El café de la historia - Goodbye Salazar

Good Bye, Salazar!

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Autor: El café de la Historia


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Ficción alemana y realidad portuguesa se dan la mano

En el año 2003 se estrenó una película alemana llamada Good Bye Lenin!

Dicha película, narrada en clave de comedia con tintes dramáticos, nos traslada a los últimos días de la República Democrática Alemana, para presentarnos a una mujer de firmes convicciones socialistas que cae en coma para despertar meses después, ya caído el Muro de Berlín, y con la situación política cambiada por completo.

El hijo, interpretado por Daniel Brühl, hace todo lo posible para que su madre no sea consciente del vuelco que se ha producido durante sus meses en coma, ya que quiere evitarle a toda costa un disgusto que podría ser fatal.

Seguramente han oído muchas veces esa frase que dice que la realidad supera a la ficción.

Pues ya verán…

Portugal, año 1968

Ahora nos vamos a la vida real. Más concretamente al Portugal de 1968.

Antonio de Oliveira Salazar fue el dictador luso que dirigió los destinos de Portugal con mano de hierro desde 1932 hasta 1968.

Aunque él pensó que lo hizo hasta su muerte en 1970.

Vamos a intentar explicarnos un poco mejor…

António de Oliveira Salazar
António de Oliveira Salazar

Un accidente doméstico

Salazar era un hombre austero, de profundas convicciones religiosas y de costumbres inalterables. Una de ellas era irse al Fuerte de Santo António de Estoril e instalarse allí cada verano huyendo de los calores lisboetas.

Salazar pasaba los veranos dirigiendo el país desde los despachos de este palacete y en 1968, contando el dictador con casi ochenta años, salió a una de las terrazas y al intentar sentarse en una silla con las manos ocupadas al tener abierto el periódico, calculó mal la distancia y cayó al suelo golpeándose fuertemente la cabeza.

Aunque al principio no le dio importancia al golpe y se negó a recibir asistencia médica, unas semanas más tarde tuvo un insoportable dolor de cabeza que le llevó al hospital, donde le diagnosticaron una severa trombosis cerebral fruto de aquella caída.

Los médicos decidieron operarle urgentemente y la intervención duró dos horas. Se redactó un boletín médico para ser leído ante los micrófonos de la Radio Nacional que decía así. «El Presidente del Consejo de Ministros fue operado esta noche de un hematoma, con anestesia local, y se encuentra bien». La censura oficial omitió que se había tratado de una intervención quirúrgica de altísimo riesgo, para no alarmar a la población.

Todo parecía haber salido bien pero a los pocos días, a causa de un derrame, entró en coma.

La situación era irreversible, así que se convoca reunión urgente del Consejo de Ministros y se nombra oficialmente sucesor a Marcelo Caetano.

Salazar ha vuelto

Pero entonces pasa algo con lo que ni los médicos contaban: Salazar sale del coma.

El problema que se le planteó entonces a Caetano y su gobierno era qué hacer con su antecesor que, convaleciente y visiblemente mermado pero consciente, seguía pensando que era el Presidente de Portugal.

Tras intensas deliberaciones del gabinete, se optó por una decisión que recuerda poderosamente al guión de la película Goodbye Lenin!: hacer creer a Salazar que seguía al timón de Portugal.

Las razones estaban claras: por una parte se valoró una nefasta reacción sobre su precaria salud si se le comunicaba que había sido destituido. Además, el dictador, aún en su delicado estado, seguía infundiendo el suficiente respeto y miedo entre sus colaboradores como para informarle que había sido cesado.

Sainete portugués en el Forte de Santo António

Aquí empieza el vodevil más alucinante que ha dado la política ibérica del siglo XX.

Entre enfermeras y médicos, entre fármacos y tomas de tensión, iban entrando en la estancia donde estaba recluido el anciano comitivas de ministros y secretarios que, representando su papel en esta obra chusca de teatro, fingían consultarle decisiones a la vez que le iban presentando documentos, decretos y órdenes supuestamente oficiales para que Salazar los firmase.

Salazar nunca fue informado de su relevo y estaba prohibido que escuchase la radio. Una persona de confianza acudía a leerle diariamente la prensa, pero seleccionaba cuidadosamente los artículos evitando aquellos que pudiesen reflejar la verdadera realidad más allá de la puerta de su habitación.

También se le limitó el acceso a la televisión y solamente se le ponía frente al aparato en las contadas ocasiones en las que se emitía, en circuito cerrado, retransmisiones hechas especialmente para que el dictador siguiese pensando que en Portugal seguía mandando él.

Se destapa el vodevil: escándalo internacional

Y así fueron pasando los meses hasta que en 1969 un periodista francés, Roland Faure, logró entrevistar al dictador.

Roland Faure,
Roland Faure quiere deciros algo: Emosido engañado

Faure se encontró con un anciano que si bien presentaba severas limitaciones para caminar, tenía la mente en su sitio, pero, ay, también se encontró un señor que estaba firmemente convencido que seguía rigiendo los destinos de Portugal.

Alarmado por la situación, hizo público el engaño, produciéndose un escándalo a nivel internacional del que con toda seguridad tampoco se enteró el implicado.

Salazar moriría meses después poniendo fin al vergonzoso vodevil, devolviendo algo de tranquilidad a un régimen que estaba ya haciendo aguas debido a los graves problemas derivados de la Guerra Colonial, un largo conflicto con las guerrillas independentistas de sus colonias africanas, que culminaría en 1974 con la sublevación de las fuerzas armadas y la llegada de la democracia a Portugal.

El Forte de Santo António

En la actualidad, el Fuerte de Santo António ha sido restaurado y abierto al público y en su visita se puede admirar no sólo las impresionantes vistas sobre el río Tajo, sino también la hermosa colección de azulejos representando Los lusiadas de Camoes, la epopeya en verso a mayor gloria del Imperio Portugués, que decora sus estancias.

Además del plato fuerte de la visita que no es otro sino contemplar la silla de lona y la terraza donde Salazar se dio el trompazo que dio lugar a esta historia que, aunque real, supera, sin duda, la ficción.

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9 comentarios

  1. Seguro que vivimos engañados más de uno. Fijo que no soy presidente de la escaleta.

    1. Pues sí, un hecho bastante increíble. Saludos Hilario.

Los comentarios están cerrados.