció: ve lo que le dais, y no oye lo que le habláis.
  • Cuando se mueve el alcalde, no se mueve en balde.
  • En Villalón, en cada casa un ladrón; en casa del alcalde, el hijo y el padre, y en casa del alguacil, hasta el candil.
  • Si llevas dinero a Estepa, que ni el alcalde lo sepa.
  • En Godos, la procesión del trago, donde bebe el cura, el alcalde y toda clase de chicos y chacos.
  • Ni fíes mujer de fraile, ni barajes con alcalde.
  • Como el alcalde de Trebujena, que se murió de una pesadumbre ajena.
  • Ya lo dijo un buen alcalde: en las fiestas todo de balde.
  • Alcalde cruel, nadie dice bien de él.
  • En Cañamero comen burra por carnero; y el alcalde, por más honra, lleva la cola.
  • Ser alcalde, ni pagado, ni de balde.
  • Las chicas de Castejón, todas mean a chorrete, excepto la del alcalde, que mea en un pucherete.

Más refranes de alcaldes

  • Si el alcalde corta pinos, ¿qué no harán los demás vecinos?
  • Cuando los alcaldes andan por las tabernas, ¿han de andar los alguaciles por las iglesias?
  • En Villovela de Pirón en cada casa un ladrón, menos en la del alcalde que son el hijo y el padre. Y en la del secretario hasta el caballo. Y en la del alguacil hasta el candil.
  • Como el alcalde de Dos Hermanas, que abolió el Concilio de Trento.
  • Al alcalde y a la doncella, no les diga nadie: si yo quisiera…
  • De alcalde a verdugo, ved como subo.
  • El alcalde de Ciudad Real que sabía prender y no sabía soltar.
  • A las cosas menudas, el alguacil acuda, y a las grandes, el señor alcalde.
  • Tantos años en Zaragoza, y no sabe dónde vive el alcalde.
  • Los alcaldes de Alcorcón, diferentes son.
  • Alcalde de aldea, si sale cruel, Dios nos libre de él.
  • Alcalde que por momentos se dispara, háganle arrimar la vara.
  • Navalón, en cada casa un ladrón; en casa del alcalde, el hijo y el padre, y en casa del alguacil, hasta el candil.
  • Si el alcalde no es ejemplar, ¿quién lo ha de respetar?
  • Honra sin honra, alcalde de aldea y padrino de boda.
  • Bahabón, en cada casa un ladrón, en la del alcalde dos, y en la del alguacil, hasta el candil.
  • Rebuznaron en balde el uno y el otro alcalde.
  • No hagas nada, alcalde, sin oír a la otra parte.
  • En Sayatón, en cada casa un ladrón; en casa del alcalde, los hijos y el padre; en casa del alguacil, hasta el candil.
  • Nuestro alcalde nunca da paso de balde.
  • Hacedme alcalde hogaño, y yo os haré a vos otro año.
  • En Malagón en cada casa un ladrón, y en la del alcalde el hijo y el padre.
  • Haz alcalde al villano y se volverá campechano.
  • En haciendo a un hombre alcalde, luego casa con quien quiere.
  • Nadie le dio la vara, pero él se hizo alcalde y manda.
  • En Saldón, en cada casa un ladrón, y en la del alcalde el hijo y el padre.
  • Con albayalde, la del alcalde.
  • En ganando, vengan bollos, en perdiendo, llamad al señor alcalde.
  • En Casillas, los casillanos, tiraron al alcalde por un ventano.
  • Barba de alcalde y presencia de zurrador.
  • En Agramón, en cada casa un ladrón, en casa del alcalde, el hijo y el padre, y en casa del alguacil, hasta el candil.
  • El mejor alcalde, el rey.
  • A vos digo, padre, a falta de buenos sois vos alcalde.
  • A un burro le hacían alcalde, y no lo agradecía.
  • En Villaviciosa de Odón, en cada casa, un ladrón, y en casa del alcalde, dos.
  • La mujer del alcalde de Miguelturra, la llevan caballera encima de una burra.
  • Alcalde corajoso es este, que a todas las damas prende.
  • El cura manda en la iglesia, el alcalde en la ciudad, y la mujer manda en casa cuando el marido no está.
  • El alcalde de mi pueblo, ¡Qué burro tiene que ser! para mandar en nosotros, que somos más burros que él.

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¿Qué es un refrán?

Un refrán es un frase de origen popular repetida tradicionalmente de forma invariable, en la cual se expresa un pensamiento moral, un consejo o una enseñanza, particularmente la que está estructurada en verso y rima en asonancia o consonancia.


«Cualquiera sentencia popular repetida tradicionalmente de forma invariable, particularmente, las que son en verso o al menos con cierto ritmo, consonante o asonante, que las hace fáciles de retener y les da estabilidad de forma y de sentido figurado». (María Moliner)


Dicho agudo y sentencioso de uso común. (Diccionario de la RAE)



¿Qué son los refranes?

Un refrán es un frase de origen popular repetida tradicionalmente de forma invariable, en la cual se expresa un pensamiento moral, un consejo o una enseñanza; particularmente la que está estructurada en verso y rima en asonancia o consonancia.

Los refranes son paremias tradicionales de uso y origen popular y, en general, de autoría anónima.

El refrán nace con intención didáctica, moral o, incluso en ocasiones, filosófica.

Puede encontrarse algunas veces como sinónimo de dicho e incluso de proverbio, si bien el dicho, esencialmente oral, comprende un significado bastante más amplio, como conjunto de palabras que proponen un concepto cabal, agudo, oportuno, e incluso malicioso.

También, en ciertas ocasiones, encierra una ocurrencia chistosa.

​Por otro lado, el proverbio, igual que el adagio, suelen ir asociados a lo bíblico y/o lo culto.

En definitiva, y sin lugar a dudas, en el ámbito de la lengua castellana, el refrán es, de manera indiscutible, la paremia más representativa y extendida de la sabiduría popular.

Dicho agudo y sentencioso de uso común. (Diccionario de la RAE)

El refrán es una paremia tradicional de origen y uso popular –y por definición, de autoría anónima– con intención didáctica, moral o, incluso, filosófica. En algunos contextos puede encontrarse como sinónimo de dicho e incluso de proverbio, si bien el dicho, esencialmente oral abarca un significado más amplio, como conjunto de palabras que proponen un concepto cabal, agudo, oportuno, e incluso malicioso, o bien una ocurrencia chistosa.

Por su parte, el proverbio, como el adagio y la máxima, suelen estar asociados a lo culto, lo bíblico o lo oriental. En suma, en el ámbito de la lengua castellana o idioma español, el refrán es, por antonomasia, la paremia más representativa de la sabiduría popular.

En el uso de la lengua española, el término refrán (del francés refrain, sentencia corta) ha conocido una gran difusión hasta el punto de desplazar al proverbio, idea que se asocia a una paremia culta como los proverbios bíblicos u orientales. De esta manera, el refrán, paremia popular o popularizada, aparece en obras de autores clásicos como Gonzalo de Berceo, el Arcipreste de Hita, Don Juan Manuel, Alfonso X el Sabio o el propio Miguel de Cervantes, que en el Quijote asegura por boca de Quijano que «los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos ancianos», y hablando con Sancho Panza le dice que «cualquiera de los que has dicho basta para dar a entender tu pensamiento» (Segunda parte, capítulo XVII); o cuando le hace decir al cautivo que «el refrán es sentencia breve sacada de la luenga y discreta experiencia».​

Sentencias breves y anónimas que «señalan qué actitud conviene adoptar en cada situación, definen la razón de una determinada conducta, o extraen las consecuencias de una circunstancia, entrañando en cualquier caso un fin didáctico y aleccionador y convirtiendo la anécdota humana en tema de reflexión».​ No obstante, muchas frases literarias y bíblicas han pasado a formar parte del refranero popular. La mayoría de los refranes son observaciones acuñadas por la experiencia colectiva a lo largo del tiempo, con temas que van desde la meteorología hasta el destino invariable y fatalista de existencia. Constituyen el bagaje cultural del pueblo en tiempos en los que la tradición oral pasaba la sabiduría popular de una generación a otra.

Su estructura suele ser pareada y recurren tanto a la prosa y verso como a figuras literarias (antítesis, elipsis o paralelismo) para facilitar su perpetuación oral.

Fuente: Wikipedia

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