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Netflix versus Blockbuster

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Autor: El café de la Historia


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El día que Blockbuster cavó su propia tumba

Para los más jóvenes que quizás no lo conocieron, a modo de breves pinceladas para poner en contexto, Blockbuster fue un gigante norteamericano que basaba su modelo de negocio en franquicias a lo largo del mundo dedicadas al alquiler y venta de películas de vídeo.

La empresa se fundó en 1985 implantándose de manera muy rápida y eficaz en Estados Unidos primero y luego en el resto del planeta, llegando a contar en su momento más álgido con 9.094 locales empleando a casi 85.000 trabajadores.

Un tamaño bestial para una empresa que operó sin temor a la competencia dado lo gigantesco de su estructura.

1997, nace Netflix

No es necesario que expliquemos qué es Netflix.

Pero quizá sí sus orígenes…

Netflix se funda en 1997 como un servicio de alquiler de deuvedés a través de internet y envíos por correo tradicional y que más tarde se orienta hacia lo que será su modelo actual, implementando un primitivo y pionero servicio de streaming en una época en que internet no era ni la sombra de lo que es hoy en día.

Y he aquí la clave del problema para Blockbuster, que basaba su negocio mayoritariamente en el formato VHS, y que aunque no tuvo problemas en implementar progresivamente el formato DVD, ni se había planteado ofrecer un servicio de streaming a su clientela.

Suscripción a Netflix años 90

A pesar de lo visionario del negocio de Netflix, en el año 2000 la empresa perdía la friolera de 50 millones de dólares anuales y, viendo que no había manera de levantar cabeza, sus fundadores piden una reunión con la cúpula directiva de Blockbuster para negociar ser absorbidos e integrados en el gigante de los videoclubs.

Desde la soberbia que les otorgaba su posición, los directivos de Blockbuster fueron dando largas a los representantes de Netflix.

Y pasó el tiempo hasta que después de muchos meses consiguieron concretar un encuentro.

Los mandamases de Blockbuster dejaron claro por activa y por pasiva que estaban haciendo el favor de perder unos minutos de su muy preciado tiempo con los mequetrefes de esa start-up que había intentado comerse una parte de su pastel, y ahora estaban pagando cara su osadía implorando una reunión.

El día que Blockbuster rechazó la mejor oferta de su vida

Esta entrevista se produjo finalmente en Dallas y sería faltar a la verdad calificar el encuentro como una reunión de igual a igual; Blockbuster, desde la altura de su indestructible atalaya y Netflix con grandes apuros y a punto de desaparecer.

La oferta de Netflix a Blockbuster consistía en que la segunda comprase a la primera y así Netflix se integraría en la estructura del gigante de los videoclubs para gestionar la parte digital del negocio.

En un momento de la reunión Blockbuster pregunta por el precio de la operación.

50 millones de dólares por la mitad de Netflix.

La respuesta de Blockbuster fue rotunda: que aún no era el momento de apostar por el negocio digital y que cuando llegase el momento ya lo harían ellos mismos, que no hacía falta que viniesen ellos a explicarles lo que tenían qué hacer.

Además, dijeron textualmente, nosotros sabemos más del negocio que vosotros y no vemos una sola razón para comprar vuestra empresa.

Marc Randolph
Marc Randolph

Pero nada mejor que Marc Randolph, uno de los fundadores de Netflix, presente en esa reunión, explique lo que pasó:

«Vi en el consejero delegado de Blockbuster John Antioco algo que no supe reconocer: su rostro serio se desequilibró ligeramente en la comisura de su boca. Fue algo pequeño, involuntario, que se desvaneció casi de inmediato. Y entonces lo reconocí: les costaba no reírse en nuestra cara»

John Antioco
John Antioco

Este testimonio refuerza la idea de que la reunión no fue ni mucho menos inter pares.

Tras el contundente NO de Blockbuster, en el vuelo de regreso los socios de Netflix comentaron la reunión y de nuevo Marc Randolph recuerda su profética frase al resto de socios sobre qué había que hacer a partir de ese momento:

«Es evidente lo que hay qué hacer, ahora vamos a tener que patearles el culo»

En las escuelas de negocios se estudia el caso Netflix-Blockbuster como paradigma de mala decisión empresarial, y esta reunión en concreto es conocida como «el día que Blockbuster rechazó la mejor oferta de su vida»

Ha llegado un nuevo sheriff al condado. Y se llama Netflix

En 2004, tan sólo cuatro años después del «día que Blockbuster rechazó la mejor oferta de su vida«, Netflix contaba con un millón de suscriptores y el crecimiento imparable de Blockbuster empezaba a ser cosa del pasado.

Para contrarrestar la embestida de Netflix, Blockbuster implementa el servicio Total Access que era una combinación del servicio tradicional del videoclub de toda la vida ofreciendo también una modalidad a través de internet.

Total Access fue una apuesta personal de John Antioco que posiblemente a esas alturas ya no tenía tantas ganas de reírse de aquellos mindundis de Netflix.

El caso es que Total Access trajo cierta tranquilidad a Blockbuster ya que consiguió en breve espacio de tiempo atraer a un millón de suscriptores, la misma cantidad que a Netflix le había costado años, sudor, lágrimas y descomunales pérdidas.

John Antioco volvía a sonreír.

La segunda reunión en Sundance

Tres años más tarde, en 2007, coinciden en el Festival de cine de Sundance John Antioco y el SEO de Netflix, y éste último le transmite a Antioco que su éxito con Total Access tiene su parte de trampantojo, que ellos saben perfectamente cómo funciona el negocio y que están perdiendo dinero a espuertas con Total Access.

Dicho esto y razonado el desastre al que se estaba abocando Blockbuster, Netflix le hace una generosísima oferta para comprar la división digital del gigante de los videoclubs.

Antioco la rechaza y vuelve a sonreír al intuir que su estrategia está a punto de doblegar a Netflix, aunque en sus adentros sabe perfectamente que Blockbuster está perdiendo una fortuna cada mes con Total Access.

Su idea es subir gradualmente precios para contener la sangría, pero sólo después de haber hundido definitivamente a Netflix.

La cuestión en esos momentos era saber quién iba a caer antes y todo indicaba que iba a ser Netflix.

A los pocos meses, Antioco abandona Blockbuster y su sucesor, alarmado por las pérdidas mensuales de Total Access, lo cancela y decide volver al territorio tradicional de la empresa: los videoclubs de toda la vida.

Posiblemente a Jim Keyes -que así se llamaba el nuevo CEO- le pareció una idea brillante pero a sus espaldas el resto de la directiva vendió sus acciones en secreto y, en lo que se puede considerar el anuncio definitivo de la muerte de Blockbuster, esos mismos directivos, ojo al dato, se lanzaron como si no hubiera mañana a la compra de acciones de… Netflix.

En 2010 Blockbuster declara la bancarrota con una deuda de 900 millones de dólares.

De las 9.904 tiendas que tuvo en su mejor momento, en la actualidad y tras las caídas de las últimas de Australia y Alaska, sólo queda una abierta en todo el planeta, que como aldea gala de Astérix, resiste heroicamente en la localidad de Bend en el estado de Oregón, y que se ha convertido en lugar de peregrinación para nostálgicos de toda Norteamérica e incluso es visitada por turistas del resto del mundo.

El último Blockbuster de Bend, Oregón
El último Blockbuster de Bend, Oregón
Interior del Blockbuster de Bend
Interior del Blockbuster de Bend

No se pierdan este hipnótico vídeo en el que se aprecia el crecimiento en Estados Unidos de las tiendas de Blockbuster y su posterior y fulminante contracción.

El auge y la caída del Imperio Blockbuster.

Hoy en día, Netflix factura la formidable cantidad de más de veinte mil millones de dólares anuales y se calcula que el número de suscriptores supera holgadamente los doscientos millones en todo el mundo.

Y su rival, Blockbuster, pasó de tener 85.000 empleados y abrir una tienda nueva cada cuarenta horas en sus momentos de máximo apogeo, a los apenas cuatro empleados que resisten en la última tienda de una remota población de la costa noroeste de Estados Unidos gracias a la soberbia, la inoperancia y la falta de visión empresarial de unos directivos que, al fin y al cabo, se fueron de rositas tras haber hundido una de las mayores empresas del mundo.

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11 comentarios

  1. Muchas gracias por tu comentario Maite. En breve saldremos de dudas. Abrazos.

  2. Muchas gracias por tu trabajo y tu labor de investigación. Enhorabuena!!

  3. Caí aquí por casualidad, y ya es uno de mis blogs predilectos. Espero vuestrasiguiente entrada, con qué nos sorprendereis?

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